Lo de Cataluña desde otra perspectiva

Pánico

De la alarma se ha pasado directamente al pánico. Los bancos saben que la Catalunya independiente va en serio y son los primeros en sufrir las consecuencias: La Caixa y el Sabadell han visto cómo en estos días los inversores se están deshaciendo de los bonos que han emitido y han salido corriendo con el apoyo del gobierno español. El Sabadell se va a Alicante (abandona Catalunya, no así los Paisos Catalans) y la Caixa va a ver cómo el gobierno español aprueba una ley a su medida para que pueda hacer lo mismo sin consultar a los accionistas. Bonito ese mantra de respeto a la ley y demás zarandajas cuando quien hace la ley, hace la trampa.



Pero eso, al mismo tiempo, ese pánico está obligando a la burguesía catalana a buscar una fórmula que pueda contentar a sus valedores económicos a la vez que se ve obligada a intentar que la calle no se rebele contra ella a los mismos niveles que lo ha hecho contra la imposición y opresión española. Se puede estar ante un escenario en el que la declaración de independencia se apruebe, pero que no se ejecute no tanto por la represión española sino por los plazos que la burguesía imponga para la misma. Es decir, que tiene toda la pinta de no ser inmediata para intentar dejar algún margen de maniobra para una negociación, acuerdo o mediación.



De ahí que los sectores más combativos ya se estén dando cuenta de estos movimientos y estén pensando una nueva convocatoria de huelga general para los días 10-16 de octubre intentando que la burguesía no tenga más remedio que secundarla de una u otra forma, como la anterior. Ahora la batalla está más en el control efectivo del territorio por parte de esos sectores combativos que en otra parte. La declaración está bien, pero sin empujar puede quedarse en otra declaración más de las muchas que se emiten en parlamentos y que quedan en simple papel mojado.



Mucha gente se ha movilizado, se sigue movilizando para que se deje en manos de la burguesía todo el proceso de ruptura. La burguesía lo sabe y está intentando dar una de cal y otra de arena. Mientras hace lo posible por evitar el choque definitivo, hace gestos de cara a la galería como el aprobar la salida del patronato Princesa de Girona. La Cámara de Comercio de esta localidad ha aprobado por unanimidad abandonar "por dignidad" esta fundación tras al discurso bélico del Borbón.



A estas alturas supongo que queda claro que Madrid no va a aceptar ni mediación, ni diálogo ni nada que no sea la represión pura y simple. La única forma de que haya una posibilidad de ello es poner a España en un brete, y a la famosa Unión Europea. Es decir, poniéndolas a ambas contra las cuerdas. Y eso sólo se logrará con la declaración de independencia.



Pensar cándidamente, por ser cauto en los calificativos, como hacen personajes como la alcaldesa de Barcelona y otros podemitas en una mediación gratuita de la UE es como pedir peras al olmo. ¿La UE que hizo oídos sordos al referéndum en Grecia, legal, como dicen ahora que no fue el de Catalunya y se pasó por el forro la voluntad popular, mediando? No me hagáis reír. ¿La UE que pone y quita ministros sin que los votantes ni los parlamentos tengan palabra alguna, como hizo en Italia? ¿La UE que impone Constituciones, como ocurrió aquí con el famoso artículo 135 que nos deja a todos a los pies de los caballos con tal de pagar deudas a los bancos e imponer políticas de austeridad que han empobrecido a la gente? No me hagáis reír. Esta gente no tiene remedio, y no lo digo por la UE precisamente.



Que nadie se engañe. La situación es ahora  En Catalunya hay ya una lucha de clases aunque haya que ir en este momento junto con la burguesía para lograr el objetivo de romper el régimen neofranquista de 1978. Y esa lucha tiene que ir también contra los pusilánimes, contra quienes tienen pánico a la ruptura aunque hablen de ella (pero ni siquiera la impulsan).



Y un recordatorio que merece la pena ante tanto papanatas legalista que asume el discurso del poder (Madrid, Bruselas o el Vaticano, que son lo mismo): cuando Eslovenia optó por independizarse de una Yugoslavia en descomposición toda la UE se opuso (menos Alemania, que la incentivó). Eslovenia hizo un referéndum ilegal y los países europeos (menos Alemania) dijeron que no reconocerían su resultado. Hoy Eslovenia es miembro de la UE y apoya con entusiasmo las políticas asfixiantes de la UE. Así que ¿ley, qué ley? Todo son intereses.



Lo que hay es pánico no a la independencia de Catalunya, que también, sino a que esa independencia no esté pilotada por la burguesía. Porque la calle está siendo dinamizada de forma clara por la CUP, que es quien está impulsando, desde abajo, todo el proceso de destrucción del régimen neofranquista de 1978. Por ejemplo, ya hay ayuntamientos de la CUP que están retirando los fondos municipales de los bancos que están yéndose, como el Sabadell. Por eso la burguesía catalana empieza a tener también miedo a que se le vaya de las manos toda la historia y de ahí sus maniobras.



El Lince

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