Gregorio Luperón
EL ETERNO GENERAL: Gregorio Luperón
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SÍNTESIS BIOGRÁFICA
Nació el 8 de septiembre de 1839 en la ciudad de Puerto Plata. Su madre se llamó Nicolasa Duperón, una inmigrante de color, inglesa, dueña de un ventorrillo y para quién de niño, tuvo que vender piñonate en una bandeja por las calles, para ayudar al sostenimiento del hogar. Su padre Pedro Castellanos. Su apellido original francés era, pues, Duperón, que luego se castellanizó como se conoce en la actualidad.
Aprendió primero el inglés, lengua que se hablaba en su casa, más que el español. Cuando apenas tenía catorce años, mostraba una fuerza de carácter y una dedicación al trabajo de hombre hecho y derecho, lo que hizo que Pedro Eduardo Dubocq, comerciante establecido en Puerto Plata, lo encargara de dirigir los trabajos de cortes de madera que tenía en Jamao. Desempeñó este trabajo a cabalidad, aprovechando además la biblioteca existente en la casa de campo que el señor Dubocq poseía en el lugar, para cultivar su espíritu. Y a los 19 años, en 1858, instaló una casa de comercio en Yásica.
Acción patriótica
Teniendo solamente veintidós años cuando se produce la anexión, el joven Luperón siente en lo más íntimo de su ser, la rebeldía contra el nuevo estado de cosas y, solo, castiga a los malos dominicanos que se atreven, en su presencia, a menospreciar lo dominicano. Habiéndole dado una paliza a uno de éstos, fue hecho preso pero escapó de la cárcel, buscando refugio en Haití desde donde se trasladó a los Estados Unidos. Poco tiempo después regresó clandestinamente por Monte Cristi, tomando parte en el levantamiento de Sabaneta en 1863.
Al año siguiente, meses antes de estallar la Guerra Restauradora, con apenas 24 años y debido a sus méritos, fue designado general de brigada. En septiembre de 1863comandó las tropas que atacaron Santiago y era tanto su prestigio que, cuando se instaló el 14 de ese mes el Gobierno Provisorio de la Restauración, fue electo Presidente, pero en un acto de desprendimiento renunció. Fue entonces escogido José Antonio Salcedo (Pepillo).
Durante ese mismo mes enfrentó militarmente a Pedro Santana en La Vega y Arroyo Bermejo. En los meses posteriores y durante los años 1864 y 1865, mientras duró la guerra, no obstante haber sido víctima de intrigas, la participación en batallas y combates de Gregorio Luperón fue muy destacada, alcanzando los más altos rangos militares. Entre las acciones militares más importantes en las que intervino se destacan la de Sabana del Vigía, Guanuma, Monte Plata, Bayaguna, Bermejo, Yerba Buena, Paso del Muerto y Río Yabacao.
Propuesto para varios cargos en los diferentes Gobiernos provisionales de la Guerra Restauradora, renunció y sus sentimientos humanitarios quedaron de manifiesto cuando el 5 de noviembre de 1864protestó por el fusilamiento de Salcedo, en la playa de Maimón.
Revolución
Meses después de terminada la Guerra Restauradora, al ser elegido Buenaventura Báez presidente de la República, Luperón, consciente de los planes antinacionales de aquel, inició una revolución, la cual triunfó el 29 de mayo de 1866. Al cesar el Gobierno del Triunvirato, que estaba integrado por los generales Pedro A. Pimentel, Gregorio Luperón y Federico de Jesús García, asumió la Presidencia el general J. M. Cabral.
En octubre de ese año Luperón estableció en Puerto Plata una casa de comercio, pero siempre estuvo dispuesto a luchar por la integridad de la República. Eso se vio cuando enfrentó en 1864 a Cabral ante las pretensiones de este de arrendar la bahía de Samaná. Y durante el período 1868-1874, llamado el Gobierno de los Seis Años de Báez, el patriotismo de Luperón alcanzó elevadísimos niveles, pues no desmayó un momento en su lucha y en diligenciar recursos con países amigos para derrotar, como finalmente se logró, los planes anexionistas de Baéz, que eran apoyados por el presidente norteamericano Ulises Grant.
En 1877, derrotado el Gobierno civilista de Ulises Francisco Espaillat, Luperón marchó al destierro, del cual regresó al año siguiente, pero se dirigió de nuevo al extranjero en el mes de noviembre. En abril de 1879 asistió en París a un banquete al cual concurría el afamado escritor francés Víctor Hugo y fue aclamado presidente de honor de las sociedades Salvadores del Sena y Salvadores de Francia.
Ese mismo año, ya de regreso en el país, en el mes de octubre inició en Puerto Plata la revolución contra el presidente Cesáreo Guillermo, constituyendo y presidiendo un Gobierno Provisional. Durante el año que duró su Gobierno las artes y la industria nacional alcanzaron un gran desarrollo y sucedió el hecho de que, ante una petición del cónsul de España, se negó a deportar de Puerto Plata al exiliado general cubano Antonio Maceo.
RECONOCIMIENTOS
Instalado en la Presidencia, el 1 de septiembre de 1880, monseñor Fernando A. de Meriño, por recomendación y apoyo de Luperón, este recibió durante los años 1882 y 1883 un sinnúmero de reconocimientos de diferentes Gobiernos europeos y firmó, en su calidad de Plenipotenciario y Enviado Extraordinario, tratados a nombre de la República Dominicana.
En 1885, y con su elevado prestigio se dedicó a ejercer su rol como líder del Partido Azul o Liberal. En tal sentido, intervino en 1886 a favor del general dominicano Máximo Gómez, quien de visita en el país había sido encarcelado arbitrariamente, y apoyó la candidatura Ulises Heureaux -Segundo Imbert.
SUS ÚLTIMOS AÑOS
Los últimos años de su vida debieron ser para Luperón muy desesperanzadores, pues tuvo que enfrentar a Ulises Heureaux, su antiguo pupilo, quien había renegado de sus principios liberales, nacionalistas y progresistas y cuyo gobierno ya por 1888 empezaba a perfilarse como una dictadura. En ese año, Luperón declaró su intención de presentar su candidatura para la Presidencia, pero no alcanzó el éxito.
Tampoco lo tuvo en el movimiento revolucionario contra Lilís, en 1893. En 1895 publicó en Ponce el primer tomo de su obra “Notas autobiográficas y apuntes históricos” y en 1896 salieron en la misma ciudad los tomos segundo y tercero. Esa obra es imprescindible para conocer la vida, obra y pensamiento de tan notable dominicano.
Muerte
En diciembre de 1896 enfermó en Saint Thomas. A iniciativa de Emiliano Tejera, Lilís decidió visitarlo y en un acto magnánimo mandó a buscar a su antiguo jefe político y protector. Fue trasladado a la ciudad de Puerto Plata y durante los últimos cinco meses de su vida fue atendido por el Dr. De la Fosse. Así, el 21 de mayo de 1897, después de expresar que los hombres como él no podían morir acostados, falleció y fue enterrado en esa localidad.
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