martes, 16 de enero de 2018

Movimientos geopoliticos en Asia y Medio Oriente no cuadra a EEUU

Hacia lo inevitable

Estaba preparando lo prometido sobre Irán cuando, de nuevo, alguien se mueve para preparar lo inevitable: Alemania acaba de anunciar que agrega el yuan o renminbi a sus reservas de divisas. Es el primer país europeo, y no uno cualquiera, que sigue los pasos dados en diciembre del año pasado por el Banco Central Europeo de incluir la moneda china en su canasta de divisas. Así que, a partir de ahora, y sin que se haya especificado el porcentaje exacto, Alemania se suma a un carro que va a arrastrar al resto de países europeos. No es descartable en absoluto que el próximo movimiento venga de Francia.

Hasta ahora, los países de la moribunda Europa sólo tenían dos monedas ajenas al euro: el dólar y el yen japonés en su canasta de divisas. Tras el paso dado por Alemania, el resto irá en cascada y refleja el creciente papel de la moneda china en el sistema financiero mundial y el declive de las otras, lo que va en paralelo con el declive de la hegemonía occidental.


Para ayudar al petro-yuan, China acaba de proporcionar otro golpe a EEUU: su agencia de calificación crediticia, Danong, de la que no habéis oído hablar porque lo que no es occidental (tipo Standard and Poor's, Morgan Stanley, Fitch, Moody's y similares) no interesa a nadie occidental, acaba de rebajar la calificación soberana de EEUU. Es decir, que debilita de forma clara la base de pago de la deuda que EEUU tiene con China, lo que ha enfurecido a Trump que lo ha calificado en uno de sus tuits como "inaceptable". O sea, lo de siempre. Que lo hagan los piratas habituales occidentales con otros países es lo justo, al revés no.

Pero China es China y en su bajada calificadora a EEUU ha dicho que "la creciente dependencia de EEUU de la deuda [externa] erosiona su solvencia". Y es que la deuda de EEUU es de 20 billones de dólares.

Es decir, simplificando, que China pone a EEUU al mismo nivel que a Perú o Colombia en su calificación de solvencia financiera de países, por ejemplo.

La guerra está abierta y vamos a ver cómo en los próximos días estas agencias van a contraatacar con algo parecido o bien afirmando que EEUU es lo más de lo más y lo mejor de lo mejor. Si no lo hacen es que la debilidad de EEUU es patente, de nuevo.

Volviendo a Europa, hay más movimientos que indican que hay pequeñas fisuras respecto al vasallaje tradicional europeo respecto a EEUU. Es lo que tiene el invierno, que hace frío y Europa no tiene otro medio de calentarse que el gas... ruso. Alemania sigue adelante con la construcción del gasoducto Corriente del Norte 2 y ha involucrado a una compañía noruega en su construcción. Lo interesante del caso es que esta compañía es mixta, pública y privada, por lo que el estado noruego es otro país que se suma a su construcción aunque sea de forma indirecta. 

Noruega tiene gas, pero no en las cantidades de Rusia y, por lo tanto, no puede suministrar lo que necesita Europa. Así que la participación noruega en este oleoducto, que no quieren la mayoría de países para "no depender de Rusia", deja fuera de juego a los rusófobos europeos que están encabezados por Polonia, Suecia y Dinamarca.

EEUU está impulsando nuevas sanciones contra Rusia para impedir esa construcción, incluyendo la posibilidad de que se pueda sancionar también a las empresas que participen en ella. Eso pone a la moribunda UE en una tesitura clara: o con EEUU o contra él, aunque sea un poquito. Ese poquito ya se ha visto con la postura francesa oponiéndose a las sanciones contra Irán por las protestas y afirmando que el pacto nuclear funciona, en contra de lo que dice Trump.

Y reíros, pero hasta Ucrania ha tenido que comerse su histeria anti Rusia y ha tenido que levantar la prohibición de comprar carbón a los rusospara paliar el frío este invierno. Y ¿por qué? Pues porque la situación es tan dramática que en Odesa, por ejemplo, la universidad ha decidido suspender el curso hasta el 26 de marzo, es decir, durante todo el invierno, "ante la imposibilidad de calentar las aulas".

Es decir, que aquí sólo aparecen dos ganadores claros. China y Rusia. Si la UE vuelve a su vasallaje tradicional muchos países volverán a ver que sólo China y Rusia son los referentes del nuevo orden geopolítico que está surgiendo. Si la UE hace un pequeño gesto de rebeldía, la tan proclamada "unidad occidental" ya no lo será tanto y China y Rusia sólo tienen que seguir hurgando para ampliar la fisura.

Cada vez es más inevitable la decadencia occidental y los movimientos que estamos viendo van  preparándose para ello.

