lunes, 17 de abril de 2017

La geopolitica compay más chispeante que nunca



miércoles, 12 de abril de 2017


La política del yo (y yo entiendo a Gauguin)


Por más que nos gustaría (condicional) que lo estuviesen, aún no están claras del todo las razones por las que Rusia dejó pasar algunos misiles de EEUU en su ataque a Siria. Os he dicho unas cuantas veces que no hay que leer sólo a los amigos, sino -sobre todo- a los enemigos. Ellos lo hacen, no os quepa duda. Por ejemplo, Gramsci está de moda ahora no sólo entre los mal llamados "progres", a quienes yo llamo wahabíes seculares, sino entre la derecha "moderna". Incluso entre la derecha menos moderna. ¿A qué no lo sabíais? Pues sí. Y no sólo Gramsci. Incluso Lenin es citado en revistas teóricas de la derecha... de EEUU. Y Marx está siendo hoy estudiado, lo repito, estudiado por todos los economistas del "establisment", cuya definición en el diccionario es "conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido". Y Marx sigue siendo, por cuarto año consecutivo, el economista más valorado por este sector. Ellos aprenden para mantenerse donde están, nosotros no hacemos más que el imbécil. Una y otra vez. Sobre todo cuando renegamos de estos referentes.

A lo que voy. Digo que aún no están claras las razones por las que Rusia dejó pasar algunos misiles. Supongo que nunca lo sabremos. ¿Alguien se ha parado a pensar lo que hay detrás del ataque, no sólo en lo que respecta a Siria? Por ejemplo: Rusia está vendiendo como churros sus sistemas de misiles S-300 (a Irán e India) y S-400 (a China). Otros países, desde Turquía e Indonesia a la práctica totalidad de los de Asia Central, se han interesado por ellos. Eso son miles de millones de dólares, euros, rublos. Poned la moneda que queráis. Si Rusia afirma que no hizo nada por derribar los misiles de EEUU, queda en un absoluto ridículo respecto a la fiabilidad de su armamento. Si Rusia dice que derribó unos y no otros, la pregunta sobre la fiabilidad se mantiene. O son lo más de lo más o no lo son.

Así que ¿qué pasó? Insisto, nunca lo sabremos. Sí es cierto que Rusia tiene toda la razón en lo que dice y que EEUU miente como un bellaco cuando afirma cosas como que la base siria quedó inutilizada, etc., etc. Incluso aunque lo intente reforzar con sus fotos por satélite porque la realidad está ahí. Pero con EEUU, como con sus vasallos de la UE, la mentira se ha convertido en una de las bellas artes. Democrática, por supuesto.

Lo más que podemos hacer es intentar acercarnos un poco a la historia y leer entre líneas. EEUU dice que disparó 59 misiles, Rusia que sólo llegaron a su destino 23. ¿Dónde está el resto? Lo más probable -de vuelta a las hipótesis, que se pueden ir acercando a las certezas- es que, como dicen bastantes páginas rusas (que son las que hay que leer) hubiese dos rutas de ataque de esos misiles, una por el norte de la base y otra por el sur. La ruta del norte está cercana a la base de Hmeimin (donde están los rusos) y esos misiles si no fueron derribados sí fueron desviados para hacerlos caer en el mar a través de interferencias electrónicas. Alguno cayó cerca de la localidad de Tartus, otros en localidades de Latakia. Hay fotos de ellos y de sus restos. La ruta sur no fue interceptada, de ahí que sí alcanzasen la base aérea siria. Así hay que interpretar lo que ha dicho el Ministerio de Defensa ruso: "nuestros sistemas están para defender nuestras tropas y nuestras bases, no para asegurar todo el espacio sirio". Esto encajaría con lo que dicen los Veteranos del Vietnam que recomienda Tobías, pero hay que explicarlo y ellos no lo hacen lo suficiente. No obstante, es muy buen análisis. Mirad este gráfico que indica cómo funciona el sistema.




Fijaos bien el el camioncito del radar. Ahora comparadlo con lo que hay en la base de Hmeimin.




Luego esta es la razón casi segura que explica lo que pasó. Se trata del sistema denominado "Krasuha 4". Es un sistema móvil, como veis, que genera ondas de banda ancha para interferir todo tipo de comunicaciones. Las páginas rusas dicen que dos aviones IL-20 (abreviatura de Ilyusin, el legendario avión soviético) de guerra electrónica sobrevuelan permanentemente la base de Hmeimin. Por lo tanto, es la versión que más de acerca a la realidad.

