Los que apuestan a la división
Los que apuestan a la división
Faltando menos de un mes para la toma de posesión como Presidente Constitucional de la República del Lic. Danilo Medina Sánchez, es más que evidente que los sectores políticos, mediáticos y de la sociedad civil que salieron derrotados han tomado la insólita bandera, de buenas a primera, de convertirse en “consejeros sanos” y públicos del nuevo Presidente.
“Danilo tiene que alejarse de Leonel”; “Danilo tiene que barrer con todos los funcionaros del gobierno de Leonel”; “Danilo tiene que destutanar a todos los miembros del Comité Político”; “Debe de separarse de Carlos Morales y el PRSC”; “Tiene que distanciarse de los partidos aliados del Bloque Progresista, que sólo andan detrás de cargos”; son los envenenados consejos que más abundan en tertulias y articulejos que responden todos a una línea maestra de acción, cuyo norte es el aislamiento político del nuevo gobierno, que tendrá entre sus mayores retos enfrentar con éxito el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento de la economía, el combate a la pobreza, el tema de la educación y el problema eléctrico.
Lo pintoresco de todo lo anterior es, que la mayoría de los nuevos consejeros mediáticos fueron la gente que hizo todo lo posible y hasta lo imposible porque Danilo Medina no fuera Presidente de la República y que andaban en la comparsa pepehachista, en procura de que Hipólito Mejía volviera al poder para descuartizar esta nación como lo hiciera en el cuatrienio 2000-2004.
La realidad es que si algo quedó absolutamente claro de este proceso, fue el rol de la unidad monolítica del PLD y su exitosa política de alianzas amplia con el PRSC y el Bloque Progresista como ejes determinantes para la victoria del pasado 20 de mayo. Fue esa formidable coalición detrás de Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández la que aplastó al pepehachismo, sus compinches de la sociedad civil y sus bocinas mediáticas, que todavía hoy, a dos meses de la derrota, roñan y rumian en la sombra el resultado electoral que tanto contrarió sus propósitos.
El tinglado de fuerzas diversas que confluyeron con el pepehachismo electoralmente ha trazado un plan de procurar la división en el PLD y el Bloque Progresista. Se pretende que los primeros cien días del presidente Danilo Medina estén matizados por noticias políticas negativas de desintegración de la unidad de fuerzas triunfante, en ocasión de la conformación del gabinete del nuevo gobierno.
Se maquina en la sombra el hecho de que si se produjera una situación de rompimiento de su base de sustentación política (PLD y Aliados), el gobierno de Danilo nacería débil y a merced de las presiones que desde ya se preparan en la llamada sociedad civil, para exigirle el 4% del presupuesto para la educación, así como otras justas reivindicaciones populares y la hipócrita lucha contra la corrupción del actual gobierno.
Estoy absolutamente seguro de que Danilo Medina tiene el tino, la prudencia y la sagacidad política suficiente para darse cuenta de los peligros y las celadas que este malvado tinglado de fuerzas (que quiso impedir su llegada al poder) procura, aprovechando el hermetismo correcto y legítimo que ha tenido como Presidente electo, con muchos de sus compañeros y aliados que lo llevaron a la victoria, en cuanto a qué hará a partir del próximo 16 de agosto.
Estoy consciente de que el país quiere caras nuevas en el nuevo gobierno; pero, no puede nadie confundir ese anhelo legítimo, llevándolo al extremo de creer que Danilo Medina pueda afectar la base política que lo llevó al poder.
La coexistencia de ambas realidades será la clave del buen inicio del nuevo gobierno. No me cabe duda de que saldrá airoso de las expectativas que el pueblo tiene sobre él y su gobierno. Pero no está de más advertirle como amigo y aliado de los planes macabros que urden en la sombra sus enemigos políticos, que ahora se pintan como sus nuevos amigos y consejeros.
LISTIN DRIARO
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