El Lince


jueves, 11 de enero de 2018

El cuarto elemento

Ya ha desaparecido el interés por Irán, ¿no? Buscad algo por ahí a ver qué encontráis. Lo que no encontraréis son los movimientos de Pakistán, mucho más importantes geopolíticamente en estos momentos que los de Irán. Estamos en lo de siempre: lo que no existe para los medios de propaganda occidentales no existe para los occidentales.

Las protestas en Irán hay que entenderlas, también o sobre todo, como el intento de EEUU de debilitar o romper lo que considera el eslabón más débil del nexo trilateral que se está montando en Asia y sobre el que va a pivotar todo el siglo XXI: China, Rusia e Irán. Os recuerdo que el próximo día 18 China va a poner el marcha el petro-yuan y que el mes que viene Irán se va a incorporar a la Unión Económica Euroasiática. Y os adelanto que es más que probable que este verano Irán sea admitido como miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái.

Abordaré los motivos de las protestas, internos y externos, un poco más adelante, pero quiero terminar esta pequeña trilogía sobre la decadencia occidental con el penúltimo golpe y que tiene ese mismo protagonista desconocido para nosotros, occidentales mira-ombliguistas: Pakistán.

Ayer este país dio un paso más en su enfrentamiento con EEUU y dijo que ya no son aliados. ¡Toma ya! Lo dijo su Ministro de Asuntos Exteriores, una voz autorizada. Al mismo tiempo, Pakistán está "reconsiderando" la negativa inicial a que China establezca su propia base naval en Gwadar. En septiembre del año pasado técnicos chinos, pakistaníes e iraníes mantuvieron reuniones con la finalidad de vincular el puerto de Gwadar con el iraní de Chabahar. Este último puerto se inauguró el 3 de diciembre con presencia oficial pakistaní entre los invitados.

Pero hay más, mucho más. Resulta que Pakistán e Irán han mantenido conversaciones formales, a nivel de ministros de Defensa, sobre el papel de EEUU en la región y han establecido una estrategia "creciente" de cooperación militar. No ha faltado quien haya dicho que los dos ministros hablaron de ambos puertos y de coordinar aspectos de inteligencia sobre ellos, al tiempo que se dieron garantías mutuas de "no colaborar en iniciativas que socaven los intereses de ambas naciones". Y eso el día 5 de enero, en plenas protestas en algunas ciudades iraníes.


Si se tiene en cuenta que Pakistán ha sido un aliado incondicional de Arabia Saudita en su "coalición antiterrorista", estas cuestiones dan otra dimensión a su enfrentamiento con EEUU.

EEUU sigue teniendo poder, pero ya no asusta tanto. Es otra muestra del imparable fin de EEUU como "superpotencia global indiscutible" y del fin de la hegemonía occidental (Europa incluida).

A EEUU solo lo queda una baza que jugar, aparte de la desestabilización interna de gobiernos como lo buscó en Rusia con las sanciones de 2014 (que se mantienen) y ahora en Irán: intentar enfrentar a los vecinos. Pakistán e India son enemigos irreconciliables y lo único que puede hacer ahora EEUU es fortalecer a India. 

Cuando digo lo único es que es lo único, porque no hay que olvidar que India y Pakistán son desde el verano del año pasado miembros de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái y, por lo tanto, mantienen un vínculo mucho mayor ahora con China y Rusia. 

Por primera vez en la historia de la OCS se admitía a dos países al mismo tiempo, uno a iniciativa de Rusia (India) y otro de China (Pakistán). Rusos y chinos llevan años pretendiendo acabar con esa rivalidad que mina el futuro de Asia. Los esfuerzos de EEUU en estos momentos, tras los movimientos de Pakistán, están dirigidos a "asustar" a India, tanto con China (y hay que recordar el histórico enfrentamiento fronterizo que mantienen los dos países, que volvió a tensionarse brevemente este verano) como con Pakistán con la finalidad de que se vaya desligando de la OCS o limitando al mínimo su pertenencia a ella. 

Veremos lo que pasa, pero EEUU ahora mismo no es capaz más que de amenazar a una cada vez mayor lista de países desafiantes a su hegemonía.

Pakistán se ha convertido de forma clara en el cuarto elemento a tener en cuenta de esa tríada China-Rusia-Irán. El pasado martes el ministro de Planificación pakistaní dijo que era "imprescindible diseñar un bloque económico con esos tres países para crear una comunidad de prosperidad compartida". Por el momento no son más que declaraciones, pero indican ya una voluntad clara de hacia dónde se está moviendo Pakistán y bajo qué parámetros que se podrían denominar diplomacia económica, regionalismo y multilateralismo. Y lo más importante: fuera de la influencia occidental, especialmente la estadounidense.

