Con un fraternal apretón de manos entre los presidentes Rafael Correa y Vladimir Putin concluyó la firma de una serie de acuerdos en los más variados campos de colaboración. “Spasiba”, agradeció Correa en ruso y “muchas gracias”, le respondió Putin en español. Las banderas de Rusia y Ecuador, muy parecidas porque Miranda se inspiró en la rusa para diseñar la nuestra, adornaban una vasta sala repleta de funcionarios que trabajaron intensamente en la consecución de estos acuerdos de mutuo beneficio para nuestros pueblos, a los que une un entrañable anhelo por la paz.
Ambos mandatarios intercambiaron opiniones sobre la actualidad internacional y sobre varios asuntos de orden regional de interés mutuo.
El presidente Putin valoró el alto nivel logrado en la relaciones diplomáticas y en los lazos económicos y comerciales entre ambos Estados, que alcanza la cifra anual de 1.500 millones de dólares, y apuntó que los proyectos ahora acordados tienen igual valor; señaló que esta cooperación debe ser diversificada y ampliada, ya que Ecuador se ha convertido en uno de los principales socios de Rusia en América Latina, y que empresas rusas participarán en el desarrollo ferroviario de Ecuador y también en el campo de la extracción y elaboración de hidrocarburos.
Dijo que Rusia apoya el desarrollo de la alta tecnología de Ecuador y el fortalecimiento de los lazos científicos y culturales entre ambos países, que los estudiantes ecuatorianos en Rusia superan ya la cifra de cuatro mil graduados.
Resaltó la colaboración en el combate al terrorismo, al crimen organizado y al narcotráfico.
Saludó el proceso de integración que se da en América Latina, con cuyos grupos regionales Rusia está interesada en ampliar contactos. Agradeció al presidente Correa por todo lo logrado y subrayó que la asociación entre ambos países servirá para fortificar la causa de la paz y la estabilidad.
Por su parte, el presidente Correa agradeció la fraternidad con la que el pueblo ruso lo había acogido, felicitó al presidente Putin por el éxito logrado en el desarme químico de Siria, que ha evitado un conflicto grave para el mundo, y rechazó la guerra que se da al interior de ese país, que espera termine pronto.
Rememoró su visita anterior, en octubre de 2009, que tantos frutos ha dado y se mostró seguro de que la actual visita será aún más fructífera.
Señaló que Rusia ocupa el tercer lugar en las exportaciones no petroleras de Ecuador y que se ha logrado inversiones rusas en sectores que van a permitir al país dar un salto cualitativo hacia el desarrollo.
Realzó los acuerdos entre Rosneft y Petroamazonas, el proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, el de la planta Termogas en Machala y otros, todos en el campo energético, y que fueron firmados por el ministro Rafael Poveda, con el que no habría problema en dejarlo permanentemente en Rusia, para que siga firmando acuerdos de este tipo.
Señaló que por ser Rusia una potencia en ciencia y tecnología, Ecuador necesita su soporte para emprender la ruta por este escabroso camino, en el que deben cooperar las ciudades científicas de Skolkovo, en Rusia, y Yachay, en Ecuador y se pronunció por profundizar el programa de becas e incrementar el intercambio académico.
Por último, expresó su beneplácito por visitar un país tan admirable como Rusia y dijo esperar que pronto el presidente Putin nos honre con su visita a Ecuador, donde será acogido con los brazos abiertos, igual que lo va a ser en el resto de América Latina.
Si así llueve, que no escampe.
Ambos mandatarios intercambiaron opiniones sobre la actualidad internacional y sobre varios asuntos de orden regional de interés mutuo.
El presidente Putin valoró el alto nivel logrado en la relaciones diplomáticas y en los lazos económicos y comerciales entre ambos Estados, que alcanza la cifra anual de 1.500 millones de dólares, y apuntó que los proyectos ahora acordados tienen igual valor; señaló que esta cooperación debe ser diversificada y ampliada, ya que Ecuador se ha convertido en uno de los principales socios de Rusia en América Latina, y que empresas rusas participarán en el desarrollo ferroviario de Ecuador y también en el campo de la extracción y elaboración de hidrocarburos.
Dijo que Rusia apoya el desarrollo de la alta tecnología de Ecuador y el fortalecimiento de los lazos científicos y culturales entre ambos países, que los estudiantes ecuatorianos en Rusia superan ya la cifra de cuatro mil graduados.
Resaltó la colaboración en el combate al terrorismo, al crimen organizado y al narcotráfico.
Saludó el proceso de integración que se da en América Latina, con cuyos grupos regionales Rusia está interesada en ampliar contactos. Agradeció al presidente Correa por todo lo logrado y subrayó que la asociación entre ambos países servirá para fortificar la causa de la paz y la estabilidad.
Por su parte, el presidente Correa agradeció la fraternidad con la que el pueblo ruso lo había acogido, felicitó al presidente Putin por el éxito logrado en el desarme químico de Siria, que ha evitado un conflicto grave para el mundo, y rechazó la guerra que se da al interior de ese país, que espera termine pronto.
Rememoró su visita anterior, en octubre de 2009, que tantos frutos ha dado y se mostró seguro de que la actual visita será aún más fructífera.
Señaló que Rusia ocupa el tercer lugar en las exportaciones no petroleras de Ecuador y que se ha logrado inversiones rusas en sectores que van a permitir al país dar un salto cualitativo hacia el desarrollo.
Realzó los acuerdos entre Rosneft y Petroamazonas, el proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, el de la planta Termogas en Machala y otros, todos en el campo energético, y que fueron firmados por el ministro Rafael Poveda, con el que no habría problema en dejarlo permanentemente en Rusia, para que siga firmando acuerdos de este tipo.
Señaló que por ser Rusia una potencia en ciencia y tecnología, Ecuador necesita su soporte para emprender la ruta por este escabroso camino, en el que deben cooperar las ciudades científicas de Skolkovo, en Rusia, y Yachay, en Ecuador y se pronunció por profundizar el programa de becas e incrementar el intercambio académico.
Por último, expresó su beneplácito por visitar un país tan admirable como Rusia y dijo esperar que pronto el presidente Putin nos honre con su visita a Ecuador, donde será acogido con los brazos abiertos, igual que lo va a ser en el resto de América Latina.
Si así llueve, que no escampe.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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