jueves, 26 de septiembre de 2013

1492: ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

1492: ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

Recreación pictórica de la llegada de Colón a América.
Venciendo prejuicios e intereses, temores e ignorancias, el hábil y ambicioso marino genovés Cristóbal Colón arribó a América por la Isla Guanahaní, imponiendo su primera determinación colonialista al renombrarla San Salvador.

Este primer encuentro de dos mundos constituye un acontecimiento de profundas consecuencias, pues anterior a él, no se conocía que hubiera entre Europa y Asia y del lado opuesto del Océano Atlántico, esta enorme masa de tierra, una de las cinco partes del mundo, y vasta extensión de 42 millones de kilómetros cuadrados.
Que Américo Vespucio, a quien se debe el nombre de nuestro continente, solo exploró lo que otros habían descubierto, y que Cristóbal Colón no es el descubridor de América, son algunas de las conclusiones obtenidas por los historiadores que, sin embargo, no logran derribar el relato oficial que aprendimos en la escuela…
Descubrimiento de América: La historia cuestionada
Por Rosario Mena

Un 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a una de las islas Bahamas (aún no se sabe cuál) que él creyó cercana al Japón. Desde el comienzo de la expedición su intención fue llegar al extremo oriental de Asia abriendo una nueva ruta para el comercio desde Europa y, hasta el día de su muerte, estuvo convencido de haber desembarcado en el continente asiático. Sin embargo, el avance de los conocimientos geográficos, junto a una serie de circunstancias históricas e interpretaciones más o menos interesadas, condujeron a la atribución a Colón del Descubrimiento de América, adjudicándole, además, la intención de encontrar este nuevo continente.
Fabricando al descubridor
La idea, inicialmente, se habría gestado en un mito: la “leyenda del piloto anónimo”, del cual da cuenta en sus testimonios el padre Bartolomé de las Casas. Este señala que el motivo que determinó a Colón para hacer la travesía, fue el deseo de mostrar la existencia de unas tierras desconocidas de las que tenía noticia por el aviso que le dio un piloto cuya nave había sido arrojada a sus playas por una tempestad. En este mito se concibe, por primera vez, el viaje de 1942 como una “empresa de descubrimiento” y su función es ocultar el “objetivo asiático” de la travesía, según explica O’Gorman.
Resuelto este asunto, aún queda por justificar por qué él, y no el llamado piloto anónimo, pasa a la historia como “el descubridor”. Es su hijo, el bibliófilo y humanista don Fernando Colón , quien, en la biografía de su padre “Vida del almirante” se encarga de negar la existencia del misterioso piloto y establecer que nadie antes que Colón supo de las tierras que éste halló en 1492 y que es falso que alguien le haya dado noticias de ellas. El viaje de su padre, sería, en su versión, motivado por su propia hipótesis de que podía existir este continente, inferencia a la que habría llegado gracias a su gran talento, erudición y conocimientos científicos.
Ante el hecho de que el continente haya recibido el nombre de “Indias”, el hijo argumenta que esto no se debió a que su padre creyera que habia llegado a Asia, sino a una estrategia para convencer a los reyes de España de patrocinar su empresa.
Los que llegaron antes

Pero esto no es todo. Aún desacreditada la leyenda del “piloto anónimo” se han encontrado pruebas de expediciones normandas que habrían llegado a América en el siglo XI y de chinos que se adelantaron a Colón al menos 70 años. Según escribe O’Gorman, “desde un punto de vista cronológico, es forzoso concluir que los normandos fueron los descubridores de América y que el viaje de 1492 no fue sino un re-descubrimiento. Lo que hace que la empresa colombina sea el acto significativo que se conoce como el descubrimiento de América, es que en esa empresa se realizó uno de esos avances de los conocimientos científicos en que estriba la esencia misma de la marcha del hombre hacia su destino histórico”. En efecto, tras el viaje de Colón se dio a conocer, al mundo y a los estudiosos, una porción desconocida del globo terrestre.
En el nombre de Américo
Maravillado por los relatos de Colón sobre las “Indias” recién descubiertas, Américo Vespucio embarcó en 1499 en una expedición que pretendía seguir la ruta del tercer viaje de Colón. Vespucio, aparentemente abandonó al grupo cuando este tocaba las costas de Guyana y enfiló hacia el sur, siempre pensando que lo que estaba recorriendo no era más que el extremo oeste de Asia.

Sin embargo, lo trascendental de este viaje es que reportó importantes descubrimientos y el convencimiento de la unidad continental.
Fue en 1507, cuando el “Nuevo Mundo” empezó a ser conocido como América por iniciativa del humanista alemán Martin Waldseemüller, quien, tras la muerte de Colón, además de reescribir las cartas de Vespucio, les añadió un planisferio que incluía los países descubiertos, completamente separados de Asia. Según él, el continente del Sur, debía llamarse América, en honor a Vespucio, a quien atribuye su descubrimiento.
Numerosas contradicciones encontradas en los textos de Vespucio generaron más tarde, por parte de los historiadores españoles y portugueses, la acusación de que se había limitado a usurpar los méritos de otros navegantes y que sólo exploró lo que otros habían descubierto. Años más tarde, Waldseemüller se dio cuenta de su error y trató de subsanarlo, pero el nombre de América gozaba ya de aceptación general. Inicialmente, esta denominación correspondía sólo a América del Sur. La central y la del norte se añadieron tiempo después.

TOMADO DE ALOCUBANO

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