HAITI Y RD: Las aguas de la discordia insular
Por muchos años a los dominicanos les ha sido imposible aprovechar plenamente las aguas del río Artibonito, que nace en la loma Nalga de Maco en territorio nacional y se adentra en el vecino país en la mayor parte de su recorrido de 300 y tantos kilómetros con una cuenca, la mayor de la isla, de nueve mil kilómetros cuadrados.
Hasta ahora el Artibonito ha sido la salvación para Haití que ha sabido aprovecharlo con la presa de Peligro, que está en una fase delicada de operación por la gran sedimentación de su embalse, aun cuando garantiza el riego de la parte baja del valle del Artibonito antes de su desembocadura en el delta de Leogane.
Han ocurrido algunos intentos, de la parte dominicana, para elaborar proyectos que aprovechen sus aguas, pero hasta ahora, dos de los proyectos elaborados, se han tenido que descartar, ya que todos sus beneficios eran para Haití y de perjuicio para el país. Esos proyectos fueron el de la presa de Las Dos Bocas (Macasías y Artibonito) y la del Corte, que sus proyectados embalses inundaban la tierra dominicana y sus beneficios eran tan solo para Haití en su aprovechamiento con fines de riego y abastecimiento de agua. Tan solo para la producción de energía el país se hubiese beneficiado, pero a cambio del sacrificio de ceder algunas decenas de kilómetros cuadrados del territorio nacional y miles de kilovatios a precios irrisorios.
Los profesionales dominicanos, del desarrollo de grandes presas, han estado poco interesados en un aprovechamiento de las aguas del Artibonito por las implicaciones insulares, conociendo la sensibilidad haitiana, si de parte dominicana surge algún proyecto de ingeniería que pudiera perjudicarlo en el uso de las aguas de ese gran río. De ahí que las aguas del Artibonito no contribuyen a combatir lapobreza de la zona, por el contrario, la cuenca dominicana, de unos dos mil seiscientos kilómetros cuadrados, debe cuidarse y reforestarse para que los haitianos no nos acusen que la estamos destruyendo con una deforestación acelerada de los bosques similar a lo que ocurre en su territorio.
Solo hay que ver la diferencia de la cuenca en la parte dominicana, desde el nacimiento del río hasta cruzar la frontera, para darse cuenta del grado de destrucción boscosa en el lado haitiano que ha afectado peligrosamente el embalse de su presa de Peligro.
¿Podría el país aprovechar las aguas del Artibonito para algún uso de la región? De seguro que si surge algún proyecto de riego sería vetado por los haitianos (solo existe el canal de Macasías que irriga una buena proporción en la zona de Elías Piña) ya que se le estaría extrayendo el agua necesaria para Haití. Tan solo queda el recurso de desarrollar algún proyecto hidroeléctrico (proyectos de las Dos Bocas y de El Corte) en que el agua después de turbinada por los generadores vuelve al río y no se pierde. Pero entonces sería posible que los haitianos aleguen que esa agua es de su “río” y por tanto una buena parte de la energía que se generaría debería ser enviada a su país. Hay un agravante de que las presas deberían ser construidas con la mayor carga económica para el país, al menos que algún organismo internacional, de esos que prometen con ayudar a Haití, se involucre con el costo total o una buena parte del financiamiento.
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