Primeras calles de América y sus edificios emblemáticos

Toma original de las Cuatro Calles, hoy llamada Isabel La Católica
Por : Erwin Cott
Todo comenzó hace tanto tiempo que hoy el pasado se vuelve difuso al igual que los orígenes. Los porqué o la razón de ser de las calles por las que caminamos diariamente guardan detrás de sus líneas de fachadas y de los pavimentos los fantasmas que revolotean en las páginas de la historia, esperando nuestro encuentro con nuestros pasados para dialogar con el ayer y saber quiénes fuimos y quiénes somos hoy.
El descubrimiento de América cambió los límites del mundo conocido y movió las fronteras a terrenos vírgenes. Estos cambios profundos geográficos y sociales produjeron movimientos de masas humanas guiadas por la ambición de los gobiernos que veían posibilidades no imaginadas de ampliar sus fronteras.
El centro del mundo conocido estaba en el viejo continente y fue ahí de donde partió la búsqueda de caminos sobre cómo llegar al continente asiático y de esa manera ampliar los comercios. Estaba por demás la creación de una larga lista de excusas cuya razón no era otra cosa que la ambición desmedida de frente a esta nueva realidad.
Veamos qué sucedía en este continente virgen:
El epicentro era una pequeña isla en el Caribe conocida como la Hispaniola. Comenzaba a pasar la euforia del descubrimiento y había llegado el momento de organizar la huella urbana de tomar posesión de la tierra. Ya había pasado el momento de la fuerza y ahora se debían organizar según los siguientes pasos: del descubrimiento a la colonización, de la improvisación a la planificación y del manejo privado a la política real.
Bajo este esquema se produjo una sucesión de hechos altibajos en la política que llevaron a la crisis a la empresa colonial, pero ya la presión del corazón de la monarquía española propuso medidas para corregir la situación, pues tenía la primacía en la realización de tan extraordinario acontecimiento.
El inicio de este gran hecho lo habían hecho realizable a través del apoyo a los sueños personificados de Cristóbal Colón, pero el descubridor no tenía las dotes de político ni de gobernante y las etapas subsiguientes al descubrimiento habían resultado un gran fracaso, así como las de su sucesor en el poder Bobadilla, como gobernador de la isla la Hispaniola.
Se debían producir correctivos que produjeran los cambios fundamentales de organización que debían producir los frutos esperados, que eran económicos. Ahí estaba la razón de todo lo que había sucedido.

Los gobiernos de las tierras conquistadas tenían órdenes que provenían de la Madre Patria, especialmente de los reyes católicos, que de una forma política y sin las pasiones, cuando tomaban posesión de las tierras a colonizar, iniciaban de inmediato la explotación de sus riquezas.
El origen y desarrollo de la ciudad primada desde el siglo XV hasta el XIX, cuando termina el período colonial, constituye una larga etapa de tiempo que se inicia con la poca documentación del episodio de su fundación.

Para entender dicho período es necesario recurrir a los cronistas de esos tiempos y a los testimonios escritos, aunque sean visiones personales como es el caso de Fray Bartolomé de las Casas y González Fernández de Oviedo, residentes pero no testigos de los hechos.  Como también los documentos de Fray Nicolás de Ovando en su período como gobernador, dado que durante esta etapa es que se establecen los lineamientos fundamentales con que no sólo se diseña sino también se construyen los ejes básicos para el trazado de la ciudad de Santo Domingo desde el criterio urbano y simultáneamente arquitectónico que refleja los designios de los reyes católicos, pero al mismo tiempo el encuentro con las topografías y realidades en las que serían construidas las ciudades de América.
El criterio y también la pasión con que el gran autor de ese momento, que fue Fray Nicolás de Ovando, investido de todos los poderes que les fueron otorgados por los Reyes Católicos, como si fueran ellos mismos.
La primera decisión que toma es el traslado definitivo de la margen este a la margen oeste del río Ozama para la construcción de la futura ciudad, tomando un eje norte-sur paralelo a la ribera del río, partiendo el punto más al norte donde hubiera un manantial y presentara las condiciones para poder calafatear (despegar de la madera los moluscos) los cascos de las carabelas una vez que hubieran cruzado el antiguo Mar Tenebroso, hoy conocido como océano Atlántico.
En el lugar elegido existía una depresión con respecto a las áreas circundantes. Allí se construye una protección al manantial que tenía un gran caudal lo suficiente para abastecer cualquier navío. Este fue conocido como La Fuente de Diego Colón.
En ese lugar se construye la Atarazana, la primera en América y que todavía está en pie. Este edificio es la primera aduana de América. Partiendo de ese punto y subiendo la cuesta se forma el primer camino para llegar al firme del terreno. Esta será la primera calle de América y tomará por nombre la calle de las Atarazanas.
Una vez en el firme y siguiendo una orientación paralela al cauce del río Ozama en dirección al sur, nace la segunda calle de América que toma el nombre de calle de Las Damas.
Hasta su encuentro con el mar Caribe, en este lugar lo escoge Ovando para construir una fortaleza, la cual comienza en su primer año de gobierno, resaltando en la construcción de la misma la torre, la cual se convertirá en un hito de la ciudad.
En el lado este de la calle Las Damas se construyó una se serie de casas para personajes importantes, comenzando con una pequeña capilla perteneciente al mayorazgo de los Dávila, los cuales a continuación de la capilla construyen sus casas, después de éstas y en el mismo lado, Fray Nicolás de Ovando construye sus casas para alquiler y su residencia.
Otra casa muy importante es la del conquistador Rodrigo de Bastidas. Esta unidad arquitectónica tiene una configuración de una planta sui generis, debido a su gran patio que es totalmente atípico en Santo Domingo.
En el inicio de la calle Las Damas se encuentra una pequeña plaza, la única que tiene esta calle y años más tarde en ella se construye el único reloj solar y de frente al mismo se construyen dos grandes edificios, que son parte fundamental de la estructura gubernamental que regirá el desarrollo y el gobierno de Ovando y que será copiada en toda América como forma importante de gobierno en el proceso de colonización, puesto que representan los dos puntales sobre los cuales recae la estructura del dominio de España en América.
Uno es la Casa de la Contratación, organismo encargado de las áreas comerciales, y el otro es la Real Audiencia, encargado de administrar la justicia y redactar las leyes que regirán la vida colonial. Anexo estaba el Palacio de Gobernadores y Capitanes Generales, quienes mantenían el orden en la vida de las colonias.
El esquema básico vial que rodeaba la pequeña mancha urbana de caminos que más tarde serían calles. Recordemos algunos nombres: Camino del Arroyo Sucio, Camino del Trueque, Callejuela de la Audiencia, camino de San Diego, y así otros tantos.  El damero esbozado por Ovando es irregular y no creemos que fuera su propósito utilizar el esquema del damero. Ese segmento de tiempo de 9 años de gobierno de Fray Nicolás de Ovando marcó el camino que seguirían los pueblos de América.
 Foto 1-Visión a través de la Puerta de San Diego del camino del puerto
Foto 2- La antigua calle Las Damas en su imagen actual
Foto 3- Camino a la Puerta de San Diego, al lado del Alcázar
de Colón
TOMADO DEL NACIONAL



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