Siria, la noción del caos
Damasco, 3 sep (PL) En el exterior del país existe una percepción de que la situación en Siria es caótica, que hay enfrentamientos en las calles, grandes batallas y cualquier ambiente bélico que hace insostenible la vida.Así lo expresaba un amigo que recientemente llegó de fuera y que piensa que la propaganda y la manipulación de la información lograron ese efecto.
Es real que el país vive algo parecido a una guerra civil con la diferencia que una gran parte de los enfrentamientos son producto de la acción de bandas mercenarias creadas, financiadas y con fuerte apoyo de logística bélica de naciones del Golfo y países occidentales.
Eso le da un toque de diferencia como guerra civil, como tratan de presentar la situación en esta nación levantina medios políticos y de prensa occidentales, estiman comentaristas internacionales.
Retomando el concepto de caos que se trata de vender afuera, cualquiera en este país puede decir que la situación no llega a los extremos críticos como definen algunos medios desde ciudades árabes como Beirut, El Cairo y Ankara, por citar tres ejemplos.
Este fin de semana, la detonación de dos pequeños artefactos explosivos sirvieron para que se hablara de un "fuerte golpe" cerca de donde están algunos centros de poder en esta capital, incluso algunos dicen que es una zona vedada para las altas figuras del gobierno.
Imágenes que no se correspondían con la realidad fueron profusamente mostradas sobre el atentado, presentando una calle llena de escombros y de humo, cuando en realidad el hecho no pasó de ser un pequeño atentado, que no causó mayores daños ni la cifra de muertos que se plantea, sólo cuatro heridos.
En los momentos de este hecho, muchas personas situadas al menos de un kilómetro del lugar ni se enteraron de lo que había ocurrido, incluso, mientras transitábamos por la plaza de los Omeyas, a unos 500 metros del sitio, no existía alarma ni muestra de pánico en esa área.
Solo, a medio kilómetro por la avenida Mezzeh, en el oste, un poco de embotellamiento del tráfico, en dirección contraria al lugar indicaba la ocurrencia del hecho.
Es una cosa lo que se dice fuera y otra la que se ve sobre el terreno, menos si los medios en el exterior se alimentan y le pagan a presuntos testigos, informes que son ilustrados con imágenes, las cuales, la mayoría de las veces, no corresponde a lugares y a los acontecimientos.
Esta situación de desinformación, que incluso llega a países amigos del pueblo sirio, contribuye a exponer ante la opinión pública una versión distorsionada de la realidad.
Al parecer en las últimas semanas, hay una caída de la campaña contra Siria, ya no hay informes espectaculares sobre "masacres" atribuidas a las autoridades, y de cierta forma se respira un ambiente menos tenso, lo que pudiera ser sintomático del fracaso de la agresión externa.
Tanto en Damasco como en Alepo, los dos principales centros del país, las bandas armadas mercenarias de las que no se distingue el llamado Ejercito Libre Sirio, han tenido que retroceder, y algunos, sarcásticamente, opinan que trataron de morder más de lo que podían tragar.
Un análisis de los últimos acontecimientos evidencia que pudieran aumentar los atentados terroristas en los próximos días y semanas, lo que daría auge al concepto de caos, que no se pudo alcanzar con el fracaso de ofensivas contra la capital y en Alepo.
Hace semana un comentarista internacional describía la situación en Siria y decía que no era ni tan mala, ni tan buena pero, aclaraba, no era caótica.
En los próximos meses es de esperarse un cambio de estrategia de las autoridades para enfrentar el reto de los grupos armados, pues el Ejército Árabe Sirio, aunque controla la situación no está preparado aún para una guerra irregular que es lo que se plantea en el terreno, aunque si para un enfrentamiento convencional.
Pudieran ser aprovechadas experiencias de otras naciones que enfrentaron este tipo de agresión con la creación, por ejemplo, de milicias de pobladores en ciudades y campos, que conocen el terreno, las calles y las gentes que viven en los lugares.
Esto sirvió a algunas naciones para eliminar a grupos terroristas, bandas armadas y elementos extraños en lugares donde la población fue el factor determinante en la victoria, algo que ya parece calar dentro de los sirios.
Aquí, pobladores ya expresan su descontento con la situación de violencia y no es de extrañar que, sin tener en cuenta divisiones entre sunitas, alawitas y drusos, entre otros, puedan surgir milicias populares que eviten la acción de los que quieren dar la imagen de caos en el país y llegue la hora del diálogo entre los que viven en Siria.
Por Luis Beaton
oda/lb
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