martes, 27 de febrero de 2018

Rafael Correa y Noam Chomsky.

No se pierda el estreno del nuevo programa semanal de RT, cuyo anfitrión, el expresidente de Ecuador Rafael Correa, conversará con un prominente intelectual de talla mundial.
Noam Chomsky y Rafael Correa.
Ya se sabe quién será el primer invitado del nuevo programa de RT 'Conversando con Correa'RT
El primer episodio del nuevo programa semanal presentado por Rafael Correa, quien presidió Ecuador entre los años 2007 y 2017, será transmitido por RT en Español esta semana. Esta vez los espectadores podrán disfrutar del diálogo profundo que el exmandatario entabla con un intelectual y activista político estadounidense conocido mundialmente: Noam Chomsky.

La charla abordará una amplia gama de temas actuales e hitos importantes que pueden afectar al futuro del mundo. El prominente izquierdista estadounidense responderá a varias preguntas, entre las cuales destacan si seguirá EE.UU. teniendo la hegemonía del orden mundial, cuál es la estrategia militar de Washington bajo la presidencia de Donald Trump, si podrá la retórica belicista entre EE.UU. y Corea del Norte materializarse en una guerra de consecuencias impredecibles.
Además, el exmandatario ecuatoriano le preguntará a Chomsky acerca del futuro de las relaciones entre EE.UU. y América Latina. Asimismo, los espectadores podrán conocer la opinión del famoso intelectual respecto a si Washington será capaz de organizar un golpe de Estado en Venezuela o atacar a ese país latinoamericano.
Estos y muchos otros aspectos interesantes abordará la entrevista que será transmitida el 1 de marzo a las 16:30 (GMT), 11:30 (en Quito), en nuestra página de Facebook, a través de Periscope y YouTube. Además, el mismo día el programa se estrenará en el canal RT en Español mediante transmisión en vivo.

martes, 20 de febrero de 2018

Rafael Correa : El desafío estratégico de la izquierda

    Latinoamerica es víctima de una restauración conservadora

    Latinoamerica es víctima de una restauración conservadoraLos medios de comunicación se han convertido en los principales partidos de oposición de los Gobiernos progresistas de la región.

    Después de la larga y triste noche neoliberal de los 90 –que quebró naciones enteras como Ecuador–, y a partir de que Hugo Chávez ganó a finales de 1998 la Presidencia de la República de Venezuela, los Gobiernos derechistas y entreguistas del continente empezaron a derribarse como castillo de naipes, llegando a lo largo y ancho de nuestra América Gobiernos populares y adscritos al Socialismo del Buen Vivir.
    En su apogeo, en el 2009, de diez países latinos de América del Sur, ocho tenían Gobiernos de izquierda. Además, en Centroamérica y el Caribe estaba el Frente Farabundo Martí en El Salvador, el sandinismo en Nicaragua, Álvaro Colom en Guatemala, Manuel Zelaya en Honduras, y Leonel Fernández en República Dominicana. En países como Guatemala, con Álvaro Colom, o Paraguay, con Fernando Lugo; era la primera vez en la historia que la izquierda llegaba al poder, en el último caso rompiendo incluso una constante de siglos de bipartidismo.
    En mayo del 2008 nace Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y en febrero del 2010 se crea la Celac, con 33 miembros. De los 20 países latinos de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), 14 tenían Gobiernos de izquierda, es decir, el 70 %.
    La primera parte del siglo XXI sin duda han sido años ganados. Los avances económicos, sociales y políticos fueron históricos y asombraron al mundo, todo esto en un ambiente de soberanía, de dignidad, de autonomía, con presencia propia en el continente y en el mundo entero.

