DESCONFIAR DEL VECINO
Escrito por: FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX ( henriquezcaolo@hotmail.com ) Los viejos “sociólogos del conocimiento” creían que la devoción religiosa sólo era posible en las pequeñas comunidades. En las aldeas todo el mundo se conoce, cada vecino está “al día” sobre las enfermedades, sufrimientos y pasiones de sus “compueblanos”; conoce sus amores y rencores; en ocasiones, hasta el monto de sus deudas. En poblaciones pequeñas “se sabe” quién bebe muchos tragos, quién engaña a todo el mundo y quién trabaja con ahínco. Cada habitante es percibido por el otro como una entidad humana con sentido y significado. En las grandes ciudades es imposible conocer la intimidad de los demás. Las relaciones interpersonales son precarias y dificultosas. En Nueva York es de rigor presentar el carnet de identidad para iniciar los pasos de cualquier gestión burocrática; tarjeta de crédito, lugar de residencia, dirección electrónica, son inexcusables. En el ascensor de un edificio de apartame