OTRO SOLDADO DE LA PATRIA QUE ENRUMBA EL CAMINO DEL MAS ALLÁ


PANCARTA
Hernando Ramírez y su legado de dignidad
Raúl Pérez Peña (Bacho)
fundaciontestimonio@gmil.com
El fallecimiento del general Miguel Ángel Hernando Ramírez enluta la conciencia histórica de los dominicanos, pero con la recompensa de que mantuvo en alto la dignidad de la Patria del 24 de abril.
Esa dignidad fue un signo relevante de Hernando Ramírez hasta los últimos días de vida.
El general salió animado de su lecho de enfermo en meses recientes para compartir con Juan Miguel, y conmigo, imágenes fílmicas de momentos cruciales de la guerra Patria de singular patente testimonial. Fue propicio ese momento para repasar un poco la presente panorámica dominicana tratando temas en los que ese militar honrado ratificaba de manera coherente, sin poses y con sencillas palabras su lealtad inmutable al patriotismo sin factura y a los principios que provocaron el levantamiento cívico militar de 1965.
Hernando Ramírez fue repetitivo hasta la saciedad en señalar que el gran héroe y protagonista de Abril fue el pueblo dominicano.  
Esa actitud de absoluto respeto por el rol determinante del pueblo dominicano en la resistencia a la intervención vejatoria e ignominiosa de 1965 marcan la imagen que por siempre debe perdurar entre nosotros del glorioso oficial.
El pueblo dominicano debe dimensionar la estatura de figuras como el general Hernando Ramírez, porque su trayectoria se convierte en expresión de su arsenal moral.
Esa interpretación se reserva para aquellos que con sus “estrellas en la frente” se inmortalizan en la historia.
Los coroneles Rafael Fernández Domínguez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Juan María Fernández y otros, de su misma estatura histórica, dejaron sus huellas gloriosas en tiempo de Abril, para que sepamos mantenerlos como referentes imperecederos.
Lo mismo hay que proclamar de Juan Miguel Román, Euclides Morillo, Amaury Germán y cientos de héroes por cuya memoria debemos ser intransigentes, siempre como aliciente ante los retos que tiene por delante el pueblo dominicano en este dramático presente.
Creer en las reservas de lucha del pueblo dominicano entraña sumar la memoria de aquellos que vivieron y cayeron en la convicción de que “la Patria es ara, no pedestal”. Fue a esa legión honrosa que perteneció el general Miguel Ángel Hernando Ramírez.
Su amistad y conducta de vida estimularon siempre a quien escribe a mantener con firmeza la herencia revolucionaria del indómito y glorioso Abril de 1965.
¡No lo defraudaré mi General!

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