    América Latina vivió no una época de cambios, sino un verdadero cambio de época, que también modificó sustancialmente el balance geopolítico de la región. Por ello, para los poderes fácticos y países hegemónicos, era indispensable acabar con estos procesos de cambio en favor de las grandes mayorías, y que buscaban la segunda y definitiva independencia regional.
    La restauración conservadora
    Aunque ya en el 2002 el Gobierno de Hugo Chávez tuvo que soportar un fallido golpe de Estado, es realmente desde el 2008 que se intensifican intentos no democráticos de acabar con los Gobiernos progresistas, como fue el caso de Bolivia en el 2008, Honduras 2009, Ecuador 2010, y Paraguay 2012. Cuatro intentos de desestabilización, dos de ellos exitosos –Honduras y Paraguay–, y todos contra Gobiernos de izquierda.
    A partir del 2014 y aprovechando el cambio de ciclo económico, estos esfuerzos desarticulados de desestabilización se consolidan y conforman una verdadera «restauración conservadora», con coaliciones de derecha nunca vistas, apoyo internacional, ilimitados recursos, financiamiento externo, etcétera. La reacción se ha profundizado y ha perdido límites y escrúpulos. Ahora tenemos el acoso y boicot económico a Venezuela, el golpe parlamentario en Brasil, y la judicialización de la política –«lawfare»–, como nos lo demuestran los casos de Dilma y Lula en Brasil, Cristina en Argentina, y el vicepresidente Jorge Glas en Ecuador. Los intentos para destruir Unasur y neutralizar la Celac, también son evidentes y, no pocas veces, descarados. Ni hablar de lo que está sucediendo en Mercosur. El fracaso del ALCA a principios de siglo trata de ser superado con la Alianza del Pacífico.
    En Sudamérica, en los actuales momentos, tan solo quedan tres Gobiernos de corte progresista: Venezuela, Bolivia y Uruguay. Los eternos poderes que siempre dominaron a Latinoamérica, y que la sumieron en el atraso, desigualdad y subdesarrollo, regresan con sed de venganza, después de más de una década de continuas derrotas.
    Los ejes de la estrategia de la restauración conservadora
    La estrategia reaccionaria está articulada regionalmente y se fundamenta básicamente en dos ejes: el supuesto fracaso del modelo económico de izquierda, y la pretendida falta de fuerza moral de los Gobiernos progresistas.
    Con respecto al primer eje, desde la segunda mitad del año 2014, debido a un entorno internacional adverso, toda la región sufrió una desaceleración económica que se convirtió en recesión en los dos últimos años.
    Los resultados son dispares entre países y subregiones, reflejo de la diferente estructura económica y políticas económicas aplicadas, pero las dificultades económicas de países como Venezuela o Brasil son tomadas como ejemplo del fracaso del socialismo, cuando Uruguay, con un Gobierno de izquierda, es el país más desarrollado al sur del Río Bravo, o cuando Bolivia tiene los mejores indicadores macroeconómicos del planeta.
    El segundo eje de la nueva estrategia contra los Gobiernos progresistas es el moral. El tema de la corrupción se ha convertido en la eficaz herramienta para destruir los procesos políticos nacional-populares en nuestra América. El caso emblemático es el de Brasil, donde una operación política muy bien articulada logró la destitución de Dilma Rousseff de la Presidencia de Brasil, para luego demostrarse que no tenía nada que ver con las cuestiones que se le imputaban.
    Hay una gran hipocresía mundial en torno a la lucha contra la corrupción.
    ¿La izquierda, víctima de su propio éxito?
    Probablemente la izquierda es también víctima de su propio éxito. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), casi 94 millones de personas salieron de la pobreza y se incorporaron a la clase media regional durante la última década, en su inmensa mayoría fruto de las políticas de los Gobiernos de izquierda.
    En Brasil, 37,5 millones de personas dejaron de ser pobres entre el 2003 y el 2013, y ahora son de clase media, pero esos millones no fueron una fuerza movilizada cuando un Parlamento acusado de corrupción destituyó a Dilma Rousseff.