Si es así, que lo será, es el mejor regalo que ha podido hacer Trump a Rusia. Todos los medios de propaganda están recreándose en las baladronadas de EEUU, que si Tillerson dice, que si amenaza, que si... Tonterías. ¿Hizo caso Rusia de las amenazas de EEUU cuando los "hombrecillos verdes" de Crimea? No, por supuesto. Tampoco ahora. Eso no significa la guerra, ni mucho menos, no asustarse. Sin embargo, pone a todos en su lugar.

Hay que tener presentes dos cosas siempre y más ahora que se acerca el 9 de mayo, el día de la victoria sobre el fascismo. Esa victoria se debe prácticamente y sin discusión a los soviéticos, que perdieron 26 millones de personas en la guerra. Rusia no quiere la guerra, pero siempre está preparada para ella. Occidente vive de los cuentos, de las películas. Ahí es donde las gana, pero no está preparada para ellas si el contrincante es un igual. Occidente es muy valiente con Libia, con Serbia, con Irak, con Afganistán. O con Corea del Norte, y veremos (todo dependerá de qué haga China si es que es el siguiente). Es mucho menos valiente con Rusia o con China, si llegase el momento. Ese es su miedo. Que EEUU busca desesperadamente alguna guerra para aliviar la presión del complejo militar-industrial también es posible. La guerra es la gran forma que tiene EEUU de hacer dinero. Pero no será una guerra con los grandes.

Occidente es hoy un chulo de feria, un matón de barrio. Con poder, sí, pero un matón. En cuanto aparece alguien que le hace frente se retrae, aunque sigue amenazando. Es el resabio colonial que sigue siendo la impronta occidental porque está acostumbrado a imponer normas y reglas desde hace quinientos años, desde el imperio español. Tras él, todos los imperios han sido occidentales. Pero ya no es así ni mucho menos. Sin embargo, Occidente se comporta como siempre, pretende que no pasa nada. Y así hay que interpretar el viaje de Tillerson a Rusia y su amenaza de "o conmigo o contra mí", eso de "yo mejor que Assad, Irán o Hizbulá". No es una posición de fuerza, es una posición de debilidad total. Porque resulta que es lo mismo que dijo Trump a Xi Jinping en la visita que éste hizo la semana pasada a EEUU: "o yo o Corea del Norte". Leed los medios chinos, que algunos están en inglés y dejaos de tonterías occidentales repetidas hasta la saciedad en sus medios de propaganda. Cuando EEUU dice lo mismo a Rusia y a China, o yo o me enfado, es lo mismo que hace un niño cuando dice pues ahora me enfado si no me haces caso. EEUU es débil, no fuerte. Cuando EEUU amenaza a Rusia con el "aislamiento" lo único que consigue es una carcajada. ¿De verdad se cree alguien que Rusia y China han llegado hasta aquí para capitular y dar marcha atrás, Rusia con Siria y su nuevo papel en la zona y China con su apuesta por el Mar del Sur de China?

Pero esta no es más que una opinión. Tillerson aún sigue en Moscú y yo me tengo que ir. Salgo de viaje unos días y ya habrá tiempo para certificar o no este análisis a la vuelta. Así que yo también digo yo, solo que no amenazo a nadie ni hago pucheros para que me hagan caso. Y lo hago como siempre que me voy, haciendo un poco de autobombo. He publicado un total de 448 análisis, de los que los más leídos son éstos:


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Mientras me relajo con mi gente unos días, os dejo con algo para que os relajéis también. Cuando era pequeño uno de mis pintores favoritos era Gauguin, tanto por los temas que pintaba como por los colores que utilizaba. Tuve un profesor de Arte que decía que Gauguin pretendía "buscar el paraíso prohibido". No sé si lo entendí entonces, pero sí lo entiendo ahora puesto que un colonialista se enamoró de un país y de su gente y terminó convirtiéndose en un anticolonialista. También entiendo el por qué, y no sólo es la política que Francia seguía en Tahití. Alguna vez iré por allí, pero mientras me conformo con la música del Pacífico; Oceanía es el único continente que no conozco físicamente pero del que sí tengo referencias, como ésta. Es el grupo Te Vaka, cuyos integrantes con de Nueva Zelanda, Tuvalu, Samoa y Tokelau. Y este es su ritmo con una de sus canciones estrella que dice "debemos estar orgullosos de pasarles nuestros ritmos a nuestros hijos". Es un concierto que hizo, precisamente, en Tahití.


El Lince

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