Lo que Cuba puede aprender de Vietnam




Los líderes vietnamitas quieren compartir su experiencia con Cuba.
El hombre que es considerado el artífice de las reformas cubanas, Marino Murillo Jorge, se encuentra de visita en Vietnam a la cabeza de una delegación de su país para explorar el modelo económico reformista de la nación asiática.
Murillo Jorge, que es miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, se reunió con el viceprimer ministro Nguyen Xuan Phuc, quien exhortó a la nación caribeña a liberalizar su economía como lo hizo Vietnam que a fines de la década de los años 80, cuando pasó de una economía comunista o otra de mercado.
Este ofrecimiento para compartir la experiencia vietnamita no es nuevo y es recurrente que los líderes vietnamitas le recuerden a los cubanos que para impulsar las reformas hay que cambiar la mentalidad.
El editor del servicio vietnamita de la BBC, Giang Nguyen, analiza lo que Cuba puede aprender de Vietnam.

Experiencia vietnamita

Cuba es el único aliado que tiene Hanói fuera de Asia desde la caída de la Unión Soviética.
En las últimas dos décadas, Vietnam ha conseguido atraer millonarias inversiones extranjeras y el país ha entrado en una senda de rápido crecimiento económico (un 8% o 9% de media), aunque la crisis mundial ha afectado a sus exportaciones.
Lo esencial de la lección vietnamita es que el país triunfó en su paso de una economía planificada al estilo soviético, en la que el gobierno determinaba el índice de precios para los productos agrícolas e industriales, a otra de mercado en la que se desarrolla de manera exitosa el espíritu emprendedor, algo suprimido e incluso reprimido cuando los comunistas tomaron el poder en 1975.
Trabajadores vietnamitas
La base de la economía vietnamita ya no son los pequeños negocios familiares.
Desde que en 1986 se lanzaron las políticas reformistas conocidas como Doi-Moi, las autoridades vietnamitas -ayudadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- han levantado gradualmente las restricciones o las "cuotas de producción" que el gobierno imponía a todos los aspectos de la economía nacional.
La primera flexibilización del control del gobierno fue sobre la agricultura y los mercados agrícolas del país, a la que siguió una serie de estímulos a los individuos, las familias y las pequeñas empresas para montar negocios.
En aquel momento, también se implementaron diversas medidas para fomentar las exportaciones.
Hasta 1995, cuando Vietnam estaba bajo el embargo comercial estadounidense, las agencias estatales tomaron un papel muy activo para convencer a los inversores extranjeros de Singapur, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur y Japón para que aportaran capitales a las industrias orientadas a la exportación.
Además, en 2000 abrió la bolsa de valores.
Desde que se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2007, Vietnam se ha convertido gradualmente en un país que comparte muchas características con otras naciones del sur de Asia, mucho más que con países como Cuba o Corea del Norte.
Como sucede en Malasia, Indonesia y Tailandia, las empresas privadas vietnamitas ya no son negocios familiares -como los taxis o los restaurantes que están empezando a funcionar en Cuba-, sino aerolíneas privadas y fábricas textiles o de procesamiento de mariscos valuadas en miles de millones de dólares.
Además, el mercado de consumo en las ciudades vietnamitas se alimenta del apetito de una clase media y los jóvenes por los bienes electrónicos y de lujo.

¿Ejemplo a seguir?

Sin embargo, algo que los cubanos podrían estar interesados en saber de la experiencia vietnamita es que la disparidad en la riqueza entre las áreas rurales y urbanas se ha incrementado cada vez más, lo que ha provocado tensiones sociales.
Además, las disputas de tierras y los desalojos forzados para la construcción de industrias han devuelto a miles de agricultores a la pobreza.
La corrupción entre las autoridades también está haciendo que muchos se cuestionen la legitimidad del Partido Comunista en un momento en el que Vietnam está tratando de reducir su déficit comercial y presupuestario.
Banco de Vietnam
La inflación se disparó en Vietnam en los últimos años.
La inflación se disparó (a fines de 2011 se acercó al 20%) y los precios de la comida se duplicaron, mientras los nuevos ricos vietnamitas han comprado Ferraris para lucirse en los bares de moda de Hanói y Ho Chi Minh.
La economía de mercado también ha dejado víctimas de alto perfil en la nación asiática, como uno de los banqueros más ricos del país, Nguyen Duc Kien, que fue detenido en agosto acusado de violar las regulaciones económicas.
Actualmente, el comité central del partido está debatiendo a puerta cerrada cómo enfrentar la crisis mundial.
A mediados de los años 90, antes de que se pusieran en marcha las reformas económicas, muchos revolucionarios mostraron su preocupación por que una excesiva liberalización democrática debilitase la base de poder.
Hoy el secretario del partido advierte abiertamente que la corrupción podría acabar con el sistema comunista en Vietnam. Y esta es una lección que los cubanos deberían conocer si quieren seguir la misma hoja de ruta.
Básicamente, deben entender que las fuerzas de la economía de mercado obligan a pasar de "poner las reglas" a "gobernar".

Afinidades

Pese a que Vietnam se ha ido alejando de la economía planificada soviética y se ha reconciliado considerablemente con EE.UU., un sentimiento positivo se mantiene en la sociedad en lo que a Cuba se refiere.
Muchos vietnamitas del norte aún recuerdan bien a los médicos cubanos que llegaron a ayudar a los sobrevivientes de los fuertes bombardeos de los años 70 en el Vietnam comunista.
En 1976, cuando el país ya unificado tuvo que enfrentarse al embargo estadounidense, La Habana envió a un equipo de ingenieros para que construyera una de las primeras autopistas que hasta hace no mucho era una de las pocas que había en el país.
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Cuba es uno de los pocos países del mundo donde los líderes comunistas de Vietnam pueden dar discursos sobre socialismo"
Los campesinos vietnamitas con sus bicicletas cargadas o quienes manejan sus motos en la autopista nacional 21 para llegar a Hanói a vender sus productos probablemente no piensen mucho en Fidel o Raúl Castro, pero para los líderes comunistas, Cuba siempre ha sido un amigo auténtico, de esos que están ahí en las buenas y en las malas en el tiempo de posguerra.
Para ellos, es más importante recordar que, pese a la que consideran la "traición china" de 1979 cuando el líder Deng Xiaoping lanzó una guerra sangrienta en la frontera con Vietnam y pese al colapso de la Unión Soviética y sus aliados de la Europa del Este, Hanói sigue teniendo un "buen amigo en el mundo".
Cuba es uno de los pocos países del mundo donde los líderes comunistas de Vietnam pueden dar discursos sobre socialismo, como hizo el secretario general del Partido Comunista en La Habana.
En esa ocasión, el presidente Raúl Castro le entregó una medalla que es la mayor distinción de la isla.
Como retribución de la amistad, en un encuentro que tuvo lugar en el puerto Hai Pong de La Habana, el político vietnamita donó 5.000 toneladas de arroz a Cuba en nombre de su gobierno y su pueblo.
Ciertamente Vietnam tiene mucho que compartir con Cuba, pero La Habana debe tener presente cómo le ha afectado la crisis económica a su amigo oriental.

 

Contexto

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