Amapola, lindísima amapola
Arnaldo Musa
Bellas estas amapolas, con sus colores que van del blanco al rosado y del rojo al púrpura. Desde pequeño las admiraba en Ciego de Ávila, pero son más abundantes en los campos jatiboniquenses. Pero estas flores están siendo destruidas en muchas partes del mundo, en un método controvertido que echa a un lado sus beneficios medicinales, con el fin de evitar que poderosos intereses la conviertan en opio y después en heroína. Estados Unidos se ha aprovechado de esto último para sufragar sus guerras de agresión.
Tal es así que recientes informaciones procedentes de Moscú reiteraron que EE.UU. utiliza sus aviones que transportan a sus muertos en Afganistán para introducir la droga en varias repúblicas ex soviéticas.
Como se ha publicado reiteradamente, la nación centroasiática, agredida, invadida y todavía ocupada por tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte es exportadora del 93% de la heroína que se consume en el planeta, principalmente en Europa.
En este aspecto, para evitar la entrada del opiáceo a territorio ruso, Moscú firmó un acuerdo con Washington, que lo ha violado. Y es que es muy común ver a soldados norteamericanos cuidando los campos de amapola (ver foto), así como que los aviones estadounidenses eludan bombardearlos, mientras arrasan virtualmente con todo lo vivo en varias regiones.
En este contexto, hace unos días, durante un encuentro con el representante especial de la ONU para Afganistán, Jan Kubis, el subjefe del Departamento de Control de Drogas de Irán, Taha Taheri, aseguró que “los países ocupantes, con el pretexto de ayudar a Afganistán, han apoyado el cultivo de drogas, con el resultado de un aumento de la inseguridad…“. “No hay ni una información de una sola operación de tropas extranjeras contra la mafia de la droga en Afganistán, al menos en los dos últimos años”, recalcóTaheri.
Irán es el segundo país, después de Afganistán, más perjudicado por la adicción al opio y la heroína, con 1,2 millones de personas afectadas, y el que mayor cantidad de opiáceos decomisa en el mundo, el 41% del total, según datos de Naciones Unidas.
Tal como se persigue a la coca para perjudicar a los campesinos de Bolivia, Perú y otras naciones sudamericanas, hoy se hace contra quienes cultivan las plantas de amapola, excepto en Afganistán, el principal productor, porque pingues ganancias van a parar a manos de monopolios y generales de alta graduación norteamericanos y europeos, al tiempo que les ayuda a mantener el apoyo de los denominados señores de la guerra contra la insurgencia local, hoy extendida al vecino Paquistán.
Como se ha publicado reiteradamente, la nación centroasiática, agredida, invadida y todavía ocupada por tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte es exportadora del 93% de la heroína que se consume en el planeta, principalmente en Europa.
En este aspecto, para evitar la entrada del opiáceo a territorio ruso, Moscú firmó un acuerdo con Washington, que lo ha violado. Y es que es muy común ver a soldados norteamericanos cuidando los campos de amapola (ver foto), así como que los aviones estadounidenses eludan bombardearlos, mientras arrasan virtualmente con todo lo vivo en varias regiones.
En este contexto, hace unos días, durante un encuentro con el representante especial de la ONU para Afganistán, Jan Kubis, el subjefe del Departamento de Control de Drogas de Irán, Taha Taheri, aseguró que “los países ocupantes, con el pretexto de ayudar a Afganistán, han apoyado el cultivo de drogas, con el resultado de un aumento de la inseguridad…“. “No hay ni una información de una sola operación de tropas extranjeras contra la mafia de la droga en Afganistán, al menos en los dos últimos años”, recalcóTaheri.
Irán es el segundo país, después de Afganistán, más perjudicado por la adicción al opio y la heroína, con 1,2 millones de personas afectadas, y el que mayor cantidad de opiáceos decomisa en el mundo, el 41% del total, según datos de Naciones Unidas.
Tal como se persigue a la coca para perjudicar a los campesinos de Bolivia, Perú y otras naciones sudamericanas, hoy se hace contra quienes cultivan las plantas de amapola, excepto en Afganistán, el principal productor, porque pingues ganancias van a parar a manos de monopolios y generales de alta graduación norteamericanos y europeos, al tiempo que les ayuda a mantener el apoyo de los denominados señores de la guerra contra la insurgencia local, hoy extendida al vecino Paquistán.
