Kasia Wyderko: Son tiempos sin precedentes
Voy caminando por uno de los rincones más animados, visitados y bohemios -en circunstancias normales-, del mundo, el barrio de Le Marais, en pleno corazón histórico de París, repleto de museos, palacetes del siglo XVII y tiendas design,donde habitualmente se dan cita en los bares último grito los gurús de la moda, artistas de vanguardia, turistas ávidos de experiencias sofisticadas. Llevo encima la credencial de prensa y un certificado con el motivo del desplazamiento (compras de primera necesidad). Recorro sus estrechas callejuelas… todo cerrado, todo vacío, todo blindado. Escenario de un apocalipsis zombie. Como si alguien hubiera arrojado una bomba sobre el centro de una urbe milenaria de 2 millones de almas. En el horizonte no se escucha ni se ve un alma. Lo que más estremece es el silencio. Da mucho miedo el silencio. Necesito cinco largos minutos de marcha rápida para atisbar a lo lejos una figura humana. Es un hombre joven. Está corriendo al lado de su domicilio, aprovechando la