PEÑA GÓMEZ: MI HISTORIA (14)




Radicado en España, Juan Bosch sufriría una metamorfosis política e ideológica que iba a tener una repercusión directa y decisiva no sólo el accionar del PRD, sino también, en nuestras relaciones. También lo llevaría a escribir enjundiosos ensayos políticos e históricos, en los que traslucían claramente ideas antiimperialistas y clasistas. En ese período cuatro importantes obras definen su nuevo pensamiento: Composición Social Dominicana, De Cristóbal Colón a Fidel Castro, El Pentagonismo: Sustituto del Imperialismo y Dictadura con Respaldo Popular. El profesor ya no era un exponente de la llamada democracia representativa, sino un defensor de la liberación nacional de los pueblos.
Terminado de escribir en mayo de 1969, Dictadura con Respaldo Popular causó una gran efervescencia entre la juventud revolucionaria dominicana. En él, nuestro líder proclama que la democracia representativa como modelo político para América Latina ha fracasado en tanto no ha resuelto los problemas económicos y sociales, y que sólo servía para legitimar el poder de la oligarquía en contubernio con los sectores pentagonistas norteamericanos.
Pero en el país no todos los perredeístas aceptábamos la evolución ideológica de Bosch ni mucho menos su nueva tesis. Yo era, y lo digo aquí responsablemente, uno de esos. En el PRD, siendo un partido policlasista, había un sector oligárquico que seguía viendo la democracia representativa como el sistema adecuado para la República Dominicana, y como yo coincidía con sus planteamientos, me vieron como sus representante. Aunque yo era aún muy joven mantenía el criterio de que las nuevas ideas de Bosch nos colocaban de frente al poder norteamericano y nos alejaban del poder. Aunque respetaba y apreciaba a Juan Bosch, a quién reconocía como el gran astro de la política dominicana, no podía evadir mi responsabilidad de exponer mis ideas. Así lo hice numerosas veces, lo que evidentemente disgustaba al profesor, sin que yo pudiera echar para atrás mi postura contraria a la del gran maestro.
Pero Juan Bosch era el líder. Era quién tenía la batuta en la mano. La Dictadura con Respaldo Popular era su nueva tesis y esa sería la tesis del partido. Y así ocurrió. El 27 de febrero de 1969, en el marco de la Sexta Convención Nacional del PRD, tras múltiples y encendidos debates, quedó oficializada como nuestra doctrina política. Ahora bien, las nuevas generaciones deben saber que ahí empezó la primera contradicción ideológica entre el maestro Bosch y yo, que tres años después nos separaría por siempre.
Pero mientras nos debatíamos en disquisiciones teóricas, el gobierno del doctor Joaquín Balaguer se bebía sin piedad la noble sangre del pueblo. Centenares de perredeístas, izquierdistas y simples hombres del pueblo, a diario caían asesinados en todo el país. Era la contrarrevolución desde el poder. A mí me correspondió, en esa etapa difícil, estando Juan Bosch en Europa, administrar el PRD y mantenerlo cohesionado. Y puedo decir, sin ánimo de vanagloriarme, que cumplí con esa tarea. Corriendo el peligro de ser asesinado, recorrí el país palmo a palmo, manteniendo un contacto fluido con los perredeístas, y pronuncié con frecuencia discursos encendidos contra la feroz represión gubernamental. Mi voz, una vez más, estuvo alta en defensa del PRD y del pueblo dominicano.
Pero junto a eso, entendí oportuna y adecuada la política de acercar el PRD a sectores de la burguesía nacional, por entender que ese sector no era uniforme, ni en sus criterios políticos ni ideológicos, y que debíamos aprovechar esas contradicciones interoligarquícas para derrotar y sacar del poder al doctor Balaguer. También entendía que debíamos acercarnos a la izquierda dominicana. Y así lo hice.
Por esa senda marchaba el PRD bajo mi dirección cuando arribó el 17 de abril de 1970 al país el profesor Bosch. Entonces, toda la política de acercamiento a un sector de la burguesía y a la izquierda revolucionaria, fue eliminada. Para Juan Bosch esa política era inaceptable. Bajo la dirección de nuestro líder, no habría acercamiento con ninguno de esos sectores. Y fue muy claro, como siempre ha sido, en proclamar su distanciamiento de la oligarquía. En cuanto a la izquierda, el acercamiento patrocinado por mí quedó totalmente roto. Proclamó desgarrapatizar el buey, en abierta alusión a sacar del PRD a los izquierdistas ingresados con mi anuencia al partido blanco.
 

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