Reforma fiscal, presupuesto y acuerdo con el FMI
Es importante contar con aval de un programa económico con FMI
La reforma fiscal, imprescindible para elevar la presión tributaria como se acordó en el CES y la Estrategia Nacional de Desarrollo, si bien representa un “trago amargo” para los contribuyentes, especialmente para los sectores de clase media, lo cierto es que sin esa reforma no habría posibilidad de ejecutar un presupuesto con los principales requerimientos para 2013 (RD$91,452 millones adicionales al presupuesto de 2011 solamente en educación e intereses de la deuda) y mucho menos arribar a un acuerdo con el FMI.
De nuevo la aritmética presupuestaria nos ayuda a entender las raíces del problema fiscal dominicano. En 2013 los ingresos totales, sin reforma fiscal, bien calculados en esta ocasión sin sobre-estimaciones, rondarían por los RD$329 mil millones de pesos, partiendo de los ingresos proyectados este año, restándole la operación de la venta accionaria de la Cervecería y estimando un crecimiento de las recaudaciones similar al nominal del producto (crecimiento real del PIB más inflación) para 2013 entre 8-9%.
El planteamiento del Consejo Económico y Social de reducir el gasto a RD$410,000 millones y no realizar reforma fiscal, implicaría, como explicamos en el artículo de la pasada semana, que a sectores claves como la salud, asistencia social, seguridad pública y poderes del Estado, asignarles el mismo presupuesto de la ejecución correspondiente a 2011, por supuesto inferior al de este 2012, y al resto del sector público uno menor al de 2011.
Con ese presupuesto de 410 mil millones, sin reforma fiscal, se produciría un déficit de RD$80,323 millones (410 mil menos los ingresos de 329,677 millones) el cual debe ser financiado con recursos internos o externos y en adición serían necesarios RD$63,614 millones para amortizar los vencimientos de la deuda pública. En la propuesta del CES para cerrar esa brecha se requieren nuevos financiamientos por RD$143,937 millones.
En la propuesta del gobierno, de gasto total por un monto de RD$469 mil millones y una reforma fiscal que recaude $47 mil millones, y uno que otro recorte (porque no parece claro que en el marco de una negociación con el FMI éste acepte un subsidio eléctrico por RD$43,544 casi equivalente a lo que se va a recaudar en la reforma), estamos hablando de un déficit rondando los RD$86 mil millones, equivalentes al 3.4% del PIB, y sumando los RD$63,614 millones para amortizar la deuda pública; resulta que en la propuesta del gobierno las necesidades de financiamiento del presupuesto asciende a la suma de RD$150 mil millones.
Como vemos, sea con la propuesta del CES, imposible de ejecutar, o la del gobierno, estamos hablando que para el presupuesto de 2013 será necesario obtener aproximadamente US$3,800 millones entre financiamientos locales o internacionales y en ese escenario es donde se advierte la necesidad y la importancia de lograr un acuerdo Stand-By con el FMI. La mayor parte de esos recursos deberán ser localizados en el exterior y para contar con préstamos concesionales de organismos multilaterales, como el BID, el Banco Mundial y otras agencias, es imprescindible un acuerdo con el FMI; también para volver a incursionar en los mercados de capitales y obtener tasas similares o inferiores a la última colocación de bonos soberanos, es importante contar con el aval de un programa económico con el FMI. Luego de la aprobación de una reforma fiscal, que grava a diferentes sectores con un peso importante sobre la clase media, la hoja de ruta recomienda la elaboración de un presupuesto con claras señales de prioridades sociales y de estímulos a la producción; de ahí a lograr un acuerdo Stand-By con el FMI para garantizar los recursos financieros y reforzar la credibilidad de las autoridades, y estas seguir profundizando las políticas de transparencia, frugalidad y demostración fehaciente de que se está haciendo “lo que nunca se ha hecho” en materia de enfrentar la corrupción.
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