A los remisos del PRD les espera una noche larga



César Medina
lobarnechea1@hotmail.com
La Real Academia de la Lengua Española ñcerquita que la tengoñ define al remiso como un tipo reacio, renuente, contrario, reticente, remolón, perezoso, apocado, indisciplinado, indócil...
Para aplicarlas a los insurrectos del PRD, a los que fueron por lana y salieron trasquilados ñjamás mejor empleada esta antigua frase catalanañ, me quedo simplemente con dos acepciones: indisciplinados y remolones.
Porque remolones es justamente lo que son estos dirigentes perredeístas que se niegan a acatar la realidad que les golpea la cara, la legalidad, la irrefutable ley de los hechos incontrovertibles, que no tienen marcha atrás, provocados por ellos mismos, producto de sus errores e incalculables metidas de pata.
El último de sus graves errores fue el de ayer. Y aún así son incapaces de reaccionar, a pesar de que sólo pudieron reunir a una tercera parte de los diputados del partido, pero no tienen la grandeza de admitir que Miguel Vargas volvió a derrotarlos.
Y peor aún, no alcanzan a entender que les queda tiempo. No mucho, pero el tiempo suficiente para recomponer la carga en el camino, porque todavía tienen espacio por andar.
Para algunos de ellos, en particular los más rabiosos opositores a Miguel Vargas ñMilagros, Hugo y Esquea, para sólo citar tres entre no muchosñ, les resultará poco menos que imposible el retorno porque cerraron definitivamente la puerta tras sus espaldas.
No dejaron ni siquiera una rendija para mirar los acontecimientos. Cerraron a banda, como diría un buen jugador de dominó, a pesar de que al mejor lo tienen tan cerca... Como para saber que cuando se manda el tranque a banda tienen que estar bien calculadas todas las fichas en manos y saber bien que su frente no tiene el doble seis... Como es el caso.
A esos “viejos robles” ñsi se desea incluyo a Ivelisse y a Felloñ, los mata el orgullo. No pueden entender que eso que llaman “dialéctica perredeísta” los dejó atrás. Injusto o no, pero se quedaron en la gatera como caballos sin jinetes, remolones, reacios, renuentes, reticentes, contrarios, perezosos, indisciplinados, apocados, indóciles...
El riesgo ahora es que esos caballos se desboquen por la desesperación y se lleven la valla, en cuyo caso sólo ellos sufrirán los daños. Porque tiempo hay de sobra para repararla y acondicionarla con miras a la próxima carrera, que será en cuatro años.
El PRD sin dueño
“El PRD no tiene dueños...”. La frase, que la escuché por primera vez en un discurso de Majluta en 1984, cuando garateaba el liderazgo de ese partido con Peña Gómez, ha sido repetida varias veces en los últimos tiempos por Hipólito Mejía, quien la adereza agregando que “las bases son las dueñas del partido”.

Se equivocó Majluta aquella vez. Y se equivoca ahora el señor Mejía. La experiencia demuestra que el dueño del PRD es quien representa sus siglas y sus simbologías, aunque la propiedad sea transitoria, justo lo que está empuñando hoy Miguel Vargas.
Fue lo que hizo Bosch en su momento, y repitió Peña años después.
La realidad ñtan tozuda a vecesñ es que la sentencia del Tribunal Superior Electoral le entregó el partido a Miguel Vargas. Y Miguel Vargas lo ha sabido empuñar con un discurso inteligente de puertas abiertas a todos los que deseen el retorno. Con una sola condición: Disciplina y obediencia jerárquica. A eso no hay que agregarle más nada.
De ahí que estén retornando los que se fueron o que estaban fuera. Como el doctor Salim Ibarra, por ejemplo, que estuvo muy cerca de Hipólito y que está de vuelta defendiendo la institucionalidad que dice representa Vargas.
Cuarentiun diputados que fueron ayer a la convocatoria de Vargas lo dice todo. A la de Hipólito acudieron apenas unos 20, aunque dijo Hugo que fueron 30.
Algunas figuras relevantes del perredeísmo también se aliñan para volver, particularmente los más jóvenes que hacen carrera política en ese partido y que han desarrollado gran vocación política, como David Collado y Neney Cabrera... Y también en la dirección alta e intermedia y gente de mucho arraigo en las bases perredeístas, como Alfredo Pacheco, negocian con Miguel Vargas su retorno a un partido del que nunca se han ido, pero que en un momento de confusión cerraron filas con el grupo del señor Mejía.
Haciendo bembitas...
Otros se quedarán haciendo bembitas, sobre todo los que fueron muy allegados a Miguel Vargas y “fueron por lana...” Esos, que salieron trasquilados, no tienen cabida otra vez en los afectos del presidente perredeísta, comentan sus más allegados.

Aunque la política del PRD en este momento es de cero exclusión, difícilmente Andrés Bautista y la señora Vásquez puedan retornar a sus puestos con la capacidad de decisión y el poder que tenían hasta antes del 20 de mayo. A ambos los puso Vargas en la presidencia en funciones y en la secretaría de organización. Pero fueron los primeros en afilar hachas contra el presidente del partido. ¡...Pa’ pichón mucho voló! Dicen de la señora Vásquez ahora algunos de los más cercanos colaboradores de Vargas.

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