LO PONTIFICIO.- El presidente Danilo Medina fue a la casa del rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, una o dos semanas antes de juramentarse en el cargo. La visita fue de cortesía, pero terminó siendo de trabajo. El mandatario, todavía electo, expresó la intención y el interés de que su gestión se desenvolviera en un marco estrictamente legal. En ese sentido, habló de la conveniencia de que los pactos aprobados dentro de la Estrategia Nacional de Desarrollo, fueran conocidos por el Consejo Económico y Social (CES). Esto es, Electricidad, Educación y Fiscal. Y que por razones que eran más que entendibles, se empezara por el Fiscal. Monseñor Agripino Núñez Collado fue parte importante de la Estrategia y preside el CES. De manera que el nuevo jefe del Estado no solo estaba actuando legal, sino también institucional. Estaba respetando el consenso y creando las condiciones para una auspiciosa concertación. La convocatoria del 30, que es hoy, tuvo esos antecedentes y esta historia, que aunque sobria, es alentadora...
LA POSPOSICION.- La reunión del Consejo Económico y Social (SEC) fue pospuesta para septiembre, pero no porque algún sector se negara a asistir. Todo lo contrario, cada interlocutor estaba listo y con sus armas afiladas, pues si bien no es una convocatoria a guerra, no hay dudas de que se librarán grandes batallas. La razón parece razón porque fue dada por una de las partes, la oficial, pero no porque tuviera lógica. El escenario no estaba convenientemente preparado, y no lo estaba por lo que había dicho esta columna hace dos o tres semanas: la transición no empezó el 21 de mayo, cuando fueron anunciadas las nuevas autoridades, sino el 16 de agosto con su juramentación y toma de posesión. ¿Qué no se tuvo a tiempo? Un orden de temas a discutir. ¿Qué no se había hecho? Una consulta con el Fondo Monetario Internacional. Si se empezaba a lo loco, sin una lengua común, la Babel, como siempre, llevaría al fracaso. Si no se averiguaba con el FMI, posiblemente el muñeco, por feo, hubiera habido que devolverlo...
LOS RETRASOS.- Esas diligencias debieron haberse hecho entre el 21 de mayo y el 16 de agosto, que es el período oficial de transición, pero el presidente electo no quiso mostrar sus cartas ni dejó que nadie en su mesa jugara. En esto de la convocatoria fallida del Consejo Económico y Social (CES), como en muchas otras cosas, se está pagando el noviciado. Se pudo haber tenido un guión acorde con la circunstancia y conocer por adelantado los posibles alcances de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. ¿Qué no hay que ir tan rápido, que el propio presidente marcó esa pauta? Bien, no hay problema. Ahora, una cosa es retrasarse por conveniencia y otra muy distinta por ociosidad. Piensan que sí, que el libreto de misterio fue adecuado, pues en política, del mismo modo que virtudes, también hay defectos. Hay quienes se encierran en una idea, se subordinan a una conducta, y no aceptan reparos ni reservas. Se dirá que nunca es tarde si la dicha es buena, y la dicha podría durar hasta el 17 de septiembre, pero que no se acostumbren. Nunca son buenos los ciclones fuera de temporada...
LAS RESES.- No hay dudas de que es mejor que la reunión del Consejo Económico y Social (CES ) se realice el 17 de septiembre y no hoy 30 de agosto, si las coordenadas no estaban listas. Los riesgos son riesgos, y deberán correrse, pues posiblemente el ánimo de los empresarios en septiembre no sea el mismo de agosto. Las cosas que se oyen en las calles no son las mismas que en los pasillos del Palacio Nacional. Si en verdad se tiene la decisión de hacer lo que nunca se ha hecho, no habrá luna de miel, ni se esperaran los cien días. El gobierno tiene que dar fuego a la lata desde el primer día, y m‡s que obvio, se perdió un mes para la reforma fiscal. Incluso, de cómo se mueva adentro, recogerá frutos afuera. Algunos funcionarios se acogen mansamente al ahorro y a la austeridad, sabiendo que no resuelve nada, pero que es la política de la nueva administración y no hay porqué desentonar. Sin embargo, hay desafíos, hay rebeldías, que no pueden pasarse por alto. Como recuerdan siempre los campesinos: Una mala res daña todo un ganado...
Comentarios
Publicar un comentario