Manolo Pichardo: Mi salida del PLD/y 3
Manolo Pichardo
Sentí orgullo del papel jugado por el PLD en el proceso de transformación del país; un orgullo que, sin embargo, fue acompañado de críticas que centré en la desigualdad social, que aunque en grado menor, persiste; en la derivación de la vocación de servicios hacia la de servirse; una degradación que inició en el partido y se trasladó al Estado, cuando los grupos que operaban a lo interno comenzaron a desmontar el partido concebido por Bosch, para convertirlo en una maquinaria electoral desprovisto de ideología y anclado en el pragmatismo que fue convirtiéndolo en una corporación e instrumento de acceso al poder para la maximización de ganancias.
Instrumentalizado el Partido, abierto hasta el estupro, la degradación comenzó a hacer metástasis. Lo advertimos e intentamos iniciar un debate para llamar la atención sobre lo que sucedía, reclamando volver a los métodos de trabajo, a la democracia interna, a los valores fundacionales; sentíamos que se perdía la mística y con ella la conexión con la sociedad, por lo que llamamos a “desguzanizar” al PLD, un símil que pretendía emular la “desgarrapatización del buey” impulsado por Bosch en los años 70 para referirse a la limpieza del PRD, porque pasamos de ser militantes orgullosos, por instruidos y honestos, a miembros de un conglomerado electorero, incapaz de ver a los ojos a nuestros conciudadanos.
El pasado 6 de octubre, durante la celebración de las primarias internas, el descaro fue más descarado. Ya los fraudes durante los procesos internos se habían hecho habituales, pero mordíamos nuestros labios de impotencia con la idea de rescatar al partido. Esta vez el pueblo pudo ser testigo de lo inimaginable, pues del evento interno vertió pus a borbotones en plenas acciones diurnas, despertando la perplejidad de observadores nacionales y extranjeros que, como Participación Ciudadana, han definido el resultado del evento comicial como ilegítimo.
Aquello nos convenció de que el PLD había concluido su misión histórica, y que por tanto muestra militancia en él había perdido el sentido. Los valores que me llevaron a organizarme en él fueron sustituidos por otros contrapuestos. Y es que, esa organización tomó como hábito todo contra lo que luchamos y le dio sentido a su existencia.
Presidente de la Copppal, diputado al
Parlacen y expresidente de ese órgano parlamentario
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