MIGUEL COCO EN EL RECUERDO
Por DIÓMEDES NÚÑEZ POLANCO
Mañana, Día de la Restauración, se cumplen dos años del Gobierno que encabeza Danilo Medina Sánchez, en la etapa de las administraciones peledeístas que inició Leonel Fernández Reyna el 16 de agosto de 1996. Son muchos los accionistas de esos triunfos: el pueblo dominicano, que ha votado por millones al Partido de la Liberación Dominicana; Juan Bosch, fundador de los dos grandes partidos de las últimas décadas de la historia dominicana; Leonel y Danilo, los primeros discípulos directos de Bosch que llegaron a la Presidencia de la República; toda la militancia y simpatizantes del PLD, los sectores independientes del país que le endosaron su confianza. Y otro gran accionista: Miguel Salvador Cocco Guerrero.
A él le tocó llevar a cabo tareas trascendentales y delicadas en favor de la República y el PLD, algunas de ellas por mandato, coordinación o relacionadas con el profesor Bosch. Probablemente la más importante haya sido la del Frente Patriótico, que hizo posible el triunfo, precisamente el 30 de junio del 1996. Antes de ello, Miguel había jugado roles de principalía en la lucha revolucionaria: los comités camilistas (Corecatos), y su alianza con Amaury Germán Aristy, los Comandos de la Resistencia, los que un 12 de enero de 1972, llenos de rebeldía, valentía y dignidad, pusieron en jaque el ejército que los enfrentó en “La Cueva” de las Américas.
Si en la militancia política partidaria y su adhesión sin condiciones a los principios e ideales de los adalides de la Patria, como a Bosch, Miguel fue un guerrero indomable, apasionado también, cuando le correspondió desempeñarse como funcionario público: dirigió Aduanas por nueve años (1996-2000; 2004-2009), como un auténtico servidor público, impulsando la cultura de la honestidad, la eficacia, la probidad gubernamental, la humildad; en fin, un funcionario modélico, así asumido hasta por sus adversarios políticos. Aparte de convertirla en una gran institución, la transformó en un museo de arte, y sentó las bases de lo que hoy es un significativo centro de información y documentación.
De su dilatada carrera política, salpicada de hazañas y de compromisos con las más nobles causas de la sociedad, es su entrañable relación y amistad con Bosch lo que habrá de perdurar con mayor y singular intensidad en su hoja de vida. “Lo traté en París; siete días interminables compartiendo con el Maestro, explica Miguel en ocasión del homenaje que la Fundación Juan Bosch le rindió a la Editora Alfa y Omega, en 2009-; (…) establecimos una amistad que trascendió más allá de la vida y que se mantiene, no en una fe religiosa que no tengo, sino en una fe en el porvenir de los pueblos cuando luchan contra la pobreza con hidalguía y con capacidad sumatoria”.
Para que no quedara duda de la dimensión de esa relación, proclama: “Ya yo había decidido mucho tiempo atrás que mi destino iba atrás del destino de Juan Bosch…”.
Las primeras publicaciones de Bosch en la editora fueron los cuentos La Mañosa, Composición social dominicana, y las nuevas ediciones de los libros aparecidos originalmente en el extranjero: Bolívar, biografía para escolares, Crisis de la democracia de América en la República Dominicana, Bolívar y la guerra social, Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, y otros; también se publicarían los primeros libros de doña Carmen Quidiello de Bosch, Leonel Fernández, Rafael Alburquerque, Euclides Gutiérrez Felix, Felucho Jiménez, Héctor Galván, Aristófanes Urbáez, y los mios, entre otros.
Luego, en Alfa y Omega se hacían e imprimían Vanguardia del Pueblo y la revista Política: Teoría y Acción, órganos del PLD. En varias épocas, la editora era prácticamente ocupada por los equipos que dirigían y laboraban en las publicaciones peledeístas. Entre ellos, en su condición de director de la revista Política, hubo uno que llegó a ser presidente de la República: Leonel Fernández. Hasta que no se imprimían el periódico y la revista, éstos eran la mayor prioridad en la editora, pese a que tenían mucha demanda de impresión y edición.
La empresa, y especialmente el despacho de Miguel, se convirtieron en una extensión del hogar de Don Juan: siempre con la presencia de la hospitalidad y calidez de Minerva y sus hijas. Sobre todo después que renunció a las funciones ejecutivas del Partido, en julio de 1994. En tiempos de oposición política, Miguel era el paño de lágrimas de muchos compañeros.
Miguel se nos fue el 20 de mayo de 2009, a los 63 años. En plena etapa de productividad, como funcionario y como hombre de pensamiento. El próximo jueves, 21 de agosto, se cumplirá el 68 aniversario de su natalicio. Seres como él no mueren nunca. Su amor a la patría, su solidaridad y su ternura por siempre vivirán.
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