    Tenemos personas que superaron la pobreza y que ahora –por lo que se llama muchas veces prosperidad objetiva y pobreza subjetiva– pese a que han mejorado muchísimo su nivel de ingreso, piden mucho más, y se sienten pobres no en referencia a lo que tienen, peor aún a lo que tenían, sino a lo que aspiran.
    La izquierda siempre ha luchado contra corriente, al menos en el mundo occidental. La pregunta es, ¿estará luchando contra la naturaleza humana?
    El problema es mucho más complejo si añadimos a esto la cultura hegemónica construida por los medios de comunicación, en el sentido gramsciano, esto es, lograr que los deseos de las grandes mayorías sean funcionales a los intereses de las élites.
    Nuestras democracias deben llamarse democracias mediatizadas. Los medios de comunicación son un componente más importante en el proceso político que los partidos y sistemas electorales; se han convertido en los principales partidos de oposición de los Gobiernos progresistas; y son los verdaderos representantes del poder político empresarial y conservador.
    No importa lo que convenga a las grandes mayorías, lo que se haya propuesto en la campaña electoral, y lo que el pueblo, el mandante en toda democracia, haya ordenado en las urnas. Lo importante es lo que aprueben o desaprueben en sus titulares los medios de comunicación. Han sustituido al Estado de Derecho con el Estado de opinión.
    ¿Existe «desafío estratégico»?
    La izquierda regional enfrenta los problemas de ejercer –o haber ejercido– el poder, frecuentemente de forma exitosa pero desgastante.
    Es imposible gobernar contentando a todo el mundo, más aun cuando se requiere tanta justicia social.
    Siempre hay que ser autocríticos, pero se trata también de tener fe en nosotros mismos.
    Los Gobiernos progresistas están bajo constante ataque, las élites y sus medios de comunicación no nos perdonan ningún error, buscan bajarnos la moral, hacernos dudar de nuestras convicciones, propuestas y objetivos. Por ello, tal vez el mayor «desafío estratégico» de la izquierda latinoamericana, es entender que toda obra trascendental va a tener errores y contradictores.
    Artículo publicado en Granma

    Selección de vídeos sobre la crisis actual

    Videos

    Esta es una selección de vídeos sobre la crisis actual y la decadencia del capitalismo

    La Corporación



    La Trampa - ¿Qué fue de nuestros sueños de Libertad?

    David Harvey: Las crisis del capitalismo



    La burbuja de crédito y el crack de 1929



    Los amos del dinero



    Carlos Pérez Soto: 40 años de neoliberalismo en Chile



    Naomi Klein: La doctrina del Shock



    Catastroika, la pandemia del neoliberalismo en Grecia



    "Deudocracia", un documental sobre la crisis griega

     

    La obsolescencia programada - Nada dura como antes



    El orden criminal del mundo



    Carlos Pérez Soto: Marx y Hegel



    Poder de mercado y enigmas macroeconómicos



    Alejandro Nadal, La Jornada


    La concentración de poder económico es algo que salta a la vista. Todos los días observamos cómo las empresas más grandes en la economía aumentan su influencia. Sabemos que ese poder les permite desplegar un comportamiento nocivo (por ejemplo, al manipular precios). Pero ese incremento del poder de mercado, ¿también tiene efectos macroeconómicos? Es decir, ¿puede explicar fenómenos como el lento crecimiento, el desempleo o la desigualdad creciente?


    Para reflexionar sobre estas preguntas podemos recurrir al laboratorio más completo del capitalismo: la economía de Estados Unidos. Para ese país los datos macroeconómicos de los pasados 40 años proporcionan un marco de referencia invaluable. Pero esos datos dibujan un cuadro intrigante, en el que abundan los enigmas y las paradojas. No sorprende que la teoría económica tradicional no pueda explicar los contornos de ese paisaje.