CONOCIENDO LA AMAPOLA
No es por gusto el título de este trabajo, Igual al de una hermosa canción romántica de hace varias décadas, interpretada, entre otras figuras, por Esther Borja y Marta Pérez, y que el Montuno a Jatibonico, de Alcides Ríos, le dé un justo lugar.
El nombre de esta planta, subrayamos, es Papaver somniferun L, es de ciclo biológico anual y mide de 0.5 a 1.50 m de altura, las hojas son dentadas o lobuladas y algunas crecen abrazadas al tallo.
Las semillas son muy pequeñas. Crece bien en climas cálidos y templado-cálidos en primavera y verano. De las cápsulas poco maduras se extrae un jugo lechoso o látex, que al contacto con el aire forma una costra oscura que es el "opio", del cual se extrae la morfina y la heroína. Esta planta tiene numerosas variedades con diferente contenido de látex y opio.
La acción corrupta del narcotráfico y la utilización nociva de esta planta y sus flores hacen que predomine lo destructivo en vez del aprovechamiento de sus virtudes para la salud humana, porque es una planta narcótica, sudorífica, pectoral y anticatarral.
Se emplean diversas preparaciones (infusión al 1%, extracto alcohólico de 1 a 4 cg, lavativas, etc.) para calmar los dolores —especialmente cólicos e irritaciones del intestino—, contra las diarreas, la disentería, tos, catarros, insomnio. etc. Sirve también para las inflamaciones cutáneas o enrojecimiento del rostro.
Las semillas no tienen ningún principio narcótico, pero de ellas -especialmente del Papaver nigrum, Lob.- se extrae un aceite conocido por "aceite de adormideras", que es comestible y que en medicina se usa en lavativas, en dosis de 60 a 120 gramos, contra el estreñimiento. Contra el cáncer, se usa en inyecciones o en lociones de las partes afectadas.
Las hojas son narcóticas y son ingredientes del así llamado "ungüento tranquilo". Las flores son calmantes y narcóticas; antiguamente se preparaba con ellas cierta agua destilada, la quina.
Es decir, en vez de destruir ciegamente, se debe hacer ver-siempre bajo prescripción médica- los efectos beneficiosos de esta planta, sus hojas, flores y semillas. Aunque sea nadar contra la corriente, ningún esfuerzo es poco para mantener con vida a la lindísima amapola.
El nombre de esta planta, subrayamos, es Papaver somniferun L, es de ciclo biológico anual y mide de 0.5 a 1.50 m de altura, las hojas son dentadas o lobuladas y algunas crecen abrazadas al tallo.
Las semillas son muy pequeñas. Crece bien en climas cálidos y templado-cálidos en primavera y verano. De las cápsulas poco maduras se extrae un jugo lechoso o látex, que al contacto con el aire forma una costra oscura que es el "opio", del cual se extrae la morfina y la heroína. Esta planta tiene numerosas variedades con diferente contenido de látex y opio.
La acción corrupta del narcotráfico y la utilización nociva de esta planta y sus flores hacen que predomine lo destructivo en vez del aprovechamiento de sus virtudes para la salud humana, porque es una planta narcótica, sudorífica, pectoral y anticatarral.
Se emplean diversas preparaciones (infusión al 1%, extracto alcohólico de 1 a 4 cg, lavativas, etc.) para calmar los dolores —especialmente cólicos e irritaciones del intestino—, contra las diarreas, la disentería, tos, catarros, insomnio. etc. Sirve también para las inflamaciones cutáneas o enrojecimiento del rostro.
Las semillas no tienen ningún principio narcótico, pero de ellas -especialmente del Papaver nigrum, Lob.- se extrae un aceite conocido por "aceite de adormideras", que es comestible y que en medicina se usa en lavativas, en dosis de 60 a 120 gramos, contra el estreñimiento. Contra el cáncer, se usa en inyecciones o en lociones de las partes afectadas.
Las hojas son narcóticas y son ingredientes del así llamado "ungüento tranquilo". Las flores son calmantes y narcóticas; antiguamente se preparaba con ellas cierta agua destilada, la quina.
Es decir, en vez de destruir ciegamente, se debe hacer ver-siempre bajo prescripción médica- los efectos beneficiosos de esta planta, sus hojas, flores y semillas. Aunque sea nadar contra la corriente, ningún esfuerzo es poco para mantener con vida a la lindísima amapola.
Publicado por Cubasí
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