lunes, 1 de octubre de 2012

Retraso en pago nómina, decretos y las pensiones


ORLANDO DICE
Retraso en pago nómina, decretos y las pensiones
Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do
NO FUE LA NOMINA.- Los medios informaron de los  atrasos en los pagos en algunas dependencias públicas, lo cual era más que normal en un cambio de gobierno: las nóminas deben rehacerse para incluir al personal nuevo. Sin embargo, de lo que se averigua y sabe ese personal nuevo nadie lo conoce. Los funcionarios que se quedaron  trabajan con el viejo, y los nombrados no pueden volar alto ya que llegaron al puesto con alas cortas. Son los primeros en convencerse de que es mejor dejar las cosas como están, a buscarse problemas. Que les den un boche por ocasionar dificultades innecesarias o tener que dar marcha atrás por afectar a empleados de carrera. Peledeístas y aliados van comprobando que el inconveniente no es que faltan sombreros o hay  exceso de cabezas, sino de que el reparto no se hizo con equidad y de que la máquina de los decretos no usa ni siquiera gasoil. Entre lloro y relajo se dice que suero de miel de abeja, y no por lo dulce, sino por lo lenta. Son muchos los compañeros a los cuales se les dijo hace semanas que lo de ellos viene, y los días pasan,  y nada...
EXALTADOS DE CORAJE.- Los peledeístas que se dejan llevar por el coraje empiezan a denunciar por abajo que no hay posiciones para los que se fajaron, pero sí para los hijos y las queridas. No dan nombres, menos apellidos, pero dejan que la perversidad corra como una pelota de béisbol en grama sintética. Incluso, hay que se cansaron y no tocan puertas como a principio, pues temen morir de un pique o que de pena ñ como dicen en los campos -- se les caigan las alas del corazón. Ahora tampoco toman las llamadas, y no hay que afanarse mucho para saber que se agotaron las excusas. La  expresión “lo tuyo está caminando” no tiene el encanto de otros tiempos, ni duerme a nadie, y mucho menos resulta suficiente para quienes están tragándose un cable. La otra queja proviene del sector de los beneficiados. Conocieron de su designación por los periódicos, e incluso consiguieron copias del decreto, pero no hay manera de que los juramenten, y se debaten entre indecisos y ofendidos, ya que no saben si el puesto es bueno o malo. Y si preguntan, los amigos les salen con una burla:-- “¿Qué hay ahí? -- Bueno, si alguna vez hubo algo, parece  que se lo llevaron...
NI A SOL NI A SERENO.-   Los más avisados atribuyen esas evidentes fallas a la falta de una verdadera transición, a que no se usara ese tiempo en preparar y corregir situaciones. Ahora no se sabe si la herencia fue buena o mala, o cuán mala, pues no se indagó a profundidad o no se procuraron todos los papeles  y cuentas.  Es más, las culpas son tantas que hasta las pensiones privilegiadas. Ahora son el escándalo del momento, pero -- como se dice ñ Roma no se construyó en un día. Hubo funcionarios que sí tuvieron sentido utilitario del tiempo y no esperaron como mansas ovejas que llegara la hora del sacrificio. Como nadie les dijo que se quedaban, pensaron que se iban, y buscaron el amparo que ya tenían previsto. De saberse seguros en el cargo, no hubieran tocado esa tecla y el piano hubiera continuado callado en la esquina más oscura del salón. Haivanjoe Ng Cortiñas no es una víctima, pues consintió en esa gabela, pero no fue el único vivo en esa corte de derroche que ahora se devela era la pasada administración. Cada cual disponía a su antojo, sin sonrojo ni temor...
¿DONDE LOS MÉRITOS?.- El temor ahora es que no se corrija lo que está mal hecho, de que se vuelva la página aun cuando son evidentes los renglones torcidos. Los funcionarios de la pasada administración que se embarcaron en la aventura de las pensiones privilegiadas tuvieron el pálpito de que no se quedaban. Ahora la pregunta es ¿por qué se quedaron? Por ejemplo, el propio Haivanjoe Ng Cortiñas. Dicen que fue enterado de su nueva posición el 16 en la mañana, a horas de la juramentación del nuevo jefe del Estado. Estas ocurrencias dan para todas las especulaciones posibles. ¿Por qué Ng Cortiñas no se creía con méritos suficientes para seguir al frente de una dependencia pública y el presidente Danilo Medina sí? La impresión que se tiene es que entre los seguidores del mandatario, que ahora andan vueltos locos detrás de una buena posición, no había nadie en capacidad de ocupar la Tesorería. Suena fuerte, pero no hay otra explicación mejor. El candidato natural fue nombrado en el sector eléctrico, y el disgusto fue tan grande, dicen,  que se tiró del barco antes que dejara el puerto...

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