Desvelarse, engorda , y otras noticias curiosas.
Pato con patas impresas, y otras noticias curiosas.
Desvelarse, engorda.
Un estudio publicado en la revista SLEEP revela que los adultos sanos que se acuestan habitualmente tarde son más susceptibles de ganar peso. Concretamente, Andrea Spaeth y sus colegas de la Universidad de Pensilvania (EE UU) realizaron un experimento en el que estudiaron en el laboratorio la respuesta de una serie de individuos con edades comprendidas entre 22 y 5 años de edad cuyo descanso se limitó a dormir de 4 de la madrugada a 8 de la mañana durante cinco noches seguidas. Y comprobaron que engordaban más si se les comparaba con quienes dormían una media de 10 horas el mismo número de días (de 10 de la noche a 8 de la mañana).
La razón fundamental de estas diferencias, según concluyen los investigadores, es que los individuos que dormían menos consumían más cantidad comida, especialmente durante la noche, y que la proporción de grasas ingerida a esas horas era mayor que a cualquier otra hora del día.
Los experimentos también revelaron que, en condiciones de restricción de horas de sueño, los hombres aumentan más de peso que las mujeres.
Lanzar objetos, nos permitió evolucionar.
La capacidad de lanzar objetos a gran velocidad y con precisión surgió hace cerca de dos millones de años para facilitar la caza a nuestros ancestros, y supuso un paso crucial en el proceso evolutivo del hombre, según una investigación que acaba de publicar la revista Nature. De hecho, los humanos son únicos en su habilidad para el lanzamiento si se les compara con otros primates. "Aunque los chimpancés son increíblemente fuertes y atléticos, los machos adultos de esta especie solo pueden realizar lanzamientos a 32 kilómetros por hora, lo que equivale a un tercio de la velocidad que imprime a una bola un chaval de 12 años que juega al beisbol", explica Neil Roach, investigador de la Universidad George Washington (EE UU) y coautor del trabajo.
Si no fuésemos buenos en lanzar y correr y algunas otras cosas, nuestros cerebros no habrían evolucionado hacia tamaños mayores ni se habrían desarrollado habilidades cognitivas como el lenguaje. Es decir, que si no fuera por nuestra capacidad de lanzar no seríamos lo que somos hoy", concluye Daniel Lieberman, investigador de la Universidad de Harvard y coautor del estudio.
Un estudio publicado en la revista SLEEP revela que los adultos sanos que se acuestan habitualmente tarde son más susceptibles de ganar peso. Concretamente, Andrea Spaeth y sus colegas de la Universidad de Pensilvania (EE UU) realizaron un experimento en el que estudiaron en el laboratorio la respuesta de una serie de individuos con edades comprendidas entre 22 y 5 años de edad cuyo descanso se limitó a dormir de 4 de la madrugada a 8 de la mañana durante cinco noches seguidas. Y comprobaron que engordaban más si se les comparaba con quienes dormían una media de 10 horas el mismo número de días (de 10 de la noche a 8 de la mañana).
La razón fundamental de estas diferencias, según concluyen los investigadores, es que los individuos que dormían menos consumían más cantidad comida, especialmente durante la noche, y que la proporción de grasas ingerida a esas horas era mayor que a cualquier otra hora del día.
Los experimentos también revelaron que, en condiciones de restricción de horas de sueño, los hombres aumentan más de peso que las mujeres.
Lanzar objetos, nos permitió evolucionar.
La capacidad de lanzar objetos a gran velocidad y con precisión surgió hace cerca de dos millones de años para facilitar la caza a nuestros ancestros, y supuso un paso crucial en el proceso evolutivo del hombre, según una investigación que acaba de publicar la revista Nature. De hecho, los humanos son únicos en su habilidad para el lanzamiento si se les compara con otros primates. "Aunque los chimpancés son increíblemente fuertes y atléticos, los machos adultos de esta especie solo pueden realizar lanzamientos a 32 kilómetros por hora, lo que equivale a un tercio de la velocidad que imprime a una bola un chaval de 12 años que juega al beisbol", explica Neil Roach, investigador de la Universidad George Washington (EE UU) y coautor del trabajo.
Si no fuésemos buenos en lanzar y correr y algunas otras cosas, nuestros cerebros no habrían evolucionado hacia tamaños mayores ni se habrían desarrollado habilidades cognitivas como el lenguaje. Es decir, que si no fuera por nuestra capacidad de lanzar no seríamos lo que somos hoy", concluye Daniel Lieberman, investigador de la Universidad de Harvard y coautor del estudio.
Las impresoras 3D siguen dando de qué hablar. Esta vez un pato llamado Buttercup se vio beneficiado por las virtudes de esta tecnología.
El pato nació con una malformación motriz que no le permitía caminar, sin embargo, recuperó la capacidad de caminar normalmente gracias a una prótesis impresa en 3D.
Mira aquí el video de cómo Buttercup el pato volvió a la normalidad:
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