Teufelsberg, los últimos vestigios del espionaje en la guerra fría



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Si un ruso se cortaba las uñas, aquí se escuchaba el “click”…

Vivir en una ciudad como Berlín tiene una gran cantidad de ventajas. Una de ellas, para los amantes de la historia, es precisamente eso, que está plena de historias y de Historia. Basta con levantar una piedra, señalar una calle o perderse por un bosque para descubrir un pasado fascinante, un presente insólito y un futuro incierto.

Así fue como descubrí Teufelsberg, un complejo en ruinas, asentado sobre una montaña rellena de ruinas, que se trasladaron allí con la intención de tapar para siempre los restos de otro edificio, que por su solidez en la construcción no pudo convertirse en…ruinas.

Esto que parece algo enrevesado y casi un trabalenguas tiene su explicación, su historia fascinante; que termina con la adquisición de los terrenos por parte del director de cine David Lynch, y que comienza aquí y ahora.

En las inmediaciones del bosque de Grunewald, allá por el año 1937, Albert Speer, arquitecto jefe de Adolf Hitler en la Alemania del Tercer Reich, comienza las obras del “Wehrtechnische Facultat”, una escuela técnica militar Nazi. Como toda la obra de Speer, este edificio resultó de una solidez pasmosa cuando se quiso dinamitar, tras el fin de la segunda Guerra Mundial. Aprovechando la gran cantidad de escombros inservibles, procedentes de 400.000 edificios de la ciudad destruida, se comenzaron a apilar allí para, originalmente, tapar el edificio Nazi. Pero la acumulación de escombros fue creciendo a tal ritmo, que aquel solar plano fue elevándose poco a poco hasta convertirse en la montaña mas alta de Berlín. En 1957 cada día 800 camiones vertían 6800 metros cúbicos. Ese mismo año se alcanzo la cifra total de 10 millones de m³ de escombros amontonados, y una altura de 155 metros. La montaña quedó situada en el sector británico de Berlín occidental.

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Desde 1957 la colina también fue utilizada por los servicios secretos americanos e ingleses. La NSA, Agencia Americana de Seguridad Nacional construyó, en la cima de esta montaña, una estación de escucha, asociada a la red de espionaje mundial ECHELON, y que llegó a ser una de las bases mas grandes de escucha electrónica durante la época de la guerra fría. Mientras duró la división alemana y europea, el ejército norteamericano mantuvo sobre el Teufelsberg una gran central de escucha electrónica.

Desde allí, los servicios norteamericanos podían descodificar las emisiones de la antigua RDA, e incluso de Polonia. Vigilaban los movimientos militares del Pacto de Varsovia en el este de Alemania y el viejo continente.

Mientras la NSA mantuvo abierta y en funcionamiento las instalaciones ocurrieron varias curiosidades. Se notó que, en ciertas épocas del año la recepción de la señales de radio era mejor que en otras estaciones. La “culpable” era una noria de hierro que se montaba, como atracción, con motivo del festival anual Alemán-Americano en Hüttenweg en Zehlendorf. Por tanto se decidió dejar esta noria permanente montada.

Por el contrario, unos funiculares construidos por el Club Alpino Alemán, que había instalado un pequeño centro de esquí en sus laderas, distorsionaban la señal. A petición del gobierno de los E.E.U.U., fueron retirados.

Tras la caida del muro, fueron utilizadas como estación de seguimiento de aviación civil durante dos años más, tras los que las instalaciones fueron abandonadas definitivamente en 1991.

En la actualidad la base espía abandonada, muestra los restos de los edificios y cúpulas de los radares.

Las fotografías que aquí se muestran son el resultado de un día, cámara en mano, recorriendo las ruinas de una historia que se remonta 60 años atrás.



Como último apunte de interés, os cuento que el director de cine David Lynch

és el actual propietario de todo el complejo. Su propósito es construir un centro de meditación de la secta Transzendentale Meditation, a la cual pertenece.

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..Artículo por cortesía de www.scartissuemagazine.com para Tejiendo el Mundo.

Texto de Eidan Eel

Fotografías de Sonsoles Lozano

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¿Os gustaría recorrer este lugar y verlo con vuestros propios ojos? Scartissue magazine es una revista de arte, música y tendencias afincada en Berlín que os recomiendo a todos, más allá de los proyectos y exposiciones que los responsables de la revista organizan en la ciudad, también ofrecen unos tours de exploración urbana, para todos aquellos que visiten Berlin y que quieran conocerla de forma diferente, dejando las rutas turísticas tradiciones. En estos tours se pueden visitar lugares como el que os hemos mostrado hoy, el Berlín subterráneo, el sanatorio Beelitz-Heilstätten o el mercado turco, para terminar el día con una buena barbacoa en el Golitzer park. ¿No es mal plan, verdad?

En su web podréis encontrar toda la información y un montón más de artículos interesantes sobre lo que se cuece en el centro cultural europeo que es Berlín.


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