El cinismo es la parcela que mejor se cultiva en la política


Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do
EN VANO.- Los diputados del Parlacen que siguen las orientaciones de Miguel Vargas echaron el pleito para que la representación del PRD fuera a manos de Vargas y no de Andrés Bautista, en vano. Aunque lograron su cometido y la invitación a la XXI Conferencia Centroamericana y del Caribe, a celebrarse a finales de mes en Honduras, fue cursada al presidente titular del partido blanco, este no asistirá. Sucede que el evento coincide con la reunión anual de la Internacional Socialista que tendrá lugar en Sudáfrica, y hacia allá dirigirá sus pasos Vargas, quien por lo visto sabe discernir la importancia de los escenarios. Para fines de legitimidad política y acreditación ideológica, la Social Democracia constituye un espacio único. En su lugar irá Julio Maríñez, quien poco a poco se afirma como segundo al bate. O por lo menos es el hombre de las respuestas rápidas, y sobre todo ríspidas, al oponente interno de mayor cuidado. Si ese decreto que tanto se rumora no sale, y Maríñez no va al gobierno de Danilo Medina, la autoridad moral de Vargas se multiplicará...
DE A POCO.-  El retorno de figuras importantes del grupo de Miguel Vargas, aquellas que se alejaron por imperativos de campaña, está tomando tiempo. No es que el proceso sea lento, pero nadie parece tener prisa. Ni el sector, ni sus antiguos allegados. Nadie habla de indulto, ni de amnistía, y las reservas se hacen en función del giro de la situación. A nadie que haya tocado las puertas, se la han cerrado en las narices, aunque tampoco se demuestra entusiasmo a quien no lo merezca. Después de las discordias de partido y de personas, se imponía una política abierta y generosa, y Vargas debió haber salido por los caminos de la República a convencer de nuevo a sus tropas y devolver al redil a los compañeros que se extraviaron en el campo de batalla. No todos, como los niños del cuento de los hermanos Grimm, pudieron dejar señales de pan para reconocer la ruta del regreso, o en caso de que sí, pudieron habérselas comido los pájaros del bosque. Era, por tanto, obligatorio un operativo de rescate. El cinismo es la parcela que mejor se cultiva en política...
LOS NUEVOS.- Miguel Vargas, al parecer, entiende que aprovecha más en estos momentos atraer nuevos miembros al grupo y al partido que afanarse en recuperar a los que por lógica o conveniencia volverán. O más temprano, o más tarde. Luce un contrasentido, pero de contrasentidos se nutre la política. El PRD, aun con esa imagen de muchacho malo, gana simpatías, pues de otro modo no se explicaría su crecimiento en las últimas consultas electorales. Incluso, después del pasado proceso ingresó un grupo, pequeño, pero grupo, hecho  que no fue valorado en su justa dimensión, y talvez hasta descalificado. Las tendencias, a veces, no pueden con su alma. La verdad, sin embargo, es otra. Cada persona que se afilia a cualquiera de los bandos aprovecha al partido en su conjunto. Al final serán votos del PRD, y se sabe que estos nunca sobran y siempre faltan. De manera que es oportuno, y  necesario, ese  reclutamiento en que actualmente se afana Vargas. Así que, mientras se piensa que en el PRD el “músculo descansa”, sus facciones lo ejercitan...
DESVARÍO.- Dije que en el PRD no iba a pasar nada, pues desvarío no es locura. Se puede parecer por momentos, pero no es lo mismo. Ahora, por ejemplo, no hay problema. Nadie insulta a nadie, ni hay  zafarranchos entre perredeístas. Y ya ni siquiera se sacan los dientes a distancia. Falta la normalidad propia de un partido, que debe tener una dirección integrada y ocupada en alcanzar metas comunes. Pero cada parte hace lo suyo. Miguel Vargas busca nuevos adherentes e Hipólito Mejía sale a la calle. Si se mueven los grupos, se mueve el partido, y eso es lo que interesa, y eso es lo que aprovecha. Al final quien tenga más saliva... Incluso, si quisieran, lograrían normalidad. Aunque sea a medias. Solo tienen que diferenciar lo político de lo personal. Si el Tribunal Superior Electoral dijo que Vargas es el presidente, y este convoca al secretario general Orlando Jorge, y a la secretaria de organización Geanilda Vásquez, para atender sus responsabilidades, lo correcto es que acudan. Institucionalmente pueden hacerlo. La amistad que los unió alguna vez puede quedarse en él antes. Lo de ahora es política, y solo política...

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