5 signos de seducción.

¿Está tratando de seducirte? De acuerdo con el psicólogo Lubomir Lamy, hay cinco signos básicos que delatan cuando sentimos atracción y deseo por una persona. Si tienes dudas sobre sus intenciones (o sobre lo que esa persona te provoca), abre tus sentidos y observa: el cuerpo no sabe mentir.
1. Pupilas dilatadas.


Todos sabemos que al estar frente a alguien o algo que nos gusta, nuestras pupilas se dilatan. Lo curioso es que también puede ocurrir a la inversa: un rostro cuyas pupilas están dilatadas nos resulta más atractivo. En un experimento de la Universidad de Chicago, al mirar dos fotografías de una misma mujer, los participantes la encontraron más atractiva cuando tenía las pupilas dilatadas. En un primer acercamiento es difícil distinguir el tamaño de las pupilas, pero si la conversación avanza, no lo dudes y obsérvalo con atención.

2. La inclinación del cuerpo.



El cuerpo se manifiesta antes que la palabra. Un signo de rechazo o defensa es cruzar los brazos o dar la espalda. De la misma forma, inclinar el cuerpo hacia la otra persona es un signo innegable de interés. Es como si uno se abriera a esa persona, el cuerpo se mueve hacia donde quiere ir el espíritu como si dijera: “Aquí estoy, me interesas”.

3. Mirada sostenida.


Dependiendo del contexto, sostener la mirada por varios segundos puede ser un signo de honestidad o un desafío. En el contexto del cortejo, en cambio, es un signo de atracción. Cuando estamos interesados en alguien lo miramos de frente, un poco porque nos hipnotiza y otro poco para medir su reacción. Fíjate bien qué te dice su mirada, ¿hay nerviosismo, indiferencia, frialdad, deseo?

4. Acortar la distancia.


Cuando alguien nos atrae, cualquier pretexto es bueno para aproximarse. El deseo nos hace vencer los obstáculos y acortar la distancia. En una primera cita, por ejemplo, es normal que nos sentemos frente a frente. Sin embargo, si hay confianza y la atracción es correspondida, seguramente buscaremos sentarnos lado a lado y nuestros gestos develarán un deseo de cercanía.

5. La voz.


Una conversación no sólo nos permite conocer el pensamiento del otro, también la voz puede revelarnos sus intenciones. De acuerdo con Luigi Anolli, psicólgo italiano, cuando uno está en la fase de seducción es capaz de modular la voz (ritmo, tono, intensidad) de manera más consciente. Por ejemplo, quien de inicio habla más rápido y más fuerte, demuestra cierta confianza en sí mismo. Si después adopta una voz más grave y más suave, es que intenta instalar un ambiente de intimidad más propicio para la seducción y la complicidad.

ADICTAMENTE

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