La naturaleza puso a prueba la integración caribeña
ROSEAU.–Todavía resulta más fácil viajar del Caribe a las antiguas metrópolis, al otro lado del Atlántico, que entre islas vecinas separadas por escasos kilómetros. El pasado colonial marca la región que el dominicano Juan Bosch definiera como «frontera imperial».
Los esfuerzos de integración, que iniciaron el siglo pasado con la independencia de la mayoría de las naciones caribeñas, buscan superar las barreras culturales, idiomáticas y económicas heredadas de siglos en el ojo del huracán de las luchas de poder globales.
Pero la última prueba de la voluntad del Caribe vino de una fuente inesperada: la naturaleza. En el lapso de menos de un mes, golpearon la región tres ciclones de gran intensidad.
Dominica, que fue arrasada por los vientos de más de 250 kilómetros por hora del huracán María, fue testigo de la solidaridad de naciones vecinas que también resultaron afectadas, pero no dudaron en compartir sus recursos con una isla hermana donde ocho de cada diez hogares quedaron prácticamente inhabitables.
APOYO DEL GRAN CARIBE
«Entre las primeras naciones que llegaron aquí con fuerza, grupos de rescate y suministros, estuvieron Venezuela y Cuba», asegura a Granma el embajador de la Mayor de las Antillas en Dominica, Juan Carlos Frómeta.
Cuba cuenta con una misión médica permanente en la isla desde finales de los años 90 del siglo pasado. Al momento del impacto, ya estaban distribuidos por la isla una veintena de médicos, enfermeros y técnicos de salud.
Cerca de 72 horas después del paso de María, un avión ATR de Cubana de Aviación estuvo entre los primeros en arriesgarse a tocar tierra en el aeropuerto Melville Hall, todavía inundado por las lluvias. Una brigada de rescatistas y diez especialistas del Contingente Henry Reeve llegaron para asistir a los afectados.
Luego, a comienzos de octubre, una misión de avanzada viajó a Dominica para evaluar en el terreno la posibilidad de ampliar la ayuda cubana en otros sectores.
Este viernes se espera el arribo de un barco cubano con ayuda humanitaria, dos brigadas de linieros y trabajadores forestales que ayudarán a restablecer el fluido eléctrico, caído por completo, y despejar los bosques donde no se ve una sola hoja verde en kilómetros a la redonda.
Venezuela, por su parte, asistió con un equipo de rescate. Sus medios técnicos como helicópteros y aviones de transporte fueron claves en la movilización de personal de emergencia en los primeros días.
«Creo que en un momento como este se ha visto una respuesta muy rápida de las naciones del llamado Gran Caribe», precisa el embajador cubano.
La Cumbre Cuba-Caricom (Comunidad del Caribe), que se mantiene programada para diciembre en Antigua y Barbuda, debe ser otra oportunidad para continuar ampliando la colaboración y que surjan nuevas iniciativas, añade Frómeta.
El embajador cubano destaca asimismo la ayuda brindada por parte de las islas vecinas del Caribe Oriental.
Los medios técnicos de Antigua y Barbuda, golpeada por Irma unos días antes, sirvieron para establecer una conexión con Dominica en las horas cruciales tras el paso de María, que destruyó prácticamente todas las torres de comunicaciones.
La guardia costera de Barbados, por su parte, desplazó barcos para el transporte de personal técnico y suministros. El Gobierno de Trinidad y Tobago auxilió con helicópteros para transportar equipos a las zonas remotas, rescatar heridos y suministrar servicios de emergencia.
República Dominicana también puso a disposición sus hospitales para recibir pacientes de urgencia, muchos de los cuales fueron trasladados por su propia Armada.
Desde 1991, Caricom cuenta con una agencia especializada en la respuesta a emergencias naturales en el Caribe, CDEMA (por las siglas en inglés de Caribbean Disaster Emergency Management Agency).
CDEMA, en la que participan 18 naciones de la región, se mantuvo activa en el terreno desde antes del huracán y lleva adelante ahora proyectos para la reconstrucción de Dominica, incluido el mantenimiento de los refugios y la construcción de viviendas.
El pasado 13 de octubre, con motivo del Día Internacional de la Reducción de Desastres, el director ejecutivo de la Agencia, Ronald Jackson, se refirió a la necesidad de construir capacidades institucionales e infraestructura en el Caribe capaz de adaptarse al cambio climático y los desastres naturales cada vez más intensos.
«El reciente impacto de los huracanes Irma y María ha resaltado la necesidad de hacer frente a las vulnerabilidades del Caribe», añadió Jackson.
SISTEMA REGIONAL DE SEGURIDAD
Como ha sucedido en muchos lugares tras grandes desastres naturales, la desesperación de la población en Dominica durante los primeros días provocó algunos disturbios y saqueos.
La seguridad se convirtió en un asunto trascendental para garantizar la llegada de la ayuda y la distribución equitativa de los recursos, en especial para los sectores más vulnerables.
«Nuestra pequeña fuerza policial fue sobrepasada por el nivel de destrucción de María», reconoce a este diario Richmond Valentine, superintendente de Policía de Dominica.
«No podíamos movilizar ninguno de nuestros vehículos, la ciudad estaba intransitable, inundada por la crecida del río, el fango y la arena. No teníamos comunicación ni luz eléctrica y los celulares eran inservibles», recuerda.
Valentine considera clave el despliegue del Sistema Regional de Seguridad (RSS, por sus siglas en inglés) para garantizar la tranquilidad del país y el inicio de la etapa de recuperación.
El mecanismo se activa en situaciones de desastre en cualquiera de los países miembros de Caricom.
Trinidad y Tobago, Granada, Santa Lucía, Jamaica, Barbados y otras naciones del área movilizaron decenas de oficiales hasta Dominica horas después del desastre.
«Somos responsables de la seguridad, de la reconstrucción de edificios y también en la distribución y manejo de los suministros de ayuda», refiere a Granma Atlee Rodney, subcomisario de Policía de Antigua y Barbuda y comandante de la operación del RSS en territorio dominiqués.
«Es importante que trabajemos juntos como un solo Caribe», añade. «Ningún país por si solo se puede hacer cargo de estos problemas».
Valentine, quien trabaja en Roseau directamente con los miembros del RSS, descarta cualquier tipo de enemistad entre los oficiales de los países vecinos y las fuerzas locales.
«Hemos hecho entrenamientos conjuntos en el pasado. Los conocemos», señala. «Es visible su compromiso con asistir a una isla hermana, así como su voluntad de permanecer mientras sean necesarios».
Ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, agradeció la asistencia brindada a su país por las naciones del Caribe.
«En la mañana del 19 de septiembre, María puso a prueba la disposición de los dominiqueses y nuestros vecinos caribeños», añadió Skerrit. «Todos la pasaron», concluyó.
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