El sociólogo estadounidense Edward Banfiel enumeró 17 corolarios del "familismo amoral" que caracteriza a las sociedades con valores enraizados en el inmediatismo e interés personal, y no en el sentido comunitario. Aquí van:
1. Nadie apoya el interés del grupo, salvo en el caso de que sus propios intereses sean apoyados.
2. Sólo los funcionarios se ocuparán de los asuntos públicos.
3. Habrá pocas cortapisas a las actividades de los funcionarios.
4. Los titulares de los puestos oficiales sólo trabajarán en la medida en que sea necesario para conservar el puesto.
5. La ley no será acatada, cuando no haya razón alguna para temer el castigo.
6. Será difícil lograr mantener las organizaciones.
7. Los funcionarios aceptarán sobornos cuando puedan salirse con la suya.
8. Los débiles favorecerán un régimen de mano dura.
9. Cualquiera que invoque el civismo público como motivación será considerado un farsante.
10. No existirá relación alguna entre los principios políticos abstractos y el comportamiento concreto en la vida cotidiana.
11. No habrá ni líderes ni seguidores.
12. El pueblo votará con la mira puesta a corto plazo.
13. Los individuos apoyarán las actividades comunales sólo si hay algún beneficio directo para sí.
14. Se tendrá poca confianza en las promesas de los partidos.
15. Se supondrá que las personas en el poder son corrompidas, y trabajan en beneficio propio.
16. No habrá organización política digna de tal nombre.
17. Los trabajadores del partido venderán sus servicios al mejor postor.
¿Se parecen a los dominicanos?
1. Nadie apoya el interés del grupo, salvo en el caso de que sus propios intereses sean apoyados.
2. Sólo los funcionarios se ocuparán de los asuntos públicos.
3. Habrá pocas cortapisas a las actividades de los funcionarios.
4. Los titulares de los puestos oficiales sólo trabajarán en la medida en que sea necesario para conservar el puesto.
5. La ley no será acatada, cuando no haya razón alguna para temer el castigo.
6. Será difícil lograr mantener las organizaciones.
7. Los funcionarios aceptarán sobornos cuando puedan salirse con la suya.
8. Los débiles favorecerán un régimen de mano dura.
9. Cualquiera que invoque el civismo público como motivación será considerado un farsante.
10. No existirá relación alguna entre los principios políticos abstractos y el comportamiento concreto en la vida cotidiana.
11. No habrá ni líderes ni seguidores.
12. El pueblo votará con la mira puesta a corto plazo.
13. Los individuos apoyarán las actividades comunales sólo si hay algún beneficio directo para sí.
14. Se tendrá poca confianza en las promesas de los partidos.
15. Se supondrá que las personas en el poder son corrompidas, y trabajan en beneficio propio.
16. No habrá organización política digna de tal nombre.
17. Los trabajadores del partido venderán sus servicios al mejor postor.
¿Se parecen a los dominicanos?
atejada@diariolibre.com
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