Un año de pandemia: el confinamiento que marcó nuestras vidas
El 11 de marzo, la OMS declaraba oficialmente la pandemia por el brote del nuevo coronavirus causante de la COVID-19 y pocos días después, el 14 de marzo, en España se declaraba el estado de alarma. Así vivimos el confinamiento, y así lo recordamos un año después.
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El 31 de diciembre de 2019, China notificaba a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el surgimiento de un grupo de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan. Pocos días después, la OMS informaba de que un nuevo coronavirus era el causante de dicha enfermedad.
Desde Europa escuchábamos las noticias que nos venían de China y leíamos que los ciudadanos de Wuhan hacían cuarentena en sus domicilios como quien ve una película apocalíptica: la nueva epidemia nos sonaba muy lejana, aunque cada vez se hablaba más de ello por las calles. Entre bromas y admiración nos llegaban vídeos que contaban que en Wuhan iban a construir un hospital en diez días, los bulos con teorías conspiratorias en torno al nuevo coronavirus se hacían virales y los expertos trataban de comprender el funcionamiento de esta nueva enfermedad que se extendía a la velocidad de la pólvora.
En febrero, en Muy Interesante comenzamos a contaros diariamente, con los datos procedentes de la Universidad Johns Hopkins, en qué países del mundo se habían notificado nuevos casos. Un año después, seguimos actualizando este artículo semanalmente, hoy con mucha más información de la que se tenía entonces y con la esperanza puesta en las campañas de vacunación masiva que acaban de comenzar.
La nueva enfermedad, bautizada como COVID-19, siguió traspasando fronteras. Italia fue el primer país europeo donde se desató la crisis y se debieron decretar medidas drásticas y confinamiento domiciliario. Reinaba la confusión y había muchas dudas sobre cómo actuar, si era apropiado usar mascarillas dada la escasez de las mismas y su necesidad en los hospitales, si era temerario ir a tomarse algo a un bar, si había que dejar de llevar a los niños al colegio…
En Muy Interesante os fuimos informando puntualmente, siempre asesorándonos con expertos en la materia, sobre lo que se iba sabiendo del virus que hoy llamamos SARS-CoV-2. Mucha de la información y de las recomendaciones que se daban entonces han cambiado, algo lógico dado que se trata de una nueva enfermedad y ha pasado muy poco tiempo desde que convive con nosotros (aunque a todos nos parezca una eternidad). Sin embargo, hoy leemos esos artículos y nos parecen un buen testimonio de lo que sucedía y de lo que vivimos en aquellas semanas. Por ejemplo, este artículo, publicado a finales de enero, en el que desmentíamos, con la información de la que se disponía en aquél momento, algunos de los bulos más virales:
Y llegó el 11 de marzo:la OMS declara que el brote es una pandemia, que el virus se ha extendido a al menos 114 países, ha matado a más de 4 000 personas e infectado a casi 120 000, unas cifras alarmantes pero que eran solo el principio de lo que estaba por venir. El 14 de marzo, y como se esperaba desde días atrás, el Gobierno de España decretaba el estado de alarma para hacer frente a la expansión del coronavirus causante de la COVID-19. Los ciudadanos nos debatíamos entre el miedo a esta nueva enfermedad desconocida y la angustia ante la perspectiva de un confinamiento domiciliario de quince días, sin saber que la cuarentena aún se iba a alargar muchas semanas más.
Y comenzó la primavera más extraña de nuestras vidas: vimos llover desde la ventana, compatibilizamos a duras penas teletrabajo, tareas infantiles y vida social en unos pocos metros cuadrados (y nos dimos cuenta de que la pandemia también entendía de diferencias sociales, pues el confinamiento no fue igual si tenías jardín o terraza o vivías en un piso interior sin luz natural), veíamos con angustia la información del ‘mundo exterior’ con hospitales colapsados y calles desiertas, pintábamos arco iris y aplaudíamos desde los balcones. Algunos lo vivieron, desafortunadamente, mucho más de cerca, y sufrieron la pérdida de algún familiar o estuvieron en primera línea, saliendo a la calle todos los días al tener algún empleo esencial.
En este artículo os contábamos, precisamente, cómo vivían los sanitarios españoles el día a día en los hospitales:
Equipos de investigación de todo el mundo trabajaban contrarreloj para responder a las infinitas preguntas sobre el nuevo virus, su transmisión, su funcionamiento a la hora de infectar el organismo… había que contener la pandemia y encontrar tratamientos y vacunas. Se desmentían bulos, como que el virus había sido creado en un laboratorio o que su expansión tenía que ver con el 5G, y también nos preocupaban las consecuencias psicológicas que podían tener las semanas de confinamiento domiciliario:
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En Muy Interesante también quisimos profundizar más en el contexto histórico y social, y en esta entrevista analizamos las respuestas rápidas de contención del virus que se habían dado en países como Corea del Sur o Singapur, y destacamos la importancia de la cultura científica de la sociedad en un contexto de pandemia.
Fueron semanas muy duras, de angustia y ansiedad. Salíamos a hacer las compras esenciales con miedo, las calles aparecían vacías, desoladas, aunque también nos dimos cuenta de que sin tráfico había más espacio para pasear y a veces hasta se escuchaban los pájaros(¡ojalá no hiciera falta una pandemia para tener esas sensaciones!). Veíamos vídeos como este, que nos muestra ese panorama sobrecogedor de algunas de las grandes ciudades del mundo en silencio y vacías. ‘El Gran Encierro’, decían algunos que se recordarán estos meses en los libros de historia.
Hoy, un año después del comienzo de la pandemia y del confinamiento que marcó nuestras vidas, rememoramos esos momentos como una especie de sueño lejano, algo que nunca pensábamos que viviríamos nunca. El impacto emocional, económico y social es grande, y todos en alguna medida estamos tocados por el virus y sus efectos. La pandemia no ha terminado, y aunque las restricciones y las medidas de distanciamiento social nos pesan, sabemos que debemos perseverar y hacer todavía un esfuerzo más. En el horizonte hay esperanza: las campañas de vacunación, aunque lentas, avanzan, los pocos datos que tenemos sobre la inmunidad que generan algunas de las vacunas son alentadores y, aunque preocupa el surgimiento de nuevas variantes, todos necesitamos mirar el futuro con optimismo. Ojalá, en los próximos años, cuando volvamos a rememorar estas fechas que definitivamente nos cambiaron la vida, podamos referirnos a la pandemia, por fin, como algo del pasado y ya superado.
Tomado de la revista "Muy Interesante"
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