Frida Kahlo: Dibujé tu nombre en la ventana, sobre mí aliento
No puedo esperar más tiempo aunque, casi desde que nací, un año y algo, supe que era tarde. Pero me levanté esta mañana, 56 años después y presentí que tendría que afrontar este momento. Te lo tengo que decir: Te amo Frida Kahlo, te he amado siempre Jamás podrá mujer alguna sentirse más dueña de mi, que lo que lo has sido tu, desde la primera noche en que me encontré tu retrato, por allá en mi juventud en cualquier galería. Yo leía a Bretón, entonces., jugaba a surrealista, juego que no olvidaré, ni dejaré de jugar nunca. Como tú dijiste: “Nada quisiera más que hacer lo que me da la gana, detrás de la cortina de la locura”. Se me ha pasado la vida como un circo fabuloso, pero aún sabiendo que no te encontraría. Te fuiste de este mundo o te quedaste, un par de años después que yo nací, y siempre te apareces en cada recodo, ese entrecejo en tu perfil, tu cuello de gacela, tus largas manos y piernas, tu olor a mujer madura, tus cajas de colores y tus pinceles trazando sueños en