Hasta la belleza cansa

César Medina
lobarnechea1@hotmail.com

Con el sugestivo nombre de “15-M” se conoce la jornada cívica que llevó a miles de españoles a ocupar la Plaza del Sol en Madrid y La Rambla de Barcelona, entre otras acciones de protestas que no han cesado en los últimos 18 meses.

Es el modismo que siguió a la “Primavera Árabe” que arrastró a su paso a varios gobiernos que lucían eternizados en el poder, y que en principio parecía extenderse por todos los confines del globo.

Pero hasta la belleza cansa, como dice la canción. De allá para acá han sido miles las manifestaciones de protestas en todas partes. Y hasta en Nueva York lo intentaron sin mayores consecuencias.

Las plazas públicas --alguna vez escenarios de amores furtivos, de paseos vespertinos en tardes calurosas o en los brumosos inviernos, de ejercicios para tonificar los músculos y agitar el corazón--, se convirtieron en baluartes de los indignados... ¡Porque indignados estamos todos!

Y entonces la moda se expandió como virus gripal o la alergia primaveral cuando se levantan las esporas de la floresta reverdeciente... Para estar a la moda, había que estar indignado. ¡Y mientras más indignado, mejor!

Desde los obreros del ladrillo hasta los policías y los funcionarios públicos. Nadie quiere recortes... ¡A mí no, que le recorten a los otros...! Lo cierto es que en la Europa de estos días la política de bienestar social se ha ido esfumando como agua entre los dedos.

De aquella riqueza fingida con el dinero que surgía a borbotones sin nadie saber de dónde, ya no queda nada, a no ser su añoranza. Poco a poco los europeos han ido conciliándose con su realidad. No tanto como en los años de la guerra, pero casi...

La gente está cansada

La calle Serrano de Madrid es el centro del comercio top español, la equivalencia de la Quinta Avenida de Nueva York, guardando la distancia. Para todo el que desea llamar la atención de alguna forma, en Serrano está su escenario.

Sobre todo en estos largos días en que la gente se prepara para recibir el verano y se aproximan las vacaciones de sol y playa, con un clima no muy superior a los 20 grados pese a la locura del termómetro que en cuestión de horas puede fluctuar hasta en 10 puntos mientras el sol pelea para no ocultarse.

En esta atractiva calle de hermoseamiento reciente no hay solo comercio, también sobresalen los edificios de algunas instituciones públicas, entre ellas el Ministerio de Seguridad Social y Empleo, escenario de muchas de las rechiflas de los “indignados” de los últimos tiempos.

Cuando la cuenta se perdió ñy de eso hace ya mucho tiempoñ las protestas en España pasaban de tres mil desde el famoso “15-M”. Y de tantas protestas, la gente ya se ha cansado de los atochamientos del tránsito, de los pitidos ensordecedores, de los calderos vacíos y de las palmadas que hacen olas.

Las convocatorias a las marchas y piquetes ya son tan comunes como la indiferencia de los españoles desmotivados no sólo por la insensatez de las exigencias sino porque la proximidad de la estación vacacional tiene a la gente en otra cosa.

Un “piquete masivo”

Ayer lunes fue uno de esos días tan especiales... A un “piquete masivo” frente al ministerio de Seguridad Social fueron siete almas, tan pocas que ni siquiera alcanzaron para extender el largo cartel en tela litografiada que decía: ¡En lucha contra los recortes de un gobierno abusador!

El de la vuvucela tuvo que agarrar el cartel por un canto, y el de los redoblantes abandonó los palitos para extender el letrero.

Porque las cosas han comenzado a mejorar en España, contrario a los pronósticos más pesimistas. El Presidente Rajoy ha mantenido su política económica de reducción del gasto público con recortes presupuestarios de todo el tamaño... Y los resultados comienzan a verse. El paro se ha reducido en los últimos 50 días en más de un uno por ciento, que no es demasiado si se toma en cuenta que en los últimos tiempos llegó al 26 por ciento. Pero es una luz tenue al final del túnel.

Son más de 100 mil nuevas plazas de trabajo, muchas de ellas ocupadas por dominicanos, que se han creado a propósito del estímulo oficial. Muchas de ellas, por supuesto, plazas temporales del sector de hostelería que genera espontáneamente la temporada de verano.

Pero nuevos empleos al fin.