¡Pleito de dos guerreros!
César Medina
lobarnechea1@hotmail.com
En mi barrio de San Cristóbal solía meterme en pleito de los grandes para ganarme un espacio en la manada. Y casi siempre terminaba “con el ojo abollao”... pagando la peor parte.
Es lo que le ocurre al que mete las narices en garata ajena. Como en el pleito de José y Miguel. Dos guerreros que no son nada entre sí, aunque lo parezcan.
El uno, tirando a matar a paloma en bajo vuelo; el otro, redentor de honra vapuleada en venganza artera... Pero ambos gladiadores de la misma escuela de un “ornismo” inteligente, audaz, resuelto, desafiante, bravío...
Si me preguntaran seriamente qué busco en el medio, no sabría dar respuesta. A no ser el morbo de la gozada “con la que está cayendo...”, como dicen los españoles.
Y como “el que me estruja, me plancha” (...) Nada más inteligente que el elogio bonito, la admiración eterna, la amistad cuarentona, el ejemplo, la enseñanza del oficio, la gratitud por el reconocimiento del club...
Pero lo otro ya está dicho. Y contradicho... Como el cazador de gazapos en aquella mesa sobria y exigente de la inmensa escuela de este oficio que empezó en el Conde y terminó en la Kennedy, cuando se fue el Ornes que no traté...
Se dan de la misma enseñanza: ¡Talento al cubo! (...) Por eso hay que andarse con cuidado “en pleito de los guerreros” ¡No vaya a ser cosa...!
...Y entonces ruge el león
Lo que ha retumbado en esta selva indómita es “El Rugido del León”, el último engendro literario de Miguel Guerrero que cuestiona la idoneidad de Leonel Fernández como Presidente y líder político.
Y entonces, como buen alumno, el otro Guerrero, José Báez, le sacó los gazapos y contradicciones (...) que salieron a granel en la primera ojeada de tan resonante éxito de librería.
Porque se supone que no se puede ser bueno y malo al mismo tiempo (...); bruto e inteligente simultáneamente (...); torpe y agudo (...); feo y bonito (...); honrado y ladrón (...) gladiador y cobarde (...)
O sea, no se puede estar a la misma vez en las antípodas, en el Polo Norte y en el Polo Sur, sin poseer el don de la ubicuidad que le atribuye a Leonel el primero de los guerreros...
Observación inteligente que le ha hecho el segundo guerrero a su maestro y guía de los últimos 40 años en ese don tan maravilloso de saber “cómo se bate el cobre” (...) y hasta el oro, agrego yo, “para ganar para clientes el favor de la opinión pública”.
La misma opinión pública que dice él el segundo guerrero citando a José Gabriel García, es “esa coqueta veleidosa que suele negar en la tarde al favorito que colmó de caricias en la mañana”.
¿Poesía o realidad...?
La frase de José Gabriel García citada en un marco poético parece salirse del contexto conceptual en que la trajo el segundo de estos guerreros inteligentes (...) que evidentemente cogen piedra para los más chiquitos.
Porque tratando de moldear a esa “coqueta veleidosa” para ganarnos su cariño pueden escribirse y decirse muchas cosas, como ocurre de ordinario entre los que vivimos del oficio...
¡Así sea que después queramos desdecirnos o tratar de dorar la píldora!
Me he animado a meterme entre estos dos guerreros convencido de una sola cosa:
“¿Cómo puede alguien molestarse por un artículo de periódico que al fin y al cabo no es más que una opinión particular...?”.
Porque es verdad: “La importancia de las opiniones está sobrestimada (...)”.
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