China y su arma invisible

El arma invisible que permite a China "mantener como rehenes a un cuarto del mundo sin un disparo"

Es improbable que Pekín utilice este recurso deliberadamente para desencadenar "un acto destructivo contra sus vecinos", pero el hecho es que le proporciona "una enorme influencia" en la región.

El arma invisible que permite a China "mantener como rehenes a un cuarto del mundo sin un disparo"

Soldados chinos en un buque de guerra durante la ceremonia de clausura del ejercicio multinacional AMAN-17 en el mar Arábigo, Pakistán, el 14 de febrero de 2017.
Akhtar Soomro / Reuters

China posee un arma "oculta a la vista" pero "intimidante", que le permite "mantener a una cuarta parte de la población mundial rehén sin realizar un solo disparo": las presas, escribe en un artículo para 'The National Interest' el analista Eugene Chow.

Según explica Chow, con más de 87.000 presas y el control de la meseta tibetana —fuente de diez ríos más importantes de los que dependen 2.000 millones de personas— China posee "un arma de destrucción masiva", ya que "con un solo giro del interruptor puede liberar centenares de millones de galones de agua", causando inundaciones catastróficas que "cambiarían la forma de ecosistemas enteros en los países río abajo".
Temores de los vecinos 

El analista precisa que es muy improbable que China desencadenara deliberadamente "un acto tan destructivo contra sus vecinos", pero el hecho es que posee "una enorme influencia" por su capacidad para controlar "el recurso más esencial de la vida".

No en vano, el "aumento dramático" de las presas desde 1949 alimentó temores en las naciones vecinas. Milap Chandra Sharma, un glaciólogo de la Universidad Jawaharlal Nehru en Nueva Delhi, aseveraba que, "además de causar problemas ambientales, las represas en el Tíbet pueden ser desastrosas" para la India, porque "pueden desencadenar su furia durante terremotos o accidentes", o bien ser "fácilmente utilizadas contra la India durante una guerra" mediante su destrucción intencionada.

A su vez, Chow recuerda que los vecinos del sur de China "tienen razones para preocuparse". Así, en el pasado, la India ha culpado a las rupturas repentinas de las presas chinas de varias inundaciones, incluida una que causó daños valorados en 30 millones de dólares y dejó 50.000 personas sin hogar en el noreste de la India.

Además de las inundaciones, también se apunta a las presas chinas como responsables del empeoramiento de las sequías en la región. El año pasado, recuerda Chow, Vietnam pidió a China que liberara agua de la represa de Yunnan en el río Mekong para aliviar la sequía en el sudeste de Asia. China aceptó hacerlo y las aguas fluyeron en Camboya, Laos, Birmania, Tailandia y Vietnam.
"Un arma de facto"

En definitiva, estos ríos son fundamentales para la vida en el sur de Asia, pues proporcionan agua potable, riego para la agricultura, hábitats para la pesca y transporte para el comercio.

Por lo tanto, "ya sea intencional" o no, el agua se ha convertido en "un arma de facto" que proporciona a Pekín un poder político significativo sobre sus vecinos del sur, y a medida que la escasez de agua empeore, la necesidad de este vital recurso crecerá, al igual que el poder de Pekín, advierte Chow.




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