La renegociación con Barrick Gold



Vinicio A. Castillo Semán
viniciocastilloseman@gmail.com
Hace unos días el prestigioso periódico matutino El Día trajo en primera plana que la empresa minera Barrick Gold proyectaba exportar en el año 2013 alrededor de 2 mil millones de dólares en ventas internacionales de oro dominicano y que solo el Estado, propietario de la mina, recibiría un máximo de 60 millones de dólares.
Entendí que una información de esa magnitud iba a crear un verdadero terremoto en la República Dominicana y que todas las fuerzas vivas de nuestra sociedad reaccionarían a una información tan escandalosa en contra de nuestro país, pidiendo una aclaración, tanto a la minera, como a las autoridades del gobierno dominicano.
Confieso mi frustración cuando, lejos de que se produjera la reacción lógica y unitaria de los sectores más preocupados por la suerte de la República, lo que se ha producido es un silencio sepulcral que refleja la debilidad y las taras inmensas y profundas que aquejan a quienes participamos en la vida pública, partidos políticos, empresariado, sociedad civil y comunicación social.
No hay duda de que el país está necesitado de defensa. La información traída por el periódico El Día debe de generar un movimiento nacional que exija y respalde al presidente Danilo Medina renegociar cuanto antes los términos del contrato de la Barrick Gold, no importa los poderes extranjeros que estén representados en su cuadro accionario.  Ese contrato de la Barrick Gold se negoció con parámetros de venta proyectada de la onza de oro de alrededor de 700 dólares y hoy está cercana a los 2 mil dólares, con tendencia futura (no lejana) a sobrepasar con creces esa cifra, por lo que resultaría un acto de justicia renegociar los términos acordados, de forma tal de que el dueño de la mina, que es el pueblo dominicano, pueda acceder a beneficios más equitativos y racionales a los que conforme al periódico El Día está supuesto a obtener.
Viendo este tipo de abusos es que la gente puede explicarse el porqué del surgimiento de movimientos nacionalistas en diversos países de América Latina, que han llegado al extremo de la nacionalización de poderosas multinacionales o anulación de contratos similares a los de la Barrick Gold para extraer riquezas no renovables de esos países.
Lo correcto, lo sensato, es entender y aceptar que la Barrick Gold tenga beneficios importantes en la República Dominicana, como una manera de proteger y fomentar la inversión extranjera.  En eso no hay ningún tipo de duda.  La clave está en que esos beneficios sean justos y equitativos con su socio, el pueblo dominicano.  Jamás en la proporción en que se ha pactado y que reflejan las cifras del reportaje del periódico El Día.
Creo que el presidente Danilo Medina, nuestro amigo, y por quien tanto trabajamos para llevarlo al poder, tiene un compromiso histórico de exigir y llevar a cabo una renegociación amigable con Barrick Gold que concilie los intereses de esa multinacional con el Estado dominicano, en momentos donde esos recursos pueden ser superiores a los proyectados en la reforma fiscal recientemente aprobada.
Hay precedentes de renegociaciones de este tipo como la llevada a cabo por el Dr. Balaguer en el año 1988 con Falconbridge. Danilo Medina debe tener la seguridad de esta sociedad de que si asume el camino de la renegociación con Barrick Gold tendrá a este país alineado como un solo hombre detrás de él, y que no importa el poder internacional que esta multinacional tenga, deberá comprender que este país no es una finca; que es una nación llena de necesidades de todo tipo, urgido de recursos, situación que ellos no pueden dejar de ver, para construir una sociedad duradera y armoniosa para las próximas décadas.
Tengo esperanza de ver y escuchar a los defensores del patrimonio público de la sociedad civil, pronunciarse sobre este tema.  Querría ver a quienes lucharon con tanta presteza y vehemencia por el 4%, reclamar la renegociación del contrato de Barrick Gold.  La patria se sentiría feliz y orgullosa si los jóvenes que fueron a la Fundación Global (excluyendo a Narciso y demás yerbas aromáticas) toman las calles para exigirle al gobierno la renegociación de este oneroso contrato.  Quiero ver al Conep, que está preocupado por el déficit proyectado para el 2013 en el presupuesto de gastos presentado por el gobierno, ofrecerse de intermediario idóneo para buscar una renegociación justa y equitativa que reparta la riqueza de este país con Barrick Gold, sin arbitraje internacional y sin acciones expropiatorias.
El día que veamos a todos estos sectores y al PLD, al PRD, al Reformista y a todos los demás partidos coincidiendo en fines nacionales altos y de largo plazo, ese día nos estaremos distanciando de “el revolcadero de burros” a que se refería nuestro querido e inolvidable Dr. Carvajal Martínez en sus intervenciones televisadas.
Es hora de hacer lo que nunca se ha hecho, como dijo el Presidente en su campaña.  Y la renegociación con Barrick Gold es una excelente manera de hacerlo.  De no ocurrir esto, no hay dudas de que estaríamos de nuevo repitiendo lo que ocurrió con las riquezas de estas tierras hace 500 años, los nuevos colonizadores nos estarían cambiando de nuevo “espejitos por oro”.

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