Las mayores mujeres gangster de la historia


Las grandes mujeres de la ciencia, la política y el arte no han sido debidamente reconocidas a lo largo de la historia, las más grandes villanas tampoco. El mundo del contrabando, la trata de blancas, el narcotráfico y el crimen organizado no solo ha sido dirigido por hombres. En algunos momentos han sido las mujeres las jefas de las más grandes organizaciones criminales.

Hoy te presentamos 5 mujeres que sin duda supieron abrirse paso en un mundo de hombres. Vamos a conocerlas un poco más.

5. Pearl Elliott


Elliott fue una poderosa madama de Chicago. Durante la época de la prohibición, junto a John Dillinger y Harry Pierpont, dominaron gran parte del negocio de la prostitución, las drogas y las apuestas ilegales de la ciudad.

Inicialmente, el burdel de Pearl Elliot contaba con cierta protección policial, a la vez que servía de escondite para sus compañeros criminales. Con Elliot en el burdel y Pierpont en las calles, el negocio iba sobre ruedas. Elliot estaba requerida, pero logró eludir a la policía y vivió hasta los 47 años, cuando murió de una enfermedad que se supone era cáncer.

4. Ma Barker


Arizona Clark y George Barker conformaron, junto a sus cuatro hijos, una familia criminal. Arizona Barker lideró una pequeña pandilla que no era nada más ni nada menos que su propia familia. En 1927 uno de los hijos Barker se suicidó para evitar un arresto, y posteriormente el resto de los hermanos cayó en prisión. 

Cuando Fred, el menor de los hijos, salió de prisión, volvió a reunir a la pandilla junto a Alvin Karpis, conformando la Barker-Karpis gang. Hacia 1932 todos los hermanos estaban libres y la pandilla estaba revitalizada, nuevamente en acción. Rápidamente se lograron la fama de ser la banda criminal más peligrosa de Estados Unidos. En 1935 el FBI allanó la casa de los Barker, donde se desató un tiroteo y murieron.

3. Stephanie St. Clair


St. Clair nació en 1885 en Martinica, la isla francesa en el mar Caribe. En 1912 partió a Nueva York y se instaló en el distrito de Harlem, donde comenzó su carrera en el mundo del crimen organizado. Comenzó a apoderarse del negocio de las drogas, el alcohol y las apuestas ilegales.

Stephanie St. Clair lideró uno de los dos grandes grupos que se disputaron el dominio de Harlem durante la época de la Prohibición. Durante los años 30 y 40 la guerra contra la banda Dutch Schultz fue realmente dura y murieron más de 40 personas. St. Clair perdió poder y tuvo que llegar a una tregua con Schultz, al darse cuenta de que no podría sostener esa guerra durante mucho tiempo más. 

2. Marie Baker (Rose Durante)


También conocida como la chica de las dos pistolas. Rose Durante, alias Marie Baker encabezaba la banda de mujeres conocida como la Pretty Pants Bandit o Pants Gang, que literalmente significa banda de los pantalones bonitos. Obtuvieron su nombre gracias a un famoso robo a una tienda en Miami, en el que Baker le indicó a todas las mujeres que se saquen sus pantalones, y a las que no lo hacían se los quitaban a la fuerza.

Baker era una mujer hermosa y, según Miami News, su propia vanidad la hizo caer. Mientras verificaba su maquillaje durante el asalto a una tienda, un rehén logró escapar y rápidamente fue capturada. Posteriormente revelaron su verdadero nombre, Rose Durante.

1. Virginia Hill


Vivió en Estados Unidos entre 1916 y 1966. Fue una de las mayores protagonistas femeninas del crimen organizado. De origen humilde, Hill siempre contaba que fue dueña de su primer par de zapatos recién a los 17 años. Trabajó para Al Capone en Chicago y fue pareja del famoso gángster Bugsy Siegel, uno de los principales distribuidores de alcohol durante la Prohibición.

Cuando dispararon a Siegel en 1947, Virginia Hill declaró que no tenía conocimiento sobre las actividades ilícitas de su pareja, y que no sabía quién ni por qué querría asesinarlo. A partir de ese momento ella tomó las riendas del negocio y fue ganando territorio y poderío en Los Ángeles. Misteriosamente fue hallada muerta en Austria por una supuesta sobredosis.

El mundo del crimen organizado no es exclusivo de los hombres. Estas mujeres fueron líderes de pandillas y familias criminales que operaban entre negocios legales e ilegales, conquistaban territorios, agrandaban su imperio y no tenían nada qué envidiar a grandes hombres del crimen como Al Capone.

Aún así, ninguna de ellas fue debidamente reconocida. Claro que no deberían sentirse orgullosas de su actividad, ni mucho menos deberían ser objeto de admiración. 




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