Mantener el orden mejora tu salud mental
Un estudio de Ferrari de 2016, titulado ‘El lado oscuro del hogar’, reveló que cuanto más desordenadas son las personas, menor es su satisfacción vital y menor su productividad.
Gracias a su programa en Netflix, la gurú japonesa del orden, Marie Kondo, se convirtió en toda, una tendencia gracias a su método, llamado “KonMari”, que promete no solo una casa ordenada sino también más tranquilidad mental.
“Cuando ordenas tu casa, también ordenas tus asuntos y tu pasado”, explica Kondo en su libro ‘La magia del orden’. “Por lo tanto, puedes ver claramente lo que necesitas y lo que no, y lo que debes y no debes hacer”.
Pero, ¿es realmente tan simple como preguntarte si lo que tienes “desprende alegría” y tirar todo lo que no cumpla con este requisito?
La radióloga Jerrie Sharp y su pareja decidieron deshacerse de aproximadamente un tercio de las pertenencias que tenían en su casa de Londres después de ver ‘El método de Marie Kondo’.
Las consecuencias que esa decisión tuvo para su salud mental son visibles, asegura Jerrie: “Mi compañero es bipolar, y le supuso una gran diferencia tener la oficina ordenada”, añade. “Antes ahí tenía muchísimas cosas”.
“Y yo me he vuelto más productiva por el simple hecho de no tener distracciones. Los libros que quedan en los estantes son los que me encantan. Ya no me quedo mirándolos pensando: ‘Ese no lo he leído'”.
Abigail Evans, que recientemente comenzó a seguir el método KonMari, concuerda en que los efectos positivos fueron instantáneos.
“No puedo descansar hasta saber que tengo la habitación ordenada”, reconoció la joven, de 26 años. Así, seguir los consejos de Kondo y aplicarlos poco a poco le funcionó.
“Siempre he sido el tipo de persona a quien le gusta el orden, y Kondo hace que parezca muy fácil”.
El desorden no es bueno
Joseph Ferrari, profesor de psicología de la facultad de Saint Vincent de Paul, en Chicago, explica que este tipo de respuesta es lógica. De hecho, sugiere que tal vez deberíamos ir más lejos de lo que recomienda Marie Kondo al ordenar la casa.
Un estudio de Ferrari de 2016, titulado ‘El lado oscuro del hogar’, reveló que cuanto más desordenadas son las personas, menor es su satisfacción vital y menor su productividad.
“Vivimos en una sociedad en la que nuestros deseos se convierten en necesidades. Lo que tenemos que hacer es desprendernos de cosas. Yo a la gente le digo: no acumules reliquias, acumula relaciones”.
No solo Marie Kondo y el profesor Ferrari abogan por las virtudes de acabar con el desorden. Muchos otros expertos exaltan los beneficios del orden, ya sea en el hogar o en la oficina.
¿Podría ser peor? Dicen que todos los excesos son malos…
“¿Tenemos que dar por hecho que la eliminación del desorden es algo bueno porque es lo opuesto a la acumulación?”, se preguntaba la psicóloga Vivien Diller, de Nueva York, en The Atlantic en 2015, en un artículo sobre los pacientes que sentían una necesidad compulsiva de ordenar.
“Cuando se trata de alguien que no puede tolerar el desorden o no puede quedarse quieto sin limpiar o tirar cosas, estamos hablando de un síntoma”, aseguró.
Entonces, ¿dónde deja todo esto a los que realmente no les molesta tanto un poco de desorden y que a la vez nunca se plantearían si sus calcetines les dan alegría?
Por suerte, tienen su propio gurú (o algo parecido). Se trata de Tim Harford, columnista, presentador de radio y autor de ‘El poder del desorden’.
“Apliqué el método de Marie Kondo con mi ropa, y funciona”, afirma Harford.
Sin embargo, asegura que un escritorio desordenado no es el fin del mundo, y que la idea de que todo puede ponerse automáticamente en el lugar adecuado desde el principio no siempre es cierto.
“Cuando estás haciendo algo creativo, cuando estás haciendo cosas, se crea desorden”, dijo a la BBC. “Tratar de ordenar las cosas demasiado pronto o con demasiada frecuencia te llevará a sentirte mal”.
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