    Al revisar los datos macroeconómicos surgen varias preguntas inquietantes. Por ejemplo, ¿cómo es posible que la riqueza financiera haya crecido tanto en Estados Unidos mientras la inversión real haya permanecido en el estancamiento? Otra: ¿Cómo explicar que el valor financiero de muchas empresas haya podido mantenerse durante cuatro décadas por encima del costo de sus activos? Y quizás la interrogante más preocupante: ¿Por qué a pesar de que muchas empresas mantuvieron tasas de ganancia altas en un entorno de bajas tasas de interés no procedieron a invertir en capital y fuerza de trabajo?



    A una gran crisis global a la vista

    La caída de la bolsa: ¿cómo 1987, 2007 o 1937?


    Michael Roberts, Sin Permiso

    El 5 de febrero el mercado de valores de Estados Unidos experimentó su mayor caída desde mediados de 2007, justo antes de la crisis crediticia, la crisis de la banca y el inicio de la Gran Recesión.

    ¿Se repite la historia? Según el viejo dicho, la historia no se repite, pero rima. En otras palabras, hay ecos del pasado en el presente. Pero ¿cuáles son esos ecos en este momento? Hay tres posibilidades.

    1) Esta caída será similar a la de 1987 y será seguido por una recuperación rápida y decisiva y el mercado de valores y la economía de Estados Unidos reanudarán su reciente marcha ascendente. La caída será vista como un bache en la recuperación de la Larga Depresión de los últimos diez años.

    2) O podría ser como 2007, cuando la caída de la bolsa anunció el comienzo del mayor colapso de la producción capitalista mundial desde la década de 1930 y del mayor colapso conocido en el sector financiero - para ser seguido por la recuperación económica más débil desde 1945.

    3) O, finalmente, podría ser como 1937, cuando el mercado de valores cayó cuando la Reserva Federal de Estados Unidos subió los tipos de interés y el 'New Deal' de la administración Roosevelt dejó de invertir para estimular la economía. La Gran Depresión se reanudó y sólo se terminó con la carrera de armamentos y la entrada de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial en 1941.


    Ya he analizado la relación entre el mercado de valores (capital ficticio como lo llamaba Marx) y la economía 'real' del capital productivo en un artículo anterior de 2016. .

    El mismo día de la caída de la bolsa prometía su cargo el nuevo presidente de la Fed Jerome Powell, que reemplaza a Janet Yellen. Powell se enfrenta ahora a algunos nuevos dilemas.

    Marx hizo la observación clave que lo que impulsa los precios del mercado de valores es la diferencia entre las tasas de interés y la tasa general de ganancia. Lo que ha mantenido los precios del mercado de valores al alza ha sido el muy bajo nivel de los tipos de interés a largo plazo, fijados así deliberadamente por los bancos centrales, como la Reserva Federal, de todo el mundo, con tasas cero a corto plazo y flexibilización cuantitativa (QE, la compra de activos financieros con inyecciones de crédito). La brecha entre los rendimientos sobre la inversión en el mercado de valores y el coste de los préstamos para invertir en ellos ha sido enorme.

    Por supuesto, todos los días, los inversores toman decisiones 'irracionales', pero, con el tiempo y, en conjunto, las decisiones de los inversores de comprar o vender acciones o bonos se basa en la rentabilidad que han obtenido (sean intereses o dividendos) y los precios de bonos y acciones evolucionan en consecuencia. Y esa rentabilidad, en última instancia, depende de la diferencia entre la rentabilidad del capital invertido en la economía y los costes de financiación. Si los precios de las acciones se desvían en relación con la rentabilidad del capital en una economía, es inevitable con el tiempo que caigan de nuevo. Cuanto más se desvíen, tanto mayor será la eventual caída.

    Así que hay dos factores clave para juzgar si esta caída de la bolsa se parece a 1987, 2007 o 1937: la rentabilidad del capital productivo (¿sube o cae?); y el nivel de endeudamiento de la industria (¿será demasiado caro su servicio?).

