Crecimiento y desempleo
La República Dominicana es el país de Latinoamérica y el Caribe que, en promedio, ha tenido el mayor crecimiento económico en los últimos 50 años.
Generalmente, los economistas resaltan esa gran proeza que ha tenido el país. No obstante, este magnífico desempeño económico no se ha traducido en una reducción importante en las tasas históricas de desempleo y en creación de empleo de calidad.
Durante los últimos 14 años la tasa más baja de “desempleo ampliada”, que es la que tradicionalmente utilizan los economistas, fue de 13.9% en el año 2000.
Aproximadamente, por cada 1% que crece la economía, esta genera alrededor de 16,500 empleos en promedio cada año, y entran al mercado de trabajo alrededor de 100,000 personas en busca de trabajo.
Esto significa que la tasa de crecimiento que garantiza una absorción de los que buscan trabajo cada año debe de estar por encima del 6%.
El pasado año 2013, la economía dominicana creció alrededor de un 3%; tuvo un déficit fiscal de alrededor de un 2.8% del PIB, muy por debajo del déficit de 2012 que fue de 6.9%; crecieron las exportaciones de bienes como consecuencia del incremento de las exportaciones de oro y otros metales; el presidente de la República realizó una gran cantidad de visitas sorpresa que se han traducido en incrementos en el financiamiento a los pequeños y medianos productores, entre otros.
Sin embargo, ese crecimiento del 3% no creó empleos suficientes. Todo lo contrario, el desempleo se ubicó en un 15% en contraste con el 14.3% de 2012.
Las perspectivas del presente año 2014 son más halagüeñas en materia de crecimiento y creación de empleo.
Con un crecimiento esperado de un 5% se espera la creación de 82,500 empleos, aproximadamente, debido a una mejoría del entorno de los principales socios comerciales del país, en especial de la economía norteamericana.
El reto de las presentes autoridades gubernamentales es de fomentar políticas públicas que conformen un modelo de crecimiento “inclusivo”: un crecimiento que cree empleo de calidad y que disminuya de forma secular la informalidad laboral y permita la formalización de una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas, que en la actualidad, operan al margen del circuito del mercado formal.
Ese debería ser el gran reto que tiene la “Estrategia Nacional de Desarrollo (END)”.
Zuestra economía podrá crecer a tasas de crecimiento robustas. Sin embargo, sin empleo suficiente y de calidad el crecimiento será excluyente.
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