¿Se quiere con el cerebro o con en el corazón?


               Considero que el cerebro es el centro de toda acción humana
Escrito por: José Silié Ruiz
El polemista respetuoso tiene: sapiencia, valor y pasión. Con el Dr. Jochy Herrera, ¨polemizamos¨, él como cardiólogo y yo como neurólogo. Participamos en una conferencia en la que ambos fuimos expositores, auspiciada por el PACAM, entidad que agrupa a hombres y mujeres que luchan en favor de las mujeres abusadas y maltratadas, dirigida por Doña Soraya Mármol.
La conferencia, muy concurrida,  titulada ¿Se quiere con el corazón o con el cerebro? fue consecuencia de una noche de animada tertulia en la casa del poeta José Mármol en la que Jochy defendía que el corazón era el centro del querer, y yo como neurólogo siempre he sustentado que el centro de toda acción humana es el cerebro.
Él es un ¨hermano fraterno¨, destacado médico dominicano que ejerce cardiología en Chicago. De esa estirpe de médicos humanistas, que son cada vez más escasos, como sería un Dr. Gregorio Marañón, porque hoy nos concentramos en la tecnología y olvidamos que el ser humano es una dualidad: materia y espíritu. Recientemente puso en circulación su último libro, ¨Cuerpo, Accidente y Geografía¨, el cual me lo dedica: ¨Para José, hermano del sentir, el pensar y el ejercicio de vivir¨, mucho lo agradezco. Enjundiosa obra que recomendamos,  hace muy sabios escrutinios del cuerpo y el alma que merecen ser disfrutadas por personas inteligentes como todos mis  amables lectores, –las personas ¨sandias¨  me motivan poco-.
De su envolvente libro cito el capítulo – El Alma desnuda-, ¨El hogar del alma, ella no entidad divina sino sinónimo de espíritu y pensamiento, ha viajado desde el hígado de los arúspices y el corazón aristotélico, hasta el cerebro de René Descartes. Aristóteles se preguntó si el corazón era el centro vital, y  la medicina temprana lo corroboró con la concepción de los ¨humores¨, fluidos portadores de las emociones. Posteriormente, el siglo XVII fue testigo del despojo  del corazón de lo espiritual al adjudicar su origen en la glándula pineal, receptáculo de las emociones transportadas por la sangre según el discurso cartesiano.
Tal encrucijada representó para algunos ¨la transición del mundo del alma al del experimento; la diferencia entre antigüedad y modernidad que definió el más importante cambio intelectual de la historia¨. Hoy, los cardiólogos hablamos del -corazón-cerebro-, eje conector de ambos órganos mientras los neurofisiológos indican que no hay ¨alma¨, que ella es solo una expresión bioquímica encefálica¨.  Esa fue la razón de la polémica, noten ustedes que el amigo Jochy habla de ¨corazón-cerebro¨, defiendo que por jerarquía biológica y realidad  fisiológica, debería llamarse eje ¨cerebro-corazón¨ para dejar clara la predominancia cerebral.
 La polémica fue muy agradable, -dilectar- me produce gratificaciones, más con un talentoso polemista como él. Me remonté al libro ¨El Espectador¨ de Juan Montalvo, al referirse a un contrario intelectualizando, señala: ¨El polemista ha de saber mucho; ha de ser audaz, tenaz, valiente. He aquí el caso rarísimo de un sabio belicoso. El pusilánime, el amigo de su tranquilidad y su comodidad, el egoísta, nunca entrarán en polémica, así como el cobarde no se ofrece para la guerra. En el polemista hay siempre pasión¨. Un honor polemizar sobre el amor, el cerebro y el corazón. ¡Se quiere verdaderamente con  el cerebro, el corazón solo puede expresar los  desenfrenados galopes disrítmicos del  gratificante enamoramiento¡

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