    En 1987, la rentabilidad del capital aumentaba. Estábamos justo en la mitad del período neoliberal de creciente explotación del trabajo, la globalización y los nuevos avances tecnológicos, todos los cuales eran factores que contrarrestaban la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. La rentabilidad siguió aumentando hasta 1997. Y las tasas de interés, tras las subidas de la Fed, se reducían gracias a la inflación.

    En 2007, la rentabilidad caía (había estado disminuyendo desde finales de 2005), el mercado inmobiliario estaba comenzando a hundirse y se esperaba que la inflación aumentase y por ello, la Fed preveía elevar su tasa política, como planifica ahora en 2018. Sin embargo, existen diferencias entre 2007 y la actualidad. El sistema bancario no está tan expuesto e involucrado en derivados financieros de riesgo. Y aunque la rentabilidad en la mayoría de las grandes economías está todavía por debajo del pico de 2007, las ganancias totales está aumentando. Puede ser que los salarios estén empezando a crecer y esto podría reducir las ganancias en el futuro. Además, la Fed planea elevar las tasas de interés y, por lo tanto, eso también reduce las ganancias a medida que aumentan los costes de servicio de la deuda.


    Tal vez 1937 se acerque mucho más a la situación actual del capitalismo estadounidense. He escrito sobre los paralelismos con 1937 antes. La rentabilidad en 1937 se había recuperado de las profundidades de 1932, pero todavía estaba muy por debajo del pico de 1926.

    Y más preocupante ahora es que la deuda corporativa desde el final de la Gran Recesión en 2009 no se ha reducido. Por el contrario, nunca ha sido mayor. Basandose en una muestra global de 13.000 entidades, la agencia S & P estima que la proporción de sociedades altamente apalancadas - aquellas cuya deuda/ganancias excede x5 - se situó en el 37 por ciento en 2017, comparado con el 32 por ciento en 2007, antes de la crisis financiera global. Durante 2011-2017, la deuda corporativa no financiera mundial creció en 15 puntos porcentuales hasta el 96 por ciento del PIB.

    La caída de la bolsa me dice dos cosas. En primer lugar, que la economía de Estados Unidos, siendo la economía capitalista más grande y más importante, es la que arrastra a las demás. No es Europa, ni Japón, ni China donde se desencadenará una nueva crisis mundial, sino los EEUU. En segundo lugar, esta vez la recesión no estallará por una crisis inmobiliaria o una crisis bancaria, sino por una crisis del sector de sociedades no financieras. Comenzarán las quiebras y las bancarrotas en la medida en que las empresas capitalistas más débiles tengan dificultades para cumplir con sus cargas crediticias y se producirá una reacción en cadena.

    La historia no se repite, pero rima. La masa de ganancias en las principales economías sigue en aumento y las tasas de interés, la inflación y los aumentos salariales siguen siendo bajos históricamente. Eso debería aliviar el colapso de los precios de capital ficticio (y todavía son altos). Pero la tendencia de las ganancias, tasas de interés y la inflación podrían cambiar pronto.

    martes, 13 de febrero de 2018

    ¡Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial!

    EL NUEVO ORDEN MUNDIAL






                 EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

                  1,143,801 vistas
    Publicado el 14 jun. 2013
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    La expresión Nuevo Orden Mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia y se pretende, de este modo, que hay pruebas de cambios dramáticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso de esta expresión aparece en el documento de los Catorce Puntos del presidente Wilson, que hace un llamado, después de la Primera Guerra Mundial, para la creación de la Liga de Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas.

