Por Anubis Galardy
Bogotá, 31 may (PL) A pocos días para la segunda vuelta de los comicios presidenciales colombianos, continúa la definición de alianzas de sectores políticos y sociales en torno a los dos candidatos cuyo futuro se decidirá el 15 de junio en las urnas.
Alianzas que podrían devenir definitorias, tras el empate técnico en la primera vuelta del presidente Juan Manuel Santos, que aspira a su reelección, y Oscar Iván Zuluaga, quien representa al movimiento Centro Democrático, fundado por el exmandatario Alvaro Uribe (2002-2010) y liderado por él.
La víspera Santos sumó el respaldo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC).
"Las centrales obreras hemos tenido varias reuniones y nos hemos pronunciado por apoyar la paz y la democracia", dijo a periodistas Percy Oyola, vicepresidente de las CGT.
Los sindicatos no aguantarían un gobierno más de Álvaro Uribe, "así sea en cuerpo ajeno", agregó en alusión implícita a Zuluaga.
Santos también recibió en las últimas horas el apoyo del expresidente Ernesto Samper (1994-1998), quien anunció una movilización de las organizaciones sociales para promover votos con vistas a su reelección en la ronda electoral del 15 de junio.
En época de elecciones el pecado es no buscar votos, subrayó Samper.
Según añadió ya tiene organizado un encuentro con sectores sociales, organizaciones de paz y militantes de izquierda, para lanzar un nuevo movimiento que impulse propuestas en temas como educación y la salud, entre otras.
La idea es que el presidente se comprometa con una agenda social ligada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), explicó.
Asimismo cinco de las organizaciones indígenas más importantes del país llamaron a sumarse a un Frente Nacional por la Paz y a defenderla en las urnas.
Instamos al pueblo a votar por la terminación del conflicto, la consolidación de una paz estable y duradera y contra la guerra y el terror que ha amedrentado al país en las últimas décadas, precisaron en un comunicado.
Tres secretarios distritales de la alcaldía bogotana, pertenecientes al movimiento Progresistas, hicieron efectiva su renuncia para respaldar la candidatura de Santos por la paz, sin que ello significara una adhesión a su partido, aclararon.
Su objetivo es contribuir a la construcción en todo el país de un Frente Nacional por la Paz "en el que tengan cabida todas las fuerzas democráticas".
En el transcurso de esta semana, los tres partidos políticos cuyos candidatos no rebasaron la primera vuelta de los comicios del 25 de mayo fijaron sus posturas.
El 80 por ciento de la bancada conservadora (48 congresistas) respaldó la campaña de Santos y el resto (38) la de Zulaga, mientras la Alianza Verde dejó a sus miembros la libertad de ejercer su voto.
Por su parte, la Unión Patriótica (deslindada de su coalición para las presidenciales con el Polo Democrático Alternativo) se unió a Santos, aunque indicó que solo en lo concerniente a la continuidad del proceso de paz iniciado por el actual gobierno con la guerrilla de las FARC-EP.
"Decidimos apoyar al candidato que abrió la negociación política con las FARC-EP para acabar con tantos años de insurgencia armada, nosotros nos somos amigos de la guerra, somos amigos de la paz", aseguró Aída Avella, la presidenta de la UP. En la misma dirección se manifestó Marcha Patriótica
El Polo, en tanto, decidió liberar el voto de sus integrantes en lo que denominó "voto de conciencia", según la elección cada quien por un candidato, el voto en blanco o la abstención, tras refrendar su defensa del proceso de paz en desarrollo, instalado en La Habana hace 18 meses.
En un sondeo realizado esta semana por la encuestadora Cifras y Conceptos, Santos registró un 38 por ciento de intención de votos contra un 37 por ciento correspondiente a Zuluaga.
Aunque este último, en un viraje inesperado, manifestó que no suspendería de inmediato el proceso de paz -como planteó inicialmente- y, en cambio mantendría el equipo del gobierno de Santos en los diálogos y analizar los acuerdos logrados antes de suspenderlo, su propuesta es considerada falaz por la izquierda y analistas políticos como el expresidente Samper.
No hay dudas de que no habrá continuidad alguna de ese proceso si Zuluaga ganara la segunda vuelta de las presidenciales, aseveró
Es imposible por las condiciones que propone. Cualquier persona medianamente inteligente se da cuenta enseguida de que ese ofrecimiento suyo es una forma de decirle no a la paz, sentenció.
En su discurso del pasado domingo, tras el anuncio del empate técnico con Santos -al no lograr ninguno de los dos candidatos la mitad más uno de los votos válidos-, Zuluaga se apresuró a agradecerle a Uribe su apoyo y se comprometió a retomar sus banderas.
El panorama por delante no es proclive a diagnósticos apresurados. Los 15 días restantes pueden arrojar luces más esclarecedoras.
acl/ag
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