Campitos donde se organizan campañas y fraguan intrigas
Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do
REACCIÓN PAUSADA.- El gobierno, o por lo menos la parte que se aloja en el Palacio Nacional, no fue indiferente al pasquín que se puso a circular hace una o dos semanas. No hizo alharaca, ni reaccionó acusando a lo loco. Tampoco desmintió los hechos ni defendió a los funcionarios víctima de difamación. Lo tomó ñcomo dicen los tigueresñ “con suavena”. Eso no quiere decir que no le inquietara el hecho ni le preocupara la intención aviesa o el propósito oculto. Lo asumió como lo suponía en el fondo: un ataque político. Ordenó una investigación, y los encargados hicieron un fino trabajo de inteligencia. Se sabe quien lo financió, pero igual quien lo hizo y además quien lo colocó en las redes. Poca gente, pero toda muy efectiva. Ahora ¿qué hacer? Esta decisión no es fácil, pues sea lo que fuere, en todo caso habría más riesgos que beneficios. Por ejemplo, si se hace público el Informe, también habría que dar publicidad al Libelo. Igual, si da a conocer los sujetos, el próximo paso sería su sometimiento, e iniciar un proceso que sabe dónde empezaría, pero no como terminaría...
HACER ALGO.- El gobierno, o por lo menos la parte que se aloja en el Palacio Nacional, sabe que están tirando, y sabe que no es de los molinos. De manera, que de lo malo saca algo bueno: ya sabe de que sector cuidarse. Podría devolver el ataque e involucrarse en una guerra que por ahora no tiene sentido y mucho menos provecho, pero para la cual tiene recursos y posibilidades. Pero piensa como en el Eclesiastés que cada cosa a su tiempo. Ponerse a pelear ahora lo sacaría de concentración y lo obligaría a dejar lo que está haciendo y que le gana tantas simpatías en la población. Quedarse dado tampoco conviene, pues la impunidad puede alentar nuevas embestidas. ¿Qué hacer, entonces? Podría lo mismo que se dice hizo con Hipólito Mejía y los movimientos de huelga de semanas atrás: entregar copia del informe de inteligencia al jefe político de los autores y hacerle ver las implicaciones y consecuencias de acciones tan arteras y alevosas. ¿Actuaron motu proprio o con consentimiento? El intercambio sería una forma de comprobaciónÖ
SIN EFECTO.- El pasquín demuestra la desesperación de ese sector político, pues el gobierno no tiene todavía un año de ejercicio para pensar en debilitar su imagen pública o dañar la reputación de sus funcionarios. El ataque fue directo al presidente Danilo Medina, pues buscó corroer las bases éticas de su administración al denunciar a su círculo más íntimo. En cuatro años muchas cosas pueden pasar, pero hay que esperar que sucedan para sacar ventaja política. Lo de ahora no tuvo ningún efecto, puesto que algunas medidas que se tomaron en el despacho presidencial no tuvieron nada que ver con el documento. Una Julieta enamorada y un Romeo que se aprovecha no es nada nuevo en los tratos de poder. Además, esa experiencia demostró todo lo contrario. El jefe del Estado no juega y no hay secretaria sagrada. Los deslices se pagan, y se pagan caros. Era impensable que eso ocurriera, y ocurrió. Los cercanos saben que los privilegios no alcanzan el campo de la moral. Que deben andar pianitos, puesto que si lo agarran fuera de base, pierden el cargoÖ
LOS CAMPITOS.- Estos hechos confirman lo que se viene diciendo: el horno del PLD no está para galletitas. La lucha asoma, y se cree que todavía no existe, pero la verdadera se libra con armas diversas, como ñen este casoñ el descrédito y la descalificación. Como el 2016 se pone lejos, se quieren forzar situaciones. Nadie parece andar en campaña, o por lo menos no se hace en los medios. Ahora se prefieren otros escenarios, que se suponen más discretos, pero que realmente no lo son. Los políticos, y como parte de su prestancia, se ocupan de tener posesiones fuera de la ciudad. En los alrededores o a veces a mayor distancia. Si no las tienen ellos, por lo menos sí sus amigos. No son haciendas, o centros de gran producción agrícola o pecuaria. A lo sumo finquitas, pero con un denominativo especial: El Campito de Fulano. Bien, en esos campitos se realizan reuniones políticas, se organizan campañas, e incluso se fraguan intrigas, que inciden en el devenir político. Por ejemplo, se habla mucho de un campito que queda por El Higüero...
TOMADO DEL LISTIN DIARIO
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