    Con la caída de la URSS, los Estados Unidos tomaron en control casi absoluto de todos los ámbitos de la humanidad. Por citar uno de ellos está el cultural, específicamente en lo educativo. No es novedoso encontrar en libros de texto de nuestro país (México) un sinfín de historias donde los estadounidenses se visten de héroes en las guerras mundiales de la humanidad. Ante esto conviene cuestionarse, ¿alguna vez hemos leído esa historia desde una óptica Alemana.?
    En la actualidad, sobretodo en política, hay personas y grupos que aparentemente pertenecen a corrientes enfrentadas, pero que a la hora de tomar decisiones políticas llegan a conclusiones casi idénticas. Sería el caso de Bush y Kerry. Estas actuaciones nos hacen preguntarnos si detrás de fuerzas políticas de signos distintos no estará el mismo poder oculto supervisando las políticas de ambos. La respuesta la encontramos en el panorama político internacional y produce una seria inquietud entre los defensores de las democracias, ya que si el poder está concentrado en una sola tendencia, ¿hablamos de democracia o nos estamos refiriendo a una dictadura encubierta?

    En su libro, The Biggest Secret (El secreto más grande), el escritor británico David Icke afirma que los anunnaki, crearon el linaje necesario para controlar la humanidad en su nombre. Esta línea de sangre estaría formada por las mismas familias que controlan el mundo y cuyos miembros pertenecerían a la Hermandad Babilónica. Al parecer, este grupo está obsesionado con su herencia genética y se casan entre ellos como forma de preservar su legado. En las familias reales y las aristocracias de Europa y de la costa este de Estados Unidos pertenecerían a esta hermandad y como consecuencia de esta consanguinidad conservan una estructura genética muy particular que para muchos investigadores es «reptiliana» convirtiendo a sus portadores en híbridos.
    Así, el llamado "proceso de globalización", iniciado a comienzos del siglo XX en todo el planeta, sería una de las múltiples facetas del establecimiento progresivo de este nuevo orden. Y, para lograr ese nuevo orden, los conspiradores buscan mantener al resto tanto en la ignorancia de la conspiración como divididos entre ellos. Para lo cual fomentan disensiones y conflictos, yendo tan lejos como a implementar actos terroristas a fin de culpar inocentes creando así, por un lado, esa división entre las víctimas de la conspiración y, por el otro, una situación que facilita la implementación de medidas coercitivas y dictatoriales.
    Según muchos de los pro-ponentes de la teoría de la conspiración contemporánea, los illuminati originales siguen existiendo y persiguen aún el cumplimiento de ese nuevo orden. Este grupo aglutinaría a los personajes más influyentes del mundo, los cuales se reúnen cada año en alto secreto en las reuniones del Grupo Bilderberg, guardados en todo momento por miembros de la CIA y la FBI (los Estados Unidos), el MI6 británico, entre otros. Entre sus asistentes habituales se encuentran -de nuevo- David Rockefeller y "la familia Rotschild", junto a la Reina de Noruega y los presidentes de corporaciones como General Motors, Pepsi o Chrysler.

    lunes, 12 de febrero de 2018

    En Stalingrado hace 75 años: "Necesitamos una victoria"

    viernes, 2 de febrero de 2018

    Stalingrado

    Hoy se cumple el 75 aniversario del triunfo soviético en Stalingrado. Cuando el fascismo se extiende, otra vez, por Europa y otras partes del mundo, recordar es necesario. En Rusia la sociedad no olvida. Las viejas generaciones y las nuevas saben lo que significa el fascismo y lo que conlleva. Esta es una canción patriótica soviética que sigue siendo totalmente popular, como podréis ver. Os pongo tres versiones de ella. Se titula "Necesitamos una victoria". Se suele cantar en estas fechas, con la ruptura del cerco de Leningrado (27 de enero), con la victoria de Stalingrado y con el triunfo definitivo sobre el fascismo, el 9 de mayo.




    Recordar es una obligación. Agradecer a los, a las defensoras de Stalingrado su ejemplo, también. La verdad es siempre revolucionaria, pese a los intentos occidentales de falsear la Historia.

    Vídeo de los descendientes de los defensores de Stalingrado recordando a los héroes y heroínas con un poema sobre la gesta.


    Y también es una obligación combatir al fascismo hoy, siempre.

    El Lince

    "Cómo funciona el capitalismo"

    "Cómo funciona el capitalismo"

    (Documental que revela sus leyes interna...