El Lince

lunes, 8 de enero de 2018

Dos movimientos, un mismo aviso

Empecinados en Soros, en oros o en copas, lo que hay es otra cosa que nuestro eurocentrismo (o sea, el mirarse el ombligo una y otra vez) nos impide ver: Occidente declina cada segundo que pasa. Eso no quiere decir que decline el capitalismo, pero sí el capitalismo que conocemos. Hay otro en marcha, con un diseño que aún está por perfilar pero del que China ya dio una pista no hace mucho.

Recordad lo que os dije que ocurrió el día 1 con la apertura del oleoducto entre Rusia y China. Este anuncio ha puesto a temblar a todo ese zombie que es la Unión Europea. ¿Por qué? Pues porque se manifiesta la nueva tendencia rusa de centrar, o fortalecer, su suministro de petróleo a China en vez de a la UE. En una palabra: menos petróleo para Europa (que ahora recibe un promedio de 3'7 millones de barriles diarios de Rusia) y este continente va a tener que buscar de forma precipitada nuevo suministrador. Así hay que interpretar la postura de Francia, por ejemplo, con Irán, alejándose de la postura de EEUU y diciendo en la ONU que las protestas son "un asunto interno" y negándose a que se discutiese en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La UE ha renovado por otros seis meses las sanciones a Rusia por la anexión de Crimea y el apoyo al Donbás. Y Rusia está respondiendo de una forma cada vez más dolorosa para la UE. Sobre todo, porque está ofreciendo a China unos precios que están dos dólares por debajo de lo que cobra a la UE (es para entendernos puesto que el comercio entre Rusia y China ya es en sus respectivas monedas, en una proporción que se acerca al 9% y con la intención de que este año 2018 sea ya del 11%). Encontrar un suministrador alternativo no es tan fácil como parece y en estos momentos el 70% de todo el comercio petrolífero de la UE es con Rusia.

Si Rusia se centra en China, como parece, al petróleo le va a seguir el gas y este sí es el talón de Aquiles europeo. Está previsto que para el 2019 entre en funcionamiento un gasoducto, Poder Siberiano, que bombeará, de golpe, un 19% más de gas hacia China de lo que se hace en la actualidad. Según el contrato, por una duración de 30 años, todo el norte de China estará cubierto con este suministro. Si se tiene en cuenta que toda esta zona tiene frecuentes restricciones, el futuro es más que halagüeño pues el suministro será de 7'25 millones de metros cúbicos diarios en una primera fase.

Eso hace irrelevante el chantaje habitual de Ucrania, por el que pasa la práctica totalidad del gas ruso hacia Europa y eso supone que otro de los grandes, Alemania, tiene que apostar por acelerar la construcción del gasoducto Corriente del Norte 2, que llevará gas directamente desde Rusia a Alemania sin tocar tierra puesto que se está construyendo a través del mar Báltico y al que se oponen todo el resto de países europeos.

Rusia y China se van deshaciendo progresivamente de Occidente y Europa, de forma muy tímida, casi imperceptible, está empezando a moverse sin EEUU -sobre todo Francia y Alemania- y hacia esos dos países, sobre todo a China. Aún sigue la UE la estela de EEUU, y la señal de si esos mínimos movimientos van a más o son solo espasmos de agónicos, será dentro de seis meses, cuando se renueven o no las sanciones contra Rusia.

Y lo mismo ocurre con otros países, como Pakistán del que ya os conté que prescinde del dólar en su comercio con China en beneficio del yuan. Pues ahora pone en otro aprieto a EEUU: acaba de dar un plazo de 30 días para que el millón y medio de refugiados afganos que hay en su territorio vuelvan a Afganistán. Otro movimiento contra EEUU, puesto que Trump tuiteó que Pakistán daba refugio a los terroristas y entonces han dicho, pues te los devuelvo. EEUU siempre ha considerado a estos refugiados como "una amenaza potencial para la seguridad" al considerarlos muy próximos a los talibanes.

Estos refugiados llevan en Pakistán, con altibajos, desde 1979 aunque de forma masiva desde la invasión de Afganistán por EEUU en 2001. No hace falta ser muy hábil para saber que Afganistán no tiene la menor capacidad de integrar a estos refugiados, por lo que en su inmensa mayoría van a pasar a engrosar las filas de los talibanes, que ya controlan de facto el 50% de Afganistán.

Estos dos movimientos dan el mismo aviso: la hegemonía Occidental es equiparable a cuando se intenta retener el agua con las manos, parece que sí pero el agua, inevitablemente, se escurre entre los dedos. Y un dato que tal vez ayude a comprender mejor a Corea del Norte: Pakistán se atreve a hacer estos movimientos anti EEUU porque tiene armas atómicas, lo que limita, y mucho, el margen de maniobra estadounidense. Id tomando nota.

El Lince

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