Si el problema de este país fuera de leyes, fuera el mejor país del mundo para vivir. Lamentablemente, no lo es. Tenemos normas para todo, pero poca disposición a cumplirlas, e instituciones incapaces de ejecutarlas.
El problema, como dijo el Poeta Nacional, es que "faltan hombres" para crear instituciones vigorosas y luego tener el coraje de respetarlas y cumplir con las normas de la convivencia civilizada.
Lo peor es que a pesar de los avances que hemos logrado en algunas áreas, todavía los puntos fundamentales quedan sin resolver. No tenemos disciplina social y nos aterra cualquier intento de aplicar la ley a todos.
Ante el menor intento de hacer cumplir las leyes, alguien se levanta y grita "dictadura" y hasta ahí llega la cosa. Sin embargo, para todo pedimos leyes más drásticas.
Es esa hipocresía, pedir penas que sabemos pocos van a cumplir, lo que hace de este país tierra de impunes. Nuestras leyes y nuestra justicia no son ciegas: ven muy bien a quien no van a condenar. Por ese camino, llegamos a la dictadura